Procesado el presidente de la Asamblea Nacional francesa por recibir dinero negro

No por menos esperada la noticia dej¨® de causar una profunda conmoci¨®n en el mundo pol¨ªtico franc¨¦s: el presidente de la Asamblea Nacional, el tercer personaje en la jerarqu¨ªa del Estado, el socialista Henri Emmanuelli, fue procesado ayer por su presunta participaci¨®n en un delito de complicidad y encubrimiento de tr¨¢fico de influencias. Emmanuelli fue acusado de haber recibido dinero negro para financiar al Partido Socialista (PS), formaci¨®n de la que fue tesorero desde 1988 hasta comienzos de este a?o.

Ese dinero proced¨ªa de las actividades de falsos gabinetes de estudios creados por el PS. Urba, el principal de ellos, fue disuelto en enero de 1990, cuando a los medios de comunicaci¨®n y a los tribunales franceses llegaron pruebas contundentes de que hab¨ªa estado cobrando comisiones de las empresas que quer¨ªan tratos con los ayuntamientos socialistas. Tras deducir sus propios gastos de funcionamiento, Urba entregaba al PS el montante de esas comisiones.

El asunto Urba se ha convertido en una colosal prueba de fuerza entre el poder judicial y los socialistas que ocupan la jefatura del Estado, la direcci¨®n del Gobierno y la presidencia de la Asamblea Nacional. En 1990, el poder socialista respondi¨® a la irrupci¨®n de este esc¨¢ndalo con una ley que amnistiaba a todos los pol¨ªticos elegidos por sufragio universal de cualquier participaci¨®n en la financiaci¨®n ?legal de los partidos y las campa?as electorales.

Desde entonces, a cada intento de los jueces por utilizar los intersticios de la ley de amnist¨ªa para reabrir el caso, el Gobierno socialista ha respondido con argucias que lo volv¨ªan a cerrar. Un polic¨ªa marsell¨¦s, Antoine Gaudino, y un juez de Le Mans, Thierry Jean-Pierre, fueron apartados de la investigaci¨®n con m¨¦todos que el estamento judicial, la prensa y la oposici¨®n pol¨ªtica consideraron en su momento m¨¢s que dudosos.

Los 'cuadernos Delcroix'

Gaudino cont¨® sus desventuras en un libro de gran ¨¦xito popular titulado La investigaci¨®n imposible. A partir de los denominados cuadernos Delcroix, el diario de un responsable de Urba que registraba minuciosamente todas las actividades de esta sociedad, el polic¨ªa marsell¨¦s aport¨® numerosas pruebas de la implicaci¨®n de este gabinete en la financiaci¨®n ?legal del PS.

Esos cuadernos son los que han permitido al juez Van Ruymbeke procesar al presidente de la Asamblea Nacional. El magistrado ha utilizado el hecho de que los diputados franceses s¨®lo disponen de inmunidad parlamentaria cuando la Asamblea Nacional est¨¢ en periodo de sesiones. Y la principal expresi¨®n de la representaci¨®n popular francesa est¨¢ ahora de vacaciones, y s¨®lo comenzar¨¢ el curso parlamentario una vez conocidos los resultados del refer¨¦ndum sobre Maastricht.

El procesamiento de Emmanuelli culmina una rocambolesca serie de acontecimientos. Todo empez¨® cuando el pasado 14 de enero, el d¨ªa que Laurent Fabius tomaba posesi¨®n como primer secretario socialista, Van Ruymbeke efectu¨® por sorpresa un registro en la sede del PS. El pasado julio, en las v¨ªsperas del congreso socialista de Burdeos, fuentes del partido del pu?o y la rosa filtraron la noticia de que el juez hab¨ªa decidido procesar a Emmanuelli. Intentaban as¨ª cortocircuitar la acci¨®n del magistrado y provocar una reacci¨®n militante de los socialistas.

Dispuesto a comparecer

Hace unos d¨ªas, el juez escribi¨® a Emmanuelli para sugerirle aplazar su procesamiento hasta despu¨¦s de la celebraci¨®n del refer¨¦ndum sobre Maastricht, el pr¨®ximo domingo. Van Ruymbeke no quer¨ªa verse acusado de interferencia en esta delicada campa?a pol¨ªtica. Pero Emmanuelli facilit¨® a la prensa el mensaje del magistrado y se declar¨® dispuesto a comparecer ayer. As¨ª lo hizo.

A las 14.50 entr¨® en el despacho del juez, en el Palacio de Justicia de Rennes. Sali¨® media hora despu¨¦s, en un coche con los cristales ahumados, convertido, esta vez oficialmente, en el presunto autor de un delito de tr¨¢fico de influencias. Al cabo de un rato, en un restaurante de Rennes, afirm¨® que su procesamiento obedece a "una maniobra pol¨ªtica", e inform¨® de que se hab¨ªa negado a firmar el acta presentada por el juez.