El debate sobre la corrupci¨®n irrrumpe en la campa?a francesa sobre Maastricht
Mientras las encuestas revelaban ayer que la reciente ventaja adquirida por el s¨ª est¨¢ reduci¨¦ndose hasta extremos que los partidarios de Maastricht consideran "muy peligrosos" la cuesti¨®n de la corrupci¨®n pol¨ªtica irrump¨ªa en la campa?a del refer¨¦ndum franc¨¦s del pr¨®ximo d¨ªa 20. El primer ministro, Pierre B¨¦r¨¦govoy, present¨® un proyecto de ley de lucha contra la corrupci¨®n. Al tiempo se confirm¨® que Henri Emmanuelli, presidente socialista de la Asamblea Nacional, puede ser procesado el lunes por tr¨¢fico de influencias.
La proliferaci¨®n de esc¨¢ndalos relacionados con la financiaci¨®n ilegal del Partido Socialista (PS) ha sido, junto con el incremento del paro, uno de los grandes c¨¢nceres de los dos ¨²ltimos a?os de la presidencia de Fran?ois Mitterrand. Consciente de ello, B¨¦r¨¦govoy prometi¨® hace cinco meses, con ocasi¨®n de su investidura, que la "moralizaci¨®n de la vida p¨²blica" ser¨ªa uno de los principales objetivos de su gesti¨®n.B¨¦r¨¦govoy uni¨® la palabra a los hechos al presentar ayer en el Consejo de Ministros un proyecto de ley que tiende a hacer "m¨¢s transparentes" los contratos entre las empresas y las colectividades locales, en particular en los sectores inmobiliario, de distribuci¨®n comercial, publicidad, obras p¨²blicas y delegaciones de servicios como el abastecimiento de aguas, la recogida de basuras o los restaurantes escolares.
El proyecto de ley consagra la obligatoriedad absoluta de los concursos o subastas y de las votaciones p¨²blicas sobre los mismos. Todas los contratos en los que intervengan las colectividades locales, incluso las que les pongan en relaci¨®n con empresas p¨²blicas o semip¨²blicas, tendr¨¢n que someterse a las reglas de la econom¨ªa de mercado. Esos contratos nunca podr¨¢n ser prorrogados t¨¢citamente. Se favorecer¨¢ la participaci¨®n de empresas extranjeras. Los ayuntamientos tendr¨¢n que explicar las razones por las cuales declaran urbanizable tal o cual parcela de su t¨¦rmino municipal. Se crea, asimismo, un servicio interministerial de lucha contra la corrupci¨®n.
El Gobierno socialista reconoc¨ªa ayer haber "precipitado" la presentaci¨®n de este proyecto de ley con el objetivo de "crear un urgente cortafuegos" a los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. Sin ir m¨¢s lejos, Enimanuelli, presidente de la Asamblea Nacional y tercer personaje en la jerarqu¨ªa de Estado, puede ser procesado e. pr¨®ximo lunes por el juez de Rennes Ren¨¦ van Ruymbeke por tr¨¢fico de influencias. Emmanuelli fue tesorero del PS en la ¨¦poca en que el gabinete de estudios Urba cobraba sabrosas comisiones a las empresas que quer¨ªan hacer negocios con los ayuntamientos dominados por el partido del pu?o y la rosa.
Por el canto de un duro
La irrupci¨®n de este espinoso tema en el debate pol¨ªtico franc¨¦s se produce en un momento en que las encuestas revelan una reducci¨®n de la ventaja de los partidarios de Maastricht. De los porcentajes de entre el 56% y el 59% a favor del s¨ª que siguieron a la intervenci¨®n televisada de Mitterrand se ha pasado en los ¨²ltimos dos d¨ªas a cifras situadas entre el 50,5% y el 53%. "La victoria de uno u otro campo depende del canto de un duro", dijo ayer Philippe de Villiers, uno de los abanderados del no. Fuentes presidenciales han reconocido que el El¨ªseo no las tiene todas consigo y que los datos en su poder otorgan "una ventaja al s¨ª muy fr¨¢gil".
Los partidarios del no siguieron concentrando su artiller¨ªa dial¨¦ctica sobre el punto d¨¦bil del debate sobre Maastricht: la figura presidencial. "Una victoria del s¨ª ser¨ªa una victoria de Fran?ois Mitterrand", dijo el gaullista Charles Pasqua. Pero otros l¨ªderes de ese movimiento se esforzaron por desactivar ese argumento. Jacques Chirac, partidario del s¨ª, repiti¨® que lo que est¨¢ en juego el d¨ªa 20 es Europa y no el poder socialista. "A Mitterrand y los suyos les condenaremos en las legislativas del pr¨®ximo marzo", dijo Chirac.
El espantajo de los metecos
Un total de 1,1 millones de extranjeros mayores de 18 a?os podr¨¢n votar y ser elegidos a partir de 1995 en las elecciones municipales francesas en caso de victoria del s¨ª en el refer¨¦ndum del pr¨®ximo d¨ªa 20. El voto de esos ciudadanos comunitarios, residentes en Francia es uno de los aspectos del Tratado de Maastricht m¨¢s debatidos en la actual campa?a del refer¨¦ndum.En el reparto de papeles que se han atribuido los defensores del no, al ex ministro del Interior y senador gaullista Charles Pasqua le ha correspondido tocar la tecla del miedo al voto de los extranjeros. Pasqua dice no tener "nada en contra" de los ciudadanos comunitarios residentes en Francia -1,3 millones de personas, de las cuales 1,1 millones son mayores de edad-, pero afirma que concederles el voto es "abrir la puerta a la integraci¨®n definitiva en Francia" de, al menos, otros tres millones de inmigrantes procedentes de los pa¨ªses ¨¢rabes, africanos y asi¨¢ticos.
La presi¨®n de Pasqua y otros l¨ªderes de la derecha consigui¨® la pasada primavera que este aspecto del tratado fuera convertido en "una mera posibilidad" para el futuro. Previamente el Gobierno socialista hab¨ªa aceptado varias limitaciones a la elegibilidad de los comunitarios. Portugueses (650.000 personas; 495.000 de ellas mayores de edad), italianos (253.000 y 232.000) y espa?oles (216.000 y 194.000) constituyen el 84% del total de los electores potenciales en las municipales. Los partidarios de Maastricht, apoyados por los soci¨®logos, aseguran que la dispersi¨®n geogr¨¢fica y pol¨ªtica del contingente comunitario le impedir¨¢ cambiar sustancialmente el curso de las cosas en un pa¨ªs de 56 millones de habitantes.
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