BIoqueo en Arroyo de la Media Legua
Un matrimonio y su beb¨¦, cercados en el piso vac¨ªo que 'okuparon' el viernes
Balbina Garc¨ªa y Feliciano S¨¢nchez, un matrimonio de veintea?eros con un beb¨¦ de cinco meses, son protagonistas desde que se casaron, hace un a?o, de una historia com¨²n: los problemas de vivienda. Hasta ahora han vivido en casa de familiares, pero la falta de espacio y los roces entre suegra y nuera les pusieron en el brete de buscar otro techo. Sus ingresos, 120.000 pesetas, les dificultan alquilar un piso, y hasta dentro de cinco a?os no les dan la vivienda en cooperativa que est¨¢n pagando (40.000 al mes). El viernes tomaron una resoluci¨®n dr¨¢stica: dar la patada a un piso municipal vac¨ªo. Desde entonces viven ah¨ª, cercados por unos vigilantes que les impiden recibir alimentos.
El domicilio okupado, en el n¨²mero 43 de Arroyo de la Media Legua, en Moratalaz, cercano al Ruedo de la M-30, pertenece a la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV). En el bloque viven familias expropiadas por el Ayuntamiento en bolsas de deterioro urbano, como la avenida de Daroca o el Puente de Vallecas Norte. Tambi¨¦n hay otras, gitanas, censadas por el Consorcio para el Realojamiento de la Poblaci¨®n Marginada. Los pisos vac¨ªos, unos cinco, est¨¢n ya adjudicados a familias que los habitar¨¢n en cuanto las echen de su actual asentamiento.A media tarde del viernes, aprovechando una ausencia de los guardas jurados que vigila ban estas viviendas vac¨ªas, la joven pareja hizo un boquete en la puerta y forz¨® la cerradura del piso. Sab¨ªan que no estaba habitado porque a diario lo ve¨ªan desde el edificio de en frente, otra vivienda p¨²blica donde han vivido junto a los padres de Feliciano.
El mismo viernes recibieron la visita de unos inspectores, que les conminaron a abandonar el piso. Pero su decisi¨®n era y es firme: seguir con la ocupaci¨®n hasta conseguir que les ofrezcan un techo.
"No queremos nada gratis, ni tampoco un piso nuevo, nos conformamos con que nos de jen un prefabricado y ya pagar¨ªamos un alquiler mensual", afirman. Algo que no pare e probable.
En la lista negra
La directora de servicios de la EMV, Marisa Frutos, es tajante: "El Ayuntamiento no ofrece piso a nadie porque d¨¦ la pata da en una puerta, y adem¨¢s, esa familia pasa a una lista negra para futuras adjudicaciones". "En los 20 a?os que llevo en este trabajo municipal s¨®lo he conocido un caso, muy excepcional y sangrante, en el que se concedi¨® vivienda a una familia que hab¨ªa ocupado un piso de forma ilegal", a?ade.Frutos explica que las casas que a¨²n permanecen vac¨ªas en este bloque de Moratalaz ser¨¢n habitadas en cuanto se solucione la expropiaci¨®n de las familias a quienes van destinadas. "A veces los tr¨¢mites de expropiaci¨®n de la antigua vivienda se retrasan, pero esperamos conced¨¦rsela pronto a sus adjudicatarios", concluye.
Las directrices municipales sobre la ocupaci¨®n ?legal de vi vienda p¨²blica parecen claras. Pero la ¨²ltima palabra la dice el juez, que es quien debe autor?zar el desahucio.
Los vecinos de estos bloques de Arroyo de la Media Legua no dejan de repetir casos similares en los que los okupantes han podido continuar viviendo en el piso forzado, al menos hasta que llega la orden de desalojo.
En estos tres d¨ªas, la joven pareja no ha podido salir del edificio. En el portal y en la escalera les esperan tres guardas jurados que, si franquearan el umbral de la vivienda, les impedir¨ªan volver a entrar. Ayer volvieron los inspectores municipales para convencerles de que abandonaran el edificio "por las buenas". La respuesta de los okupas fue la misma: no sin tener una alternativa.
Feliciano, que trabaja de alba?il con un hermano suyo, falt¨® ayer al trabajo y sabe que eso no puede ocurrir todos los d¨ªas. Les han cortado el agua y la luz, y los alimentos y dodotis para el peque?o Sergio, de cinco meses, se los tienen que pasar desde el bloque de enfrente por medio de una polea.
A ninguno de los familiares, amigos y vecinos que les visitan se le permite portar paquetes con vituallas. Sin embargo, en el momento de la okupaci¨®n tuvieron tiempo para subir varias sillas, una cama y una cunita para el beb¨¦.
El matrimonio vivi¨® durante casi un ano en casa de la. familia de ¨¦l, formada por tres miembros y otros dos parientes que duermen all¨ª de vez en cuando. Pero las relaciones entre suegra y nuera era malas, por lo que la pareja decidi¨® trasladarse a la vivienda de los familiares de, ella, donde ya viven cinco personas. El siguiente paso fue la patada.
Nunca han acudido al Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) para solicitar piso. "?Para qu¨¦?, si hay unas listas de espera interminables", se justifican. Cuando se enteraron del plan de cooperativas decidieron apuntarse. Consiguieron la admisi¨®n, Y desde enero pagan unas 40.000 pesetas mensuales. "Eso est¨¢ bien, pero ?d¨®nde nos metemos hasta que hayan construido las casas?", argumentan.
La Empresa Municipal de la Vivienda ya ha solicitado una orden judicial para desalojar a esta familia. La polic¨ªa entrar¨¢ a echarles en cuanto el juez lo permita. Puede. ser dentro de unos d¨ªas o de unos meses.
Todos los a?os, la EMV, que adjudica unas 1.000 viviendas cada 12 meses, tiene unos 10 casos similares a ¨¦ste. Por su parte, el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), dependiente del Gobierno regional, reconoc¨ªa hace un a?o que en su parqu¨¦ de 100.000 pisos ten¨ªa 1.000 ocupados de forma irregular, muchos de ellos con el sistema de la patada.
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