Londres conf¨ªa secretamente en que Francia diga "no"
John Major sigue opinando que el Tratado de Maastricht "contiene elementos muy positivos para los brit¨¢nicos". Pero ya no defiende el s¨ª. Se neg¨® a hacerlo cuando un entrevistador de televisi¨®n le pidi¨®, en directo, que se pronunciara con claridad. El primer ministro brit¨¢nico y parte de su Gabinete parecen confiar ahora, secretamente, en un no franc¨¦s que reduzca a los dem¨¢s Gobiernos europeos a la misma condici¨®n en que se encuentra el del Reino Unido: confusi¨®n, derrota y verg¨¹enza.
La aprobaci¨®n de Maastricht por parte del electorado franc¨¦s no garantizar¨ªa la aplicaci¨®n de los tratados. Faltan los grandes escollos del Reino Unido, donde el hundimiento de la libra por culpa de Alemania -¨¦sa es al menos la impresi¨®n m¨¢s extendida aqu¨ª- ha generado un r¨¢pido rebrote del nacionalismo, y de Dinamarca, donde las encuestas insisten en se?alar una mayor¨ªa en contra. Adicionalmente, resaltar¨ªa la actual paradoja: la presidencia comunitaria est¨¢ en manos de un pa¨ªs ajeno al Sistema Monetario Europeo, resentido contra Alemania y muy molesto con otros socios europeos.Un no franc¨¦s "resolver¨ªa muchos de nuestros problernas", dijo un miembro no identificado del Gobierno brit¨¢nico al diario econ¨®mico The Financial Times. Uno de esos problemas es la falta de autoridad moral respecto al resto de la CE. Michael Helsentine, ministro de Industria y Comercio, mostr¨® el viernes su irritaci¨®n por las manifestaciones de varios dirigentes europeos sobre la necesidad de celebrar una cumbre comunitaria tras el refer¨¦ndum de hoy.
John Major ha venido insistiendo en los ¨²ltimos d¨ªas en que un no franc¨¦s "no significar¨ªa el fin del mundo" y en que existen muchos instrumentos, al margen de Maastricht: el mercado ¨²nico y las relaciones comerciales con EE UU, de forma especial.
Otro problema que la supervivencia de Maastricht supondr¨ªa para Major ser¨ªa la relegaci¨®n del Reino Unido al pelot¨®n de cola de la Comunidad. Gana verosimilitud la opci¨®n de una Europa de dos o m¨¢s velocidades, y parece claro que la libra no podr¨ªa ser incluida en el grupo de cabeza.
La ca¨ªda de la libra no s¨®lo ha roto el espinazo de la pol¨ªtica econ¨®mica de Major. Tambi¨¦n ha exacerbado en la sociedad brit¨¢nica el temor a una CE completamente dominada por los alemanes. El fantasma que durante a?os han agitado la ex primera ministra Margaret Thatcher y sus fieles euroesc¨¦pticos se ha hecho realidad al menos temporalmente: la loco motora alemana forz¨® primero la elevaci¨®n de los tipos de inter¨¦s en el Reino Unido y luego provoc¨® la devaluaci¨®n de la libra.
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