Quien calla otorga
Cada vez oigo a m¨¢s personas expresar la idea de que piensan abstenerse de votar en las pr¨®ximas elecciones. Unos cuantos, indiferentes, no lo har¨ªan porque no les gusta ning¨²n partido y manifiestan desinteresarse por la pol¨ªtica, pero otros sostienen que el Gobierno deber¨ªa tener en cuenta esos votos de la abstenci¨®n cambiando las reglas del juego. En este tono, aparece una carta (EL PA?S, lunes 7) en la que se pide que la abstenci¨®n tenga representaci¨®n parlamentaria. Absurdo parece que pueda llegarse a esta peregrina idea: quien no habla no dice nada y quien calla otorga. Cuando alguien no va a votar es porque no puede o no le interesa la cosa p¨²blica. Su partido puede ser el del desprecio, el de la indiferencia y, hasta podr¨ªa interpretarse como aceptaci¨®n de lo que diga la mayor¨ªa. Querer aprovechar esos votos abstencionistas es triqui?uela conocida de los partidos; tras unas elecciones no pocos dicen que "les ha perjudicado la abstenci¨®n", como si los ausentes fueran todos votantes suyos. No puede nadie sum¨¢rselos; ni ellos ni usted.Quien verdaderamente se interesa por la pol¨ªtica debe demostrarlo y est¨¢ obligado a ir a la urna, y depositar su voto. Si ning¨²n partido le satisface, vote en blanco. Haci¨¦ndolo, cumple con su obligaci¨®n democr¨¢tica y estar¨¢ en condiciones de pedir una muda y vac¨ªa representaci¨®n parlamentaria. Sospecho que puede tener hasta posibili-
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dades constitucionales: si la representaci¨®n la dan los votos v¨¢lidos, ?hay alg¨²n precepto que invalide los votos en blanco? Habr¨¢ hecho el mismo esfuerzo que el que vota a un partido y merece la misma compensaci¨®n: sentirse representado por un esca?o (o varios) vac¨ªo(s). En cambio, esforzarse por politizar a los verdaderos abstencionistas es absurdo: no emiten votos v¨¢lidos y validarlos puede ir contra sus deseos.
En el caso de que no consiguiera representaci¨®n para los votos en blando, el esfuerzo no ser¨ªa vano: cualquier partido (y entre ellos, el que est¨¦ en el Gobierno) querr¨ªa cambiar la actitud de quien, habiendo votado, demuestra su descontento de positando una papeleta en blanco.
Si no piensan en adelantarse a otro partido, al menos tendr¨¢n presente que hay un sector del electorado que no es indiferente y cuyas ideas no representan; insistiendo, podr¨ªa conseguirse que sus programas (o su forma de gobernar) cambien para captarles.
En resumidas cuentas, vote usted en blanco y tendr¨¢ raz¨®n moral para pedir esca?o para su no candidato. Si prefiere irse a la playa, h¨¢galo, pero no, se queje; no me puedo poner de su parte cuando usted protesta porque no le dan de comer en su casa, si luego me cuenta que no se molesta en pasarse por ella a las horas de las comidas.-
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