La vacuna anticonceptiva
LA PRESENTACI?N en un congreso cient¨ªfico de los resultados, en un grupo de mujeres indias, de una vacuna anticonceptiva hace plantearse nuevamente el problema de la superpoblaci¨®n y los distintos baremos que rigen en los pa¨ªses que la sufren respecto a los del llamado Primer Mundo. La vacuna es verdaderamente una vacuna, ya que act¨²a haciendo que el organismo produzca anticuerpos (neutralizando la hormona necesaria para el embarazo), pero no es en realidad anticonceptiva, porque no evita la concepci¨®n, sino la implantaci¨®n del embri¨®n fecundado en el ¨²tero, y, por tanto, su desarrollo. Estamos, pues, ante un m¨¦todo similar a la p¨ªldora abortiva Ru-486, que tantas dificultades est¨¢ teniendo para su comercializaci¨®n por motivos fundamentalmente ¨¦ticos.Sin embargo, esta vacuna, sobre la que se lleva trabajando m¨¢s de 10 a?os en diversos pa¨ªses, y que es similar a otra que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ensaya actualmente, tiene varias ventajas desde un punto de vista sanitario. Resultar¨¢ barata, se inocula sencillamente (aunque en dosis repetidas, lo que ya implica que la mujer tiene que repetir visita al ambulatorio), da una protecci¨®n equiparable a la de la p¨ªldora anticonceptiva durante al menos seis meses y es reversible. Queda por descartar totalmente la aparici¨®n de efectos secundarios, que puede llevar todav¨ªa varios a?os.
Mientras tanto, es de prever que las investigaciones en la India, subvencionadas por el dinero estadounidense (la Fundaci¨®n Rockefeller), desemboquen pronto en su utilizaci¨®n masiva, con lo que las ciudadanas de los pa¨ªses del Tercer Mundo servir¨¢n una vez m¨¢s de cobayas. La popularizaci¨®n de la vacuna en lo; pa¨ªses de nuestro entorno no ser¨¢ tan r¨¢pida por dos factores: el acceso a unos servicios sanitarios que permiten utilizar otros m¨¦todos ya existentes, y los posibles reparos ¨¦ticos ante un m¨¦todo abortivo, por muy precoz que sea. Pero los avances en la manipulaci¨®n de la reproducci¨®n humana llevan una vez m¨¢s a plantear si de verdad existe diferencia entre el ¨®vulo y el espermatozoide por separado (sobre los que act¨²an otros m¨¦todos anticonceptivos aceptados socialmente) y el momento en que se funden en una sola c¨¦lula y ¨¦sta empieza a dividirse hasta que, a los cinco d¨ªas, llega al ¨²tero con no m¨¢s de unas decenas de c¨¦lulas. Cuando el consenso que est¨¢ emergiendo entre los cient¨ªficos es que est¨¢ permitida la manipulaci¨®n de embriones humanos para la investigaci¨®n (lo que quiere decir que luego se tiran) hasta los 14 d¨ªas, hilar tan fino entre los m¨¦todos anticonceptivos y los abortivos precoces empieza a estar desfasado.
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