La puerta de la casa
EL CONGRESO de la Internacional Socialista (IS) que acaba de clausurarse en Berl¨ªn -presidido por Felipe Gonz¨¢lez por expreso deseo de Willy Brandt- ha sido, b¨¢sicamente, un encuentro tranquilo; queda lejos la ¨¦poca en que la IS tomaba decisiones obligatorias para sus miembros, y en que sus congresos daban lugar a apasionados debates en tomo a opciones pol¨ªticas e ideol¨®gicas, como el pacifismo o la defensa nacional, la v¨ªa reformista o el radicalismo revolucionario. Entre sus escasas novedades hay que destacar el rotundo apoyo al Tratado de Maastricht, en v¨ªsperas del refer¨¦ndum en Francia. Por otra parte, al tratar del cese de la guerra en los Balcanes, la IS ha puesto el acento, con una resoluci¨®n especial, sobre el problema del respeto a los derechos de las minor¨ªas. Insistencia justificada. Un sistema de protecci¨®n de las minor¨ªas, con un control internacional, es una condici¨®n esencial para resolver los problemas que surgen en numerosos Estados de composici¨®n multi¨¦tnica.La Internacional Socialista, convertida hoy en asociaci¨®n sin excesiva coherencia ideol¨®gica, con gran flexibilidad entre las posiciones de los partidos que la integran, est¨¢ abocada a una pol¨ªtica de puertas abiertas hacia nuevas fuerzas, si bien la apertura ha sido aplicada de manera matizada en los diversos casos que deb¨ªan ser resueltos. Primero, el Partido Democr¨¢tico de Izquierda (PDI) de Italia -creado a partir del viejo Partido Comunista de Togliatti y Berlinguer- ha sido admitido como miembro pleno. Con ello se entierra un cierto sectarismo socialista, especialmente absurdo tras el hundimiento del muro, y confirma que la l¨ªnea de Occhetto ha sido la forma m¨¢s sensata de integrar lo v¨¢lido de la experiencia eurocomunista en el sistema democr¨¢tico occidental. ?Llevar¨¢ este ingreso a una fusi¨®n de los tres partidos italianos miembros ahora de la IS? No parece probable, al menos en plazo breve. Craxi sigue en la vieja pol¨ªtica de coalici¨®n con la Democracia Cristiana, mientras, dentro del propio PSI, Martelli apunta la posibilidad de crear un nuevo polo laico, democr¨¢tico y renovador de la pol¨ªtica romana; idea muy atractiva para el PDI. El PSI deber¨¢ superar su crisis interna antes de que sean viables los proyectos de fusi¨®n.
La IS ha sido mucho m¨¢s reservada hacia los partidos ex comunistas que han tomado el nombre de socialistas en los pa¨ªses del Este europeo. Uno solo de esos p¨¢rtidos, el h¨²ngaro -el que ayud¨® m¨¢s directamente a abrir paso a una democracia real- ha sido admitido como observador. Esta actitud prudente tiende -como ha dicho el nuevo presidente, Pierre Mauroy- a evitar que se extienda en esos pa¨ªses la confusi¨®n entre socialdemocracia y comunismo. La acogida dispensada a Gorbachov en el congreso de la IS indica el deseo de que surjan en los pa¨ªses ex comunistas nuevas fuerzas socialdem¨®cratas.
La apertura ha sido m¨¢s generosa hacia los pa¨ªses del Tercer Mundo, y concretamente a Am¨¦rica Latina. El Frente Sandinista de Nicaragua y el partido surgido de los guerrilleros del M- 19 de Colombia han sido admitidos como observadores; el Frente Socialista de A?t Ahmed de Argelia, como consultivo. El esfuerzo por superar el eurocentrismo y dar a la IS un car¨¢cter m¨¢s universal sigue vigente.
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