John Major se juega su carrera pol¨ªtica en el debate de Maastricht
John Major ha decidido plantear la batalla final. La votaci¨®n parlamentaria sobre el Tratado de Maastricht ser¨¢ "la m¨¢s larga y cruel de este siglo", en palabras de un miembro de su Gobierno. Puede durar m¨¢s de 30 d¨ªas con sus 30 noches. Si la ley es rechazada, Major dimitir¨¢; si es aprobada, los euroesc¨¦pticos estar¨¢n derrotados para siempre. El Reino Unido pedir¨¢ a sus socios comunitarios la m¨¢xima colaboraci¨®n: "Tienen que darse cuenta de que ah¨ª nos jugamos todos el futuro de la CE", dijo ayer el subsecretario del Foreign Office, Tristan Garel-Jones.
El mensaje del primer ministro, John Major, a los dem¨¢s l¨ªderes comunitarios en la cumbre extraordinaria de Birmingham tendr¨¢ tonos dram¨¢ticos. Ser¨¢, m¨¢s o menos, el siguiente: "S¨®lo yo puedo llevar el Reino Unido hacia la Uni¨®n Europea; no pueden hacerlo los tories thatcheristas, ni pueden hacerlo los laboristas, que tienen en sus filas a¨²n m¨¢s euroesc¨¦pticos que nosotros en las nuestras. El momento es ahora. Ayudadme a convencer a mi gente".El Gobierno brit¨¢nico espera conseguir de sus socios una cooperaci¨®n absoluta, no s¨®lo en la adici¨®n de cl¨¢usulas explicatorias al tratado, sino en otras cuestiones que le agobian: el Sistema Monetario Europeo (SME), la ca¨ªda de la libra o las especulaciones continentales sobre las dos velocidades.
Art¨ªculo por art¨ªculo
De acuerdo con esta estrategia, el subsecretario del Foreign Office para Asuntos Europeos, Tristan Garel-Jones, declar¨® ayer a este peri¨®dico: "Los dem¨¢s Gobiernos deben darse cuenta de a qu¨¦ nos enfrentamos. La votaci¨®n sobre Maastricht en Ia C¨¢mara de los Comunes ser¨¢ la batalla parlamentaria del siglo. Ser¨¢ incluso m¨¢s dura que la que precedi¨® a la autonom¨ªa e independencia de Irlanda, tras la Primera Guerra Mundial".
La sesi¨®n puede durar m¨¢s de treinta d¨ªas y treinta noches, seg¨²n Garel-Jones, "porque los euroesc¨¦pticos procurar¨¢n retrasar los procedimientos lo m¨¢s que puedan, y hay que votar art¨ªculo por art¨ªculo. Si se pierde una sola de las votaciones, todo estar¨¢ perdido. Volver¨¢n a verse colchones en Westminster, enfermos en los pasillos y gente al l¨ªmite de su resistencia f¨ªsica. Ser¨¢ mucho m¨¢s duro de lo que nadie puede imaginarse".
Los catorce whips (l¨¢tigos, o jefes parlamentarios) del Partido Conservador empezaron ayer a estudiar c¨®mo se plantear¨¢ la batalla, que podr¨ªa celebrarse sin ninguna interrupci¨®n, o en varios tramos. Se espera que la sesi¨®n comience antes de Navidad y concluya a lo largo de enero.
John Major se cuid¨®, el jueves, de cerrar filas en su Gobierno. En una reuni¨®n pol¨ªtica (sin los secretarios t¨¦cnicos de cada ministerio), el primer ministro anunci¨® su decisi¨®n y pregunt¨® a cada uno si estaba dispuesto a jugarse el todo por el todo en nombre de Maastricht. Nadie dio un paso atr¨¢s, ni siquiera los cuatro ministros (Norman Lamont, Michael Portillo, Peter Lilley y Michael Howard) que m¨¢s reticentes se muestran ante la uni¨®n europea. Major les comunic¨® entonces que iniciaban un camino sin retorno.
El l¨ªder tory en los Comunes, Tony Newton, confirm¨® ayer a la BBC que no s¨®lo Major, sino "todo el Gobierno", se jugaba su futuro por Maastricht. Inmediatamente, las casas de apuestas empezaron a aceptar dinero sobre una dimisi¨®n de John Major antes de primavera (11 contra 8), sobre la convocatoria de elecciones anticipadas antes del pr¨®ximo abril (12 contra 1) y sobre un retorno de Margaret Thatcher (12 contra uno frente al 16 contra uno hace s¨®lo dos d¨ªas).
Divisi¨®n conservadora
La vicel¨ªder del Partido Laborista, Margaret Beckett, pronostic¨® a su vez que el Partido Conservador "quedar¨¢ completamente dividido".
La conferencia dar¨¢ comienzo el pr¨®ximo martes, en Brighton (sur de Inglaterra), y se da por seguro que el Gobierno recibir¨¢ un aluvi¨®n de ataques y cr¨ªticas. Por primera vez, un l¨ªder que acaba de triunfar, contra todo pron¨®stico, en unas elecciones legislativas (las del 9 de abril), no tendr¨¢ un paseo triunfal en la conferencia, sino m¨¢s bien lo contrario, Major y su Gabinete vivir¨¢n un verdadero calvario.
Major se encerr¨® ayer a preparar el discurso que pronunciar¨¢ como cierre de la conferencia, el viernes que viene, considerado por muchos observadores como el m¨¢s importante de su carrera pol¨ªtica. En ¨¦l lanzar¨¢ un ultim¨¢tum a su partido: si no acepta Maastricht, que busque otro l¨ªder.
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