Pol¨¦mica art¨ªstica
EN EL ¨¢mbito de las artes pl¨¢sticas, los gustos y criterios subjetivos condicionan notablemente lo que, en definitiva, no son sino las expresiones l¨ªmite de heterog¨¦neas subjetividades: las creaciones de los artistas. Cuando el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa (MNCARS) presenta lo que considera la base de su colecci¨®n permanente, la pol¨¦mica es inevitable. La cuesti¨®n es saber si existen, o no, razones para la discusi¨®n. En cualquier caso, ya hay un claro perdedor todos aquellos que pensaban visitar la programada exposici¨®n antol¨®gica de Antonio L¨®pez, cuya inauguraci¨®n estaba prevista para el pr¨®ximo 27 de octubre, y que, por leg¨ªtima argumentaci¨®n del pintor, ha sido retirada.La mayor¨ªa de los expertos coinciden en se?alar que la colecci¨®n del MNCARS es s¨®lida en su selecci¨®n hasta el informalismo. A partir de los a?os sesenta, la muestra es muy discutible. Los responsables del museo han reconocido las dificultades de seleccionar tendencias y personalidades a¨²n en fase de consolidaci¨®n, sin que, ello les exculpe de importantes ausencias, como la figuraci¨®n, concepto del que es parte esencial Antonio L¨®pez, o grupos como el catal¨¢n Dau al Set. Entre la subjetividad seleccionadora y lo obvio -la importancia de lo figurativo o el revulsivo vanguardista de grupos como los de P¨®rtico o Dau al Set- deber¨ªa existir el equilibrio que dicta el sentido com¨²n. Y todo ello sin que la ciudadan¨ªa sufra sobre sus espaldas una pol¨¦mica que lo es, b¨¢sicamente, entre pintores y expertos. El trabajo que supone la organizaci¨®n de una muestra antol¨®gica de Antonio L¨®pez, pintor del que precisamente por su importancia, aprecio entre los coleccionistas y ritmo de trabajo resulta muy dif¨ªcil de recopilar su obra, no deber¨ªa resultar bald¨ªo. Corresponde a la Administraci¨®n buscar el lugar adecuado que satisfaga a todos.
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