"Un libro sobre la oposici¨®n que ser¨¢ divertido"
Joaqu¨ªn Leguina, santanderino bienhumorado, tiene ya el bigote blanco, por lo que ha dejado de parecerse a Walter Benjamin, el fil¨®sofo. Cumpli¨® 51 a?os en mayo, y desde 1983 preside la Comunidad de Madrid.
Pregunta. Los archivos de los peri¨®dicos est¨¢n llenos de declaraciones suyas, pero la mayor¨ªa sobre pol¨ªtica en general, hay muy pocas sobre la Comunidad de Madrid. ?Por qu¨¦?
Respuesta. No suelen preguntarme mucho por Madrid.
P. Vamos a intentar equilibrarlo. Usted, como dem¨®grafo, sabe cu¨¢ntos ancianos hay en esta Comunidad.
R. S¨ª, en esta disciplina las previsiones se suelen cumplir, no como en otras. El n¨²mero global se prev¨¦ con facilidad, es m¨¢s complicado prever la proporci¨®n, y las migraciones, que son m¨¢s err¨¢ticas y desempe?an un papel importante. Pero creo que no van a parar las migraciones hacia Madrid, lo que va a complicar socialmente las soluciones.
P. Ah¨ª iba: si ya con los ancianos que hay en Madrid no es posible atenderlos...
R. Hay que buscar un modelo de asistencia distinto del existente ahora, porque no ser¨ªa posible una soluci¨®n a trav¨¦s, exclusivamente, de residencias p¨²blicas. Lo que estamos buscando por un lado es incrementar la asistencia a domicilio; y por otro, resolver la atenci¨®n desde la Administraci¨®n en los casos de invalidez, que es lo m¨¢s grave (y en alg¨²n momento de la vida todos seremos inv¨¢lidos); y luego hay que buscar soluciones mixtas: con empresas privadas que tengan experiencia. Y las hay. Incluso algunas que vienen con experiencia de otros pa¨ªses y que se van a instalar aqu¨ª. Esa es la soluci¨®n, con una financiaci¨®n a tres partes: con algo del dinero de los propios jubilados (hoy no hay pr¨¢cticamente ninguno que no reciba alguna subvenci¨®n), con otra parte de dinero p¨²blico y, en cuanto a la gesti¨®n, con empresas privadas de, asistencia a domicilio. Eso no quiere decir que no sigamos con las residencias, pero ahora mismo ya en un porcentaje muy elevado se ocupan de inv¨¢lidos.
P. ?Y ser¨¢n suficientes?
R. Yo creo que con esa f¨®rmula s¨ªP. De todas formas, para todo esto hace falta dinero.
R. El salto hacia adelante lo dio el Gobierno, con la extensi¨®n de las pensiones. Y puede haber ayudas no monetarias, como la cesi¨®n de un terreno para edificar una residencia privada. Ahora, yo s¨¦ lo que significa la angustia de tener en casa una persona mayor inv¨¢lida, y es terrible.
P. S¨ª, pero habla usted de planes, ideas...
R. No, no, no, se va haciendo. Se va haciendo. Hay contactos con algunas empresas serias... para acabar con el problema de ese tipo de residencias que aqu¨ª ha habido y todav¨ªa hay, que no se pueden tolerar. Parecen parkings m¨¢s que residencias.
P. Los Ayuntamientos tambi¨¦n tienen competencias en esto.
R. S¨ª, el de Madrid est¨¢ haciendo un esfuerzo desde hace tiempo en la asistencia domiciliaria, que es una soluci¨®n que se puede extender a much¨ªsima gente, no es una cosa marginal. Un anciano que no es inv¨¢lido necesita, tambi¨¦n cosas tan simples como que hablen con ¨¦l, que le comenten la televisi¨®n y que le hagan la cama y la comida. Y sin desarraigarle de su entorno. Hay un problema en Espa?a, que es la falta de voluntariado. Aunque el voluntariado plantea problemas sindicales, y yo har¨ªa un llamamiento a los sindicatos: la sociedad no puede soportar sin voluntariado la soluci¨®n de algunos problemas. En otros pa¨ªses funciona esa concepci¨®n del servicio a la colectividad: una hora a la semana, que no es nada, es mucho si se suma mucha gente.
P. Dentro de esas soluciones que suelen anunciarse para Madrid figura el plan de 50.000 millones destinados al sur, aprobado en noviembre...
R. Estamos encontrando poca receptividad en las otras dos administraciones implicadas en esa propuesta (Gobierno y Ayuntamiento). La semana que viene remitiremos a la Asamblea un peque?o ¨®rgano pol¨ªtico, donde intentaremos producir proyectos que no necesariamente son inversiones en infraestructuras, sanitaria o educativa. Lo que se tiene que producir es, a trav¨¦s del asociacionismo del lugar, mecanismos que produzcan un desarrollo social, una cultura de lo colectivo. Y aparte, naturalmente, hay que hacer inversiones.
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Viene de la p¨¢gina 1.P. Pero esta colaboraci¨®n de las administraciones no parece funcionar bien. Ya se ve en los consorcios (Madrid 92, Transportes, Realojamientos ... ).
R. Los consorcios son imprescindibles. Unos funcionan bien y otros menos bien.
P. ?Cu¨¢les funcionan bien?
R. El de Transportes, por ejemplo, aun con todos los problemas que tenemos. Si no existiera, la situaci¨®n del transporte p¨²blico ser¨ªa un aut¨¦ntico desastre, y no lo es en este momento. Ha mejorado sensiblemente Hay otro tipo de consorcios que son coyunturales, y que, bueno, dan los resultados que dan, como es el de Madrid 92; pero es imprescindible la colaboraci¨®n.
P. ?Qu¨¦ significa que Madrid 92 da los resultados que da?
R. Es que ah¨ª se equivoc¨® el mensaje. Y mea culpa, porque yo soy vicepresidente de ese consorcio. Desde el principio se publicit¨® la capitalidad cultural como si fuera la gran panacea, y algunos nos hemos cansado de repetir que esto no eran los Juegos o la Expo. Comparemos lo que se ha gastado la Expo en expresiones culturales con lo que ha gastado Madrid 92. Habr¨ªa sido mejor concentrar todo el Madrid cultural entre octubre y diciembre, con la Expo ya cerrada, pero lo digo a toro pasado.
P. ?Y esta idea no surgi¨® en su momento?
R. No. Primero, coincide la nominaci¨®n de la capitalidad con la moci¨®n de censura y el cambio de alcalde [Rodr¨ªguez Sahag¨²n]. Eso retras¨® bastante el planteamiento. Y se da un planteamiento que si no hubiera existido lo de Barcelona y Sevilla habr¨ªa sido m¨¢s llamativo. Y luego [cambia de tono para se?alar un tema distinto] hay que replantearse la cultura; en fin, dejemos pasar el 92. Pero hay que replante¨¢rsela de arriba a abajo.
P. Y a¨²n viene un nuevo consorcio para Barajas.
R. Una sociedad an¨®nima, que es m¨¢s operativa [participar¨¢n en ella las tres administraciones]. Es un desarrollo largo, que va a tardar bastante tiempo.
P. Las carreteras de la Comunidad se hallan en un estado muy deficiente. ?Est¨¢ de acuerdo?
R. Es algo que le recuerdo de vez en cuando al consejero de Transportes, porque yo s¨ª uso esas carreteras. Tienen poca utilizaci¨®n, y en algunas de ellas yo no ser¨ªa muy partidario, y en eso coincido con los ecologistas, de hacer grandes carreteras que atraigan el dominguerismo de lata y pl¨¢stico. Pero s¨ª que habr¨ªa que darles un repaso. Lo que ocurre es que hemos centrado el esfuerzo donde m¨¢s circulaci¨®n hay. Hemos gastado mucho dinero en apoyar soluciones como la de la M-40: hacer un kil¨®metro de autopista cuesta m¨¢s que arreglar 20 kil¨®metros en la sierra.
P. Al final, todo se traduce en que falta dinero.
R. No, no todo. Algunos problemas se pueden resolver sin echar mano del dinero p¨²blico Por ejemplo, con los bordillosbus tan perseguidos dentro de la ciudad por un peri¨®dico, que se ha llevado el gato al agua (y eso es un desastre); y tambi¨¦n son v¨¢lidos para el ingreso en la ciudad. Creo que hay que recuperar esa idea. Ahora bien, una foto de c¨®mo estaban las carreteras de la Comunidad antes de que lleg¨¢ramos nosotros muestra la diferencia respecto a ahora. Y en las encuestas sale, ?eh? La inversi¨®n en carreteras es muy agradecida.
P. Catalu?a propone revisar la financiaci¨®n auton¨®mica de modo que se relacione con el esfuerzo fiscal de una comunidad Eso beneficiar¨ªa much¨ªsimo a los presupuestos de Madrid.
R. En ese paraguas estamos.
P. Pero quienes lo reivindican son ellos.
R. Parece l¨®gico, ?no?, desde la ¨®ptica pol¨ªtica. Ahora bien, es evidente que las autonom¨ªas no deben provocar mayores diferencias, sino todo lo contrario. Pero los catalanes, o yo mismo, nos preguntamos: ?c¨®mo es posible que haya una distribuci¨®n de la renta tan desigual como para que entre Catalu?a y Madirid -descontando los datos espurios- se pague bastante m¨¢s del 50% del IRPF? Si respondiera a una mala distribuci¨®n de la renta, habr¨ªa que hacer un esfuerzo mucho mayor de desarrollo de las otras regiones. Pero tengo la sensaci¨®n de que es una cuesti¨®n del recaudador. Y entonces lo que se est¨¢ primando es el fraude. Hay capas enteras de la sociedad que consideran que no tienen obligaci¨®n de pagar impuestos y que sin embargo tienen. la devoci¨®n de pedirlo todo. Y en Madrid estos colectivos est¨¢n infrarrepresentados. Vamos a pedir solidaridad con los que pagamos los impuestos.
P. S¨ª, pero quien lo reivindica es Jordi Pujol.
R. No veo yo que la gente entendiera que mont¨¢ramos una gresca con nuestros compa?eros que est¨¢n en el Gobierno. Eso no quiere decir que no reivindiquemos. Pero banderas, cuantas menos mejor, y en el f¨²tbol.
P. Algunas comunidades han aprobado leyes originales, o emblem¨¢ticas, para regular asuntos propios. Por ejemplo, la Ley de Rebajas catalana. No ha habido ninguna ley as¨ª en Madrid.
R. Hay una que yo no nombrar¨¦.
P. S¨ª, el frustrado recargo del 3% en el impuesto de la renta, pero ya casi es de otra ¨¦poca.
R. Y algunas m¨¢s: los parques regionales, la ley del suelo que espero que salga... si sacamos la lista, hay bastantes cosas exportables y exportadas... pero as¨ª, memorizando... Tambi¨¦n es cierto que no tenemos las competencias de Catalu?a.
P. En materia de asistencia social hay competencia plena.
R. Nosotros hemos creado un instrumento, el IMI [el salario social], que est¨¢ funcionando razonablemente.
P. La marginaci¨®n, los realojamientos...
R. Ahora tenemos una marginaci¨®n de nuevo tipo. No se parece en nada el chabolismo de hoy -que tiene una componente ¨¦tnica muy importante y componentes inmigratorios- con el chabolismo que hab¨ªa en los a?os cincuenta. Aquella gente ve¨ªa como una posibilidad alcanzable la normalizaci¨®n de su vida a trav¨¦s del trabajo. Pero a principios de los setenta aparecen la desesperanza ante el trabajo y el fen¨®meno de gentes que est¨¢n culturalmente en el margen, desarraigadas, sometidas a asuntos como la droga... Es cualitativamente distinto. Y yo creo que no hay pol¨ªticas globales para esto. Hay que ver casos concretos.
P. Y otra vez un consorcio.
R. Si el consorcio de los realojamientos sirve para quitarse el muerto de encima, no sirve para nada. Hay qu¨¦ tirar las chabolas abajo, de acuerdo todos; hay que hacer nuevos alojamientos, de acuerdo todos. Pero no en mi territorio, de acuerdo todos. Nosotros ponemos el dinero para la edificaci¨®n, como est¨¢ acordado, y luego hay que buscar el suelo, y no quiero echar el muerto al Ayuntamiento, que se encuentra con esa frase sacramental: "S¨ª, pero no en mi territorio", dicen los vecinos. Y adem¨¢s en el caso de Villaverde se busca un vertedero, sin viales, un descampado... Y algo tendr¨¢ que ver alg¨²n comerciante que tiene ah¨ª un gran comercio... Todo eso se mezcla. Y, seg¨²n el acuerdo, quien lo ten¨ªa que resolver era el Ayuntamiento.
P. En efecto, pero usted apoy¨® al alcalde cuando decidi¨® congelar aquel realojamiento.
R. Eso es verdad.
P. As¨ª, unos pocos derrotaron a quienes representan la soberan¨ªa de los madrile?os.
R. La derrota ser¨ªa que no pudi¨¦ramos resolver ese problema.
P. Pues est¨¢ sin resolver.
R. Est¨¢ sin resolver.
P. Y tampoco quiere nadie una c¨¢rcel en su pueblo.
R. Tampoco, y qu¨¦ curioso: la c¨¢rcel de Soto del Real sustituir¨¢ la de Carabanchel, pero no veo los ciudadanos de Carabanchel ni al alcalde de Madrid batiendo palmas ante el Ministerio de Justicia. No s¨¦ por qu¨¦ cuando se pone una c¨¢rcel se protesta y cuando se quita no se aplaude.
P. ?C¨®mo est¨¢ la situaci¨®n econ¨®mica de Telemadrid?
R. Hay dos problemas: el primero, no tener sede propia; y otro, la cuenta de resultados. El primero se resolver¨¢, y lo ideal es que tenga su Sede en la futura Ciudad de la Imagen [que promueve la Comunidad]. En el segundo, el primer objetivo es subir la audiencia, porque, como dice el director general, una televisi¨®n p¨²blica lo que tiene que tener es p¨²blico. Por los ¨ªndices, veo que eso va bien. La gesti¨®n ha mejorado sensiblemente esta legislatura, y eso no lo puede negar nadie: ah¨ª est¨¢n los ¨ªndices. Pero, con la competencia actual, una televisi¨®n auton¨®mica no puede equilibrar hoy sus ingresos y sus gastos. Algunos programas no interesan comercialmente, pero s¨ª socialmente, y hay que mantenerlos: ense?anza de adultos, cultura sanitaria, educaci¨®n medioambiental... A los ecologistas no les gusta criticar a la sociedad, prefieren criticar al Gobierno... y en realidad hay que educar a la gente, y en eso Telemadrid puede desempe?ar un papel. Hay que asumir, por tanto, una parte de gasto en la televisi¨®n auton¨®mica, eso s¨ª: lo m¨¢s reducida posible.P. ?Nada de privatizar?
R. El PP lo pide, pero con las leyes en vigor no se puede. Por otro lado: ?el PP privatizar¨ªa las auton¨®micas si pudiera? Hombre, yo creo que Fraga [presidente gallego] no les va a dejar. Tambi¨¦n creo que la gente inteligente que vota al PP no se cree estas propuestas que hace el PP. Cuando deje esto [dice medio en broma] har¨¦ un libro sobre la oposici¨®n, y espero que sea divertido.
P. El alcalde de Barcelona ha propuesto una doble capitalidad.
R. Con la Constituci¨®n, no se puede. S¨ª se pueden trasladar instituciones: el Senado, como ¨¦l pide. Me parece bien. Adem¨¢s. [se r¨ªe] as¨ª resolver¨ªamos el problema de la sede de nuestra Asamblea: la podr¨ªamos trasladar al edificio del Senado.
P. ?Y la Ley de Capitalidad?
R. Yo no tengo ninguna prisa. Los que tengan prisa, que se aceleren. Estamos a favor de una mayor autonom¨ªa municipal, pero si lo que pretenden es, por esa v¨ªa, salirse de los controles urban¨ªsticos, no, no, no, no, no.
P. ?Ha hablado con el alcalde de Alcobendas?
R. S¨ª, naturalmente. Estoy convencido de que no han hecho una chapuza [en las irregularidades del Arroyo de la Vega]. Todo el mundo se puede equivocar administrativamente, pero desde el punto de vista del rigor urban¨ªstico, pongo la mano en el fuego.
P. ?Es ¨¦ste su ¨²ltimo mandato?
R. Cuando acabe, llevar¨¦ 12 a?os. Hay que dejar sitio a gente m¨¢s joven.
P. ?Y a qu¨¦ se dedicar¨¢?
R. Soy funcionario de la ONU, as¨ª que tendr¨¦ trabajo. Pero tambi¨¦n puede que me dedique a la pol¨ªtica activa.
P. ?Algo le ronda ya la cabeza?
R. No. Hasta dentro de tres a?os no me lo planteo.
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