Preparados para lo peor
La hip¨®tesis del 'no' ha avanzado en las ¨²ltimas horas entre los dirigentes europeos
Hace una semana nadie en la CE quer¨ªa trabajar con la hip¨®tesis del rechazo a Maastricht. Horas antes de la consulta se dir¨ªa que es exactamente al rev¨¦s. "Los hombres pol¨ªticos sobre el terreno", comentaba un portavoz comunitario, "tienen muy malas impresiones de sus circunscripciones y del pulso de la calle". La tormenta monetaria, la enfermedad de Mitterrand, el mal sabor de boca de las acusaciones mutuas y de las suspicacias levantadas entre los Doce, todo ello ha ido cargando el ambiente y ensombreciendo el panorama. Ya existen documentos en los que se estudian los llamados escenarios del no, y todo parece preparado para abordar la cat¨¢strofe.
El lunes, con la resaca de los resultados y con independencia del signo que tengan, habr¨¢ Consejo extraordinario de Ministros de Exteriores, con el propio presidente de la Comisi¨®n, Jacques Delors, incluido, en Nueva York, donde se hallar¨¢n con motivo de la Asamblea General de la ONU. En Washington estar¨¢n todos los ministros de Econom¨ªa y Finanzas, dispuestos a hacer un aparte en las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para ocuparse de Europa. Unos y otros discutir¨¢n sobre la cumbre extraordinaria que, tambi¨¦n con independencia de los resultados, han pedido primero el ministro de Exteriores italiano, Emilio Colombo, y luego, el canciller alem¨¢n, Helmut Kohl, y el primer ministro franc¨¦s, Pierre B¨¦r¨¦govoy.Para el d¨ªa despu¨¦s hay ya toda una panoplia de hip¨®tesis de trabajo. En el caso del voto afirmativo, incluso de una victoria amplia del s¨ª, todo el mundo est¨¢ de acuerdo en que los problemas no quedan resueltos. Nadie cree ya que el momento psicol¨®gico de un lunes luminoso permita borrar lo que ha sucedido en las ¨²ltimas semanas. Hay, Sin duda, un esfuerzo para volver a la disciplina en el Sistema Monetario Europeo (SME), pero no est¨¢ claro que la libra regrese, como m¨ªnimo en lo inmediato'. La propia ratificaci¨®n brit¨¢nica de Maastricht se ve gravemente complicada. John Major puede tener dificultades con el Parlamento si quiere conseguir un voto favorable antes del 1 de enero, la fecha inicialmente prevista para la culminaci¨®n del proceso de ratificaci¨®n.
Reaparece, adem¨¢s, el problema dan¨¦s, con un doble protagonismo: ser¨¢ posiblemente el ¨²nico socio que no habr¨¢ ratificado y que por el momento nada ha dicho sobre la posibilidad de ratificar, y contar¨¢ desde enero hasta junio con la presidencia de la CE, lo cual le dar¨¢ protagonismo y capacidad de iniciativa.
El futuro dan¨¦s
Las hip¨®tesis que se barajan sobre el futuro dan¨¦s son:
Una boina para Maastricht. Dinamarca se queda en la CE sin ratificar el tratado. Para ello pide un protocolo a 12 en el que se especifica su situaci¨®n especial, en la que se contemplan los elementos de Maastricht que se abandonan. Esta boina al Tratado de Maastricht suscita numerosos problemas a su vez para su ratificaci¨®n por los Doce, y puede dar lugar a dos variantes. Si los otros 11 socios avanzan en la construc ci¨®n europea, Dinamarca va descolg¨¢ndose hasta quedar en la pr¨¢ctica equiparada a los miembros de la EFTA que se han incorporado al Espacio Econ¨®mico Europeo (EEE). Las reuniones de los 12 de la CE, por mor de la posici¨®n danesa, se convierten as¨ª en la pr¨¢ctica en 11.
Uni¨®n a la carta. Segunda hip¨®tesis: la posici¨®n danesa, sumada a la peculiar situaci¨®n brit¨¢nica en el tratado (exclusi¨®n de la pol¨ªtica social y opting-out o posibilidad de salirse de la uni¨®n monetaria) da lugar a una Comunidad a la carta, que se convierte en la, pr¨¢ctica en una Europa de distintas velocidades, con una base en com¨²n de un mercado ¨²nico. Triunfan as¨ª las posiciones de los m¨¢s liberales, que preconizaban ¨²nicamente una zona de libre comercio.
Los Doce se quedan en Once. Dinamarca no espera a que se produzca una degradaci¨®n de una ratificaci¨®n a 11 de Maastricht y denuncia, directamente, el Tratado de Roma y el Acta ¨²nica. Esta posibilidad no est¨¢ prevista en la CE, donde nunca se ha trabajado sobre la hip¨®tesis de que alg¨²n socio quiera darse de baja del club. Los Doce deber¨ªan acordar por unanimidad la modalidad de la salida danesa.
Plazo de gracia. Dinamarca obtiene un plazo para incorporarse a la Uni¨®n Europea. Se trata de una cla¨²sula de opting-in, exactamente al rev¨¦s que los brit¨¢nicos, que podr¨ªa vincularse a la ampliaci¨®n de la CE.
Hip¨®tesis del 'no'. Maastricht se convierte en historia. Los brit¨¢nicos no ratifican. La libra probablemente no regresa al SME, que entra en una crisis quiz¨¢ definitiva. Quedan el marco y su zona, y los otros campan cada uno por su lado. La propia CE entra en una fase no tan s¨®lo de vida l¨¢nguida, sino incluso de problemas mucho m¨¢s serios, que pueden afectar al n¨²cleo de su funcionamiento y agravar todav¨ªa m¨¢s el panorama entero del Este europeo.
La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Doce, que se celebrar¨¢ seguramente en todos los casos, tendr¨¢ un orden del d¨ªa principalmente monetario en caso del s¨ª y una parte dedicada al laberinto pol¨ªtico en caso del no. Pueden producirse incluso presiones sobre Delors para que no dimita en un intento de aunar todas las fuerzas para salvar lo salvable. Se prev¨¦n crisis de gobierno en cadena: Italia, Reino Unido, Alemania, Espa?a y Francia, donde el vendaval puede ser de mayor alcance, pues afecta al presidente de la Rep¨²blica. Y esto es lo que en franc¨¦s, lengua de trabajo de la Comunidad Europea, se llama un escenario cat¨¢strofe. En Bruselas son muchos los que creen estar ya psicol¨®gicamente preparados para esta eventualidad. Pero habr¨¢ que ver a la hora de la verdad.
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