Un canje obligado
El canje ha sido obligado: f¨ªsico por sabidur¨ªa, cuerpo por mente, tiempo por esfuerzo. Las diversas secuencias del Maradona jugador que, seguramente, pasan ahora por el imaginario colectivo de la afici¨®n del Sevilla deben recortarse sobre la historia reciente para que encajen y se compaginen. De otro modo, nadie entender¨ªa la pel¨ªcula que se va a proyectar. Hay que avisar al espectador de que aquel joven de 25 a?os, en plenitud f¨ªsica, que bail¨® sobre el bal¨®n ante tres ingleses, todav¨ªa en campo argentino, y luego dej¨® a otros tres tendidos en su carrera imparable hasta el gol, aquel campe¨®n del mundo, aqu¨¦l de M¨¦xico 86, ¨¦se, ¨¦se no es ¨¦ste.El Maradona actual ha vivido sometido en los ¨²ltimos cinco a?os a la presi¨®n que miles de personas no soportan en toda su existencia. Su cuerpo se ampli¨®, tom¨® unas formas m¨¢s redondas, engord¨® a medida que se hund¨ªa con todas las culpas propias y ajenas sobre la cabeza. De all¨ª abajo sali¨® cuando pudo desabrigarse de la muerte. El d¨ªa que, adem¨¢s de decirlo, comprendi¨® que no hab¨ªa matado a nadie y que el drama infinito se reduc¨ªa a un problema personal se le deshinch¨® de alivio el cuerpo.
Dos meses de plazo
Lleva, de verdad, s¨®lo tres meses de entrenamiento. Su preparador f¨ªsico dice que, as¨ª como est¨¢, aguanta bien un tiempo de juego". Necesita, para completar uno entero en el que el cuerpo y la mente se coordinen por completo, al menos 10 encuentros de la Liga continuados. Ese tiempo, unos dos meses, ser¨¢ el plazo m¨ªnimo que los aficionados tendr¨¢n que esperar para juzgar su rendimiento. La forma de evitar que la ansiedad se transmita es considerarle como un extranjero reci¨¦n llegado, del que poco se sabe y que todav¨ªa tiene que adaptarse.Si eso fuera posible, la sorpresa posterior ser¨¢ muy agradable. ?l mismo lo ha declarado ya: "No puedo volver a ser el de antes, pero puedo ser mejor". ?Qu¨¦ quiere decir esto? Que los paladares exigentes van a tener el placer de saborear el m¨¢s exquisito f¨²tbol que se consiga hoy en el mundo. Observen ese toque, esa salida, ese regate, ese bal¨®n puesto al pie de quien ser¨¢ el goleador, ese remate franco colocado all¨ª, ese movimiento del equipo a su alrededor, ese fuego, esa pasi¨®n...
Para terminar, hay que tener en cuenta dos datos claves de la historia futbol¨ªstica de Maradona.
Uno: es una figura solidaria, un jugador que siempre pertenece al conjunto y se entrega a ¨¦l; no es, desde luego, de las estrellas solitarias que se salvan solas.
Dos: tiene el orgullo de los grandes; es de aquellos piratas del juego a los que, como canta Joan Manuel Serrat, para hincarles de rodillas hay que cortarles las piernas.
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