Domingo en primera l¨ªnea
Tranquilidad en el frente, pero los morteros serbios matan en el centro de Sarajevo
El furor serbio se ha ensa?ado con la esquina en la que Gavril Princip acab¨® con la vida del heredero del trono austr¨ªaco. Aquel atentado desat¨®, en 1914, la lejana Gran Guerra. Pero el lugar no es una excepci¨®n. No conviene pasear por las orillas del Miljacka. Contra las fachadas que dan al r¨ªo se han ensa?ado francotiradores y morteros, y el resultado es una sucesi¨®n de fachadas carcomidas. Por el puente de Princip hay que pasar, a toda velocidad, hacia Trebevic, al sur de Sarajevo. Un lugar en ¨¦l frente. El domingo es sagrado para los ortodoxos serbios, pero no hay tregua.
Las colinas que rodean la ciudad amparan el valle de Sarajevo. Un amparo que se ha vuelto mortal. En las colinas est¨¢n enterradas las bater¨ªas serbias. Y pese a las promesas duramente, arrancadas en la Conferencia de Londres sobre la antigua Yugoslavia, ni una pieza pesada se ha movido de su emplazamiento. El resultado es que los morteros y los ca?ones siguen haciendo atroces estragos entre la poblaci¨®n civil de la capital de Bosnia-Herzegovina. El domingo, la gente de Sarajevo buscaba flores en el mercado. ?Qui¨¦n compra flores? "Yo las compro", dice Alma Mesar. Es casi lo ¨²nico que se puede comprar. El domingo, 15 personas fueron aniquiladas junto al mercado de Alipasino Polje. Tal vez compraban flores.Mientras tanto, en la primera l¨ªnea del frente, en la monta?a de Trebevic, nada delataba una especial actividad militar. Pero la estrategia serbia no es la de presentar combate a los bosnios agazapados en peque?os zulos de monta?a, sino tirar m¨¢s all¨¢ de sus posiciones, en una larga par¨¢bola que se clava en Sarajevo. As¨ª, el 90% de las muertes se produce en el centro de la ciudad y no en el frente.
La gente de la ladera parece a salvo, pero algunos tejados han volado por los aires. Hay ni?os jugando en los patios, junto al cuartel de la bandera n¨²mero 600 de la Defensa Territorial bosnia. All¨ª comienza la escolta. Hay dos j¨®venes de 25 y 26 a?os y un perro que parece m¨¢s temible que cualquier chetnik serbio. Los j¨®venes escoltas portan viejos Kal¨¢shnikov sin culata. Y comienza la escalada. Sarajevo est¨¢ a 500 metros sobre el mar. Cuando llegamos al primer puesto bosnio, estamos a 900 metros, y a m¨¢s de 1.200 de altitud el ¨²ltimo, apenas a dos centenares de metros de las posiciones serbias.
Los disparos vuelan por encima de los refugios bosnios. Una columna de humo brota junto a la Torre de los Relojes, en el mercado viejo. Con un catalejo es f¨¢cil ver a la gente corriendo despavorida por las calles. A las diez de la ma?ana, el mercado del viejo Sarajevo estaba concurrido. A pesar del peligro, la gente abandona los refugios durante unos minutos. Los habitantes de la capital bosnia no quieren creer que despu¨¦s de casi cinco meses de vivir largas temporadas en la oscuridad no puedan salir a respirar el aire de Sarajevo un domingo por la ma?ana. Y los artilleros serbios parecen saberlo.
A las once, el destacamento bosnio en la primera l¨ªnea del frente en la monta?a de Trebevic da cuenta del rancho. Nedim salta del ingl¨¦s al espa?ol y del espa?ol al italiano en una especie de idioma ins¨®lito. Trabajaba de marinero en el lago de Zurich y volvi¨® a Bosnia para combatir por su pa¨ªs. Calza unos zapatos de Armani comprados en Suiza, camisa de seda y pantalones de trapillo, y no lleva calcetines. "Este es mi uniforme".
?Qui¨¦n eres? "Soy un soldado profesional norteamericano", dice muerto de risa. Nedim tiene un fusil fabricado por la compa?¨ªa Bandera Roja, en territorio serbio, arrebatado al enemigo. "Casi todas las armas han sido capturadas al enemigo. Somos como partisanos".
Nadie tiene uniforme
En la posici¨®n de Nedim nadie tiene uniforme, ni casco ni equipo de combate. Sentados a la puerta del refugio, pasan el domingo vigilantes. El bosque de Trebevic est¨¢ salpicado de peque?as posiciones bosnias, con soldados entre 19 y 50 a?os. Nedim duerme en la zona vieja, y sube a cumplir sus guardias. Casado y con dos hijos, su familia est¨¢ a salvo, en Alemania. "Estoy aqu¨ª porque quiero mucho a mi patria, pero no soy un gran patriota. Es algo sentimental. Viv¨ªa en Suiza desde hace 12 a?os y vine en marzo para pasar las vacaciones. Entonces empez¨® la guerra y decid¨ª quedarme".
?Es cierto que los serbios se han retirado de sus posiciones?
"La radio serbia dice que se han retirado, pero no es cierto. Siguen en el mismo lugar que ayer, disparando tanto como ayer. Mi amigo serbio puede decirlo. Le conozco desde hace 20 anos y est¨¢ luchando a mi lado", asegura Nedim se?alando a un espigado y sonriente serbio vestido con un viejo jersey gris. "Esta es una guerra de agresi¨®n contra todo lo que es bueno, contra todos los pueblos que viven juntos".
?Y por qu¨¦ no se deciden a entrar en Sarajevo?
"Ellos quieren entrar, pero no tienen el coraje necesario. No tienen los cojones necesarios. It is very important to have cojones. Atacan s¨®lo con armas pesadas y con morteros. Nosotros nos defendemos s¨®lo con armas ligeras y con cuore, mucho cuore".
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