El Atl¨¦tico desmitifica al S?o Paulo
El Atl¨¦tico de Madrid gan¨® anoche algo m¨¢s que su torneo. En realidad., se colg¨® el cartel de m¨¢ximo favorito de la Liga cuando su comienzo ya es inminente. El equipo de Luis Aragon¨¦s se llev¨® un sabroso kilo de moral para el campeonato que se aproxima. Derrot¨®, y hasta bail¨® en algunos momentos, al temible S?o Paulo, que d¨ªas atr¨¢s hab¨ªa hecho lo propio con el Barcelona y el Real Madrid, los principales adversarios del Atl¨¦tico en la lucha por el t¨ªtulo. En una palabra, desmitific¨® al cuadro brasile?o utilizando su misma arma: la sucesi¨®n de toques del bal¨®n.El conjunto madrile?o se fabric¨® su partido con la f¨®rmula cl¨¢sica: hermetismo defensivo, presi¨®n en las bandas y ... Schuster. El alem¨¢n maneja los encuentros a su antojo. Si quiere, los hace aburridos: se esconde, faceta que domina como nadie, y ninguno de sus compa?eros sabe entonces lo qu¨¦ hacer. Pero, si quiere, los hace soberbios: se coloca en su zona y desde ella imparte pases y m¨¢s pases, todos al l¨ªmite de la perfecci¨®n, convirti¨¦ndose en el amo y se?or de la contienda. Schuster apost¨® ayer por la segunda pauta, la de adue?arse del lance. As¨ª, pronunci¨® todo un discurso de juego y, como regalo, dej¨® dos lanzamientos directos de falta memorables. Sin duda alguna, desesper¨® a los campeones de Am¨¦rica.
El S?o Paulo no fue, en definitiva, ni la sombra del equipo que se pase¨® a sus anchas por el verano espa?ol. Presion¨® con la misma intensidad de otras citas, pero nunca hall¨® la forma de poner en funcionamiento su maquinaria. Abel no tuvo trabajo hasta el minuto 85, cuando, en su ¨²nica intervenci¨®n, desvi¨® por encima del larguero un remate que parec¨ªa mortal de necesidad. En defensa de los brasile?os, eso s¨ª, se puede esgrimir que les faltaba su gran estrella, Rai, que anda de papeleos burocr¨¢ticos por su tierra.
Al amparo de Schuster, el Atl¨¦tico se cosi¨® poco a poco el partido. No mostraba profundidad, pero reten¨ªa el bal¨®n, que era de lo que se trataba para amuermar al contrincante. En el camino, adem¨¢s, exhibi¨® un repertorio de triangulaciones preciosas, dignas precisamente del mejor S?o Paulo, el que en esta ocasi¨®n las tuvo que sufrir en sus carnes.
El f¨²tbol-control rojiblanco bast¨® para que Schuster y sus compa?eros se marcharan al descanso con un gol de ventaja, fruto del oportunismo de su nuevo goleador, Luis Garc¨ªa. El mexicano super¨® con buena nota su primer examen en el Calder¨®n: corri¨®, remat¨® y hasta pele¨® en la defensa. Se gan¨® al p¨²blico, aunque no tanto como Futre. El portugu¨¦s sigue siendo el centro de las reverencias del respetable.
Cuando Futre salt¨® al campo, en la segunda parte, el S?o Paulo ya se hab¨ªa hartado de marchar al son que marcaba Schuster. Ten¨ªa todo el terreno ganado para hacer su juego Daba igual que el mi¨¦rcoles hubiera jugado 80 minutos con su selecci¨®n. Era la presentaci¨®n de su equipo y ten¨ªa que cumplir. Por eso cerr¨® el partido nada m¨¢s tocar la pelota. Dibuj¨® su cl¨¢sica carrera veloz, se apoy¨® en Manolo. y rompi¨® el cuero: 2-0. Despu¨¦s reivindic¨® sobradamente su categor¨ªa en otras intervenciones, en una de las cuales obsequi¨® a Luis Garc¨ªa con un tanto hecho, pero el pie derecho de ¨¦ste tropez¨® en el bal¨®n antes de que el izquierdo lo fulminara.
Pero lo m¨¢s grande de este Atl¨¦tico no fue el poder presumir de sus dos grandes estrellas. Es mayor, como se demostr¨® ayer, su imagen de bloque compacto. Luego de tres a?os juntos, sus jugadores se conocen al mil¨ªmetro y parecen decididos a apostar, de una vez por todas, por la Liga.
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