Los fantasmas de Bergman, en Montreal

Padres, mujeres e hijos. Despu¨¦s de 10 a?os retirado del cine, las huellas de Ingmar Bergman siguen rastre¨¢ndose por las pantallas. Daniel Bergman, de 30 a?os, hijo del director sueco y de la pianista Kabi Laretsi, se ha servido de un gui¨®n paterno para realizar su primera pel¨ªcula, mientras que Liv Ullmann, la actriz que pas¨® a?os trabajando con ¨¦l en 10 pel¨ªculas y que ha escrito y dirigido su primer largometraje, no se atreve a negar la influencia del mito. Ambos debutantes compiten en la secci¨®n oficial del Festival de Montreal. Fuera de concurso se proyecta Las mejores intenciones, de Bille August, tambi¨¦n escrita por Ingmar Bergman y Palma de Oro en el el ¨²ltimo Festival de Cannes.No pueden evitar el nombre de Ingmar Bergman. Liv Ullmann, su actriz principal, trata de desmarcarse, pero no olvida que su carrera est¨¢ marcada por el tiempo junto a Bergman. "Mi vida y la suya han sido muy diferentes", dice. "Y soy de distinto sexo. En mi primera pel¨ªcula, Sofie, me han influido m¨¢s mis 35 a?os como actriz y mis 50 como ser humano. Ingmar no me pari¨®, aunque supiera encaminarme. Ser¨ªa est¨²pida si tratara de ignorar lo que he aprendido con ¨¦l, pero he trabajado con muchos directores que tambi¨¦n me han influido".

La pel¨ªcula de Ullmann cuenta la historia de Sofie, una chica jud¨ªa que en 1886 ve c¨®mo su amor por un joven que no es de su raza se ve frustrado por un matrimonio que organizan sus padres. Ullmann, convert¨ªda ahora en una matrona n¨®rdica con unos kilos de m¨¢s que la embellecen, reconoce que se excedi¨® comiendo chocolate en la sala de montaje, aunque as¨ª se han fortalecido esos brazos con los que estrecha a sus nietos.

En Los ni?os del domingo, de Daniel Bergman, las historias entre padres e hijos tambi¨¦n son cruciales. El t¨ªtulo se refiere a la leyenda seg¨²n la cual los nacidos ese d¨ªa tienen la capacidad de ver espectros. Al hijo de Ingmar Bergman le fascin¨® un fragmento de las memorias de su padre, La linterna m¨¢gica, en el que cuenta un, viaje en bicicleta con su padre, un pastor que va a un pueblo cercano a predicar.

Daniel Bergman hu¨ªa de su padre y de que lo comparasen con ¨¦l hasta que se encontraron en la mesa de la cocina. "Fue una conversaci¨®n que dur¨® 20 minutos", dice. "Yo pensaba hacer un cortometraje, y le expliqu¨¦ que lo rodar¨ªa despu¨¦s de su muerte. Me respondi¨®: 'Tengo una idea mejor; escribir¨¦ un gui¨®n de largometraje a partir de esa historia si lo diriges estando yo vivo".

Daniel Bergman dej¨® as¨ª de guardar las distancias con su padre. El resultado es t¨ªpicamente bergmaniano. El ni?o sue?a en una escena con el esp¨ªritu de un suicida ahorcado y le pregunta que cu¨¢ndo morir¨¢. El ectoplasma responde: "Siempre". Daniel ve ah¨ª su sentido de la vida y el de su padre.

En Las mejores intenciones, August cuenta, a trav¨¦s del gui¨®n de Bergman, la vida de los padres de ¨¦ste y su convivencia como un campo de batalla. Premiada en Cannes como pel¨ªcula y a la mejor actriz -Pernilla Ostergren, esposa de Bille August-, el talento y los fantasmas de Bergman siguen siendo puente de familiares emociones.