El error de Asad
LAS ELECCIONES celebradas en L¨ªbano, que concluyeron el pasado domingo, han dado unos resultados distintos de los que esperaban las principales fuerzas que las organizaron, los partidos musulmanes prosirios. La sorpresa procede del ¨¦xito de Amal y Hezbol¨¢, partidos shi¨ªes estrechamente ligados a los ayatol¨¢s iran¨ªes. Las consecuencias pueden ser graves: ambas organizaciones se han distinguido por sus atentados y secuestros de ciudadanos occidentales. Que esas organizaciones alcancen gran influencia en la nueva vida parlamentaria de L¨ªbano contribuye a la estabilidad de la zona; tampoco a los intereses de la actual pol¨ªtica del presidente sirio, Asad. ?ste, al apoyar en la guerra del Golfo la coalici¨®n contra Sadam, encabezada por EE UU, recuper¨® su respetabilidad internacional. As¨ª ha podido consolidar su protectorado sobre L¨ªbano sin objeciones de Occidente.Al mismo tiempo, y es el dato m¨¢s sorprendente. de la negociaci¨®n que se est¨¢ desarrollando en Washington, el nuevo primer ministro israel¨ª ha tomado algunas iniciativas que han cambiado notablemente el clima de las relaciones entre ambos pa¨ªses. Del duro ataque de los sirios a los israel¨ªes en la inauguraci¨®n de la Conferencia de Madrid se ha pasado, en Washington, a que la mesa sirio-israel¨ª sea la que est¨¢ avanzando m¨¢s. Al paso dado por Rabin reconociendo la resoluci¨®n 242 de la ONU (cuya esencia es el cambio de paz por territorios), Siria ha contestado renunciando a su anterior exigencia de que Israel se retire de los altos del Gol¨¢n antes de que empiece la negociaci¨®n.
El ministro de Exteriores de Tel Aviv, Peres, ha declarado que los ¨²ltimos. 10 d¨ªas han sido los mejores en las relaciones entre los dos pa¨ªses desde la fundaci¨®n, hace 44 a?os, del Estado de Israel.
En cambio, en L¨ªbano los resultados electorales Ion muy negativos para el presidente Asad. Es cierto que exist¨ªan razones poderosas para organizar dichas elecciones: las anteriores tuvieron lugar hace 20 a?os y el Parlamento elegido entonces ya no pod¨ªa ser la base del nuevo Estado, cuyas l¨ªneas maestras hab¨ªan sido trazadas en el acuerdo de Taef de octubre de 1989 con la participaci¨®n de todas las fuerzas pol¨ªticas. Pero la convocatoria de la consulta desat¨® todas las intransigencias: los cristianos declararon el boicoteo a la misma por temor a perder una supremac¨ªa hist¨®rica injustificada en la actualidad. Con ello han facilitado la victoria de los extremistas. Israel, con sus agresiones brutales al sur del pa¨ªs, ha dado argumentos a los partidarios de la violencia: de todo ello se han beneficiado los proiran¨ªes. El resultado de las elecciones agudiza las contradicciones entre cristianos y musulmanes. Si se acepta que los maronitas ya no puedan seguir con su tradicional hegemon¨ªa, tampoco es imaginable que sean excluidos de la vida pol¨ªtica. La complejidad del caso liban¨¦s estriba no ya en la diversidad de partidos pol¨ªtico-religiosos, sino en que, seg¨²n las ciudades, valles y monta?as, unos u otros tienen el peso decisivo. Por eso es tan importante la tolerancia y la concertaci¨®n. Lo contrario de lo que significa Hezbol¨¢. Siria no puede ignorarlo: la comunidad internacional acepta su presencia militar, sobre todo, como una promesa de estabilidad que ahora se pone en entredicho.
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