No Alineados
AL CONCLUIR en Yakarta la X Conferencia del Movimiento de Pa¨ªses No Alineados, es l¨ªcito dudar de que hubiera razones para justificar su celebraci¨®n. A estas alturas de la historia, teniendo en cuenta las profundas modificaciones ocurridas en el mundo en los ¨²ltimos tres a?os, cabe preguntarse contra qu¨¦ se alinean los No Alineados y si tienen ya raz¨®n de ser.El centenar de pa¨ªses que accedi¨® a la vida independiente gracias al movimiento descolonizador de la d¨¦cada de los a?os sesenta constitu¨ªa la cantera del Movimiento No Alineado: todo nuevo Estado se integraba autom¨¢ticamente en ¨¦l. Y ocurri¨® que los No Alineados se convirtieron, por mor de su n¨²mero, en quienes controlaban la vida de la ONU, al menos en sus manifestaciones propagand¨ªsticas; un espejismo sustitutorio del control del mundo que estaba fuera de su alcance. Durante lustros, el Movimiento se aline¨® claramente con las posturas m¨¢s radicales que surg¨ªan en unos lugares u otros. Y con ello perdi¨® toda la fuerza que un d¨ªa habr¨ªa podido tener.
De forma casi natural, el Movimiento se fue convirtiendo en el "Tercer Mundo"; es decir, en el grupo de las naciones m¨¢s desasistidas que reclamaban no independencia ideol¨®gica, sino, muy leg¨ªtimamente, ayuda al desarrollo. Y en esa misma mec¨¢nica estaba el germen de su impotencia y de su deslegitimaci¨®n: reclamaban, en efecto, contra los ricos -es decir, contra el capitalismo imperialista-, y al hacerlo- se fueron inclinando como conjunto hacia una relativa identiricaci¨®n ideol¨®gica con el bloque socialista. ?C¨®mo explicar si. no que Cuba presidiera el Movimiento No Alineado y que La Habana fuera sede de una de sus conferencias? Y sin embargo, para a?adir m¨¢s elementos a la confusi¨®n doctrinal, no puede olvidarse que en muchos pa¨ªses tercermundistas hab¨ªa reg¨ªmenes dictatoriales y corrompidos frecuentemente adscritos a la disciplina de Washington. ?C¨®mo pod¨ªa considerarse que Arabia Saud¨ª o el Ir¨¢n imperial no se casaban con nadie?
De hecho, la ausencia total de cohesi¨®n verdadera entre los integrantes del Movimiento impidi¨® a ¨¦ste -Y m¨¢s le impide hoy, cuando ha perdido gran parte del m¨ªnimo bagaje de autoridad moral de que un d¨ªa goz¨®- cumplir con el papel de mediaci¨®n por la paz, que era uno de sus objetivos fundacionales. Nada ilustra con mayor crueldad este fracaso que la guerra de nueve a?os entre dos de sus miembros m¨¢s conspicuos, Ir¨¢n e Irak.
. Hoy, desaparecido el bloque socialista, tal vez tendr¨ªa raz¨®n de ser una no alineaci¨®n de quienes no quieren someterse sin m¨¢s a la influencia de. EE UU, el ¨²nico superviviente de la guerra fr¨ªa. Pero, en tal caso, el Movimiento No Alineado deber¨ªa haber aprovechado su conferencia de Yakarta no para denostar a la ONU, sino para reagruparse, tomar conciencia de las limitaciones de su poder y formular reivindicaciones unitarias y razonables. Lo que se ha demostrado imposible en una reuni¨®n de m¨¢s de cien pa¨ªses tan dispares en intereses pol¨ªticos, configuraci¨®n econ¨®mica y estructura social.
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