Al Madrid se le aparece el fantasma de Tenerife

El fantasma de Tenerife se le apareci¨® al Madrid en Riazor. Como en el ¨²ltimo encuentro del pasado campeonato, cuando los blancos entregaron en la ciudad canaria una Liga que ten¨ªan ganada, en La Coru?a el equipo de Floro se dej¨® remontar un 0-2, favorable. Los coru?eses hicieron un impresionante derroche de fuerza para dar la vuelta al marcador y han logrado convertir su liderato en algo m¨¢s que un ef¨ªmero sue?o.Pocas veces en su historia se hab¨ªa encontrado el Madrid con un ambiente tan hostil en Riazor, un estadio que hasta ahora pasaba por ser una especie de sucursal madridista. Pero el liderato del Deportivo hizo que los aficionados gallegos se olvidasen por una vez de su tradicional madridismo e incluso acabasen gritando "?as¨ª, as¨ª, as¨ª gana el Madrid!" cuando Zamorano obtuvo en el minuto 25 el segundo gol, que la grada interpret¨® como fuera de juego.

A pesar de la hostilidad del p¨²blico, el Madrid parec¨ªa haber sentenciado el partido en los primeros 25 minutos. Lo cierto es que al margen de las acometidas iniciales de los coru?eses, en la primera media hora el Madrid control¨® el encuentro sin demasiados problemas. Aunque su juego no deslumbr¨®, la presi¨®n -una de las ense?as de Floro- anulaba la capacidad ofensiva del l¨ªder.

Fiel a su estilo, el Madrid no perdon¨® las ocasiones que le dej¨® el contrario. Dos despistes de la insegura zaga coru?esa permitieron que en s¨®lo cinco minutos, primero Hierro y luego Zamorano pusiesen en el marcador lo que se present¨ªa como una bajada de humos a los coru?eses.

Pero el Deportivo de Arsenio Iglesias tiene una incre¨ªble hambre de victoria. Repuestos del desconcierto inicial, los coru?eses se encorajinaron y lograron acortar distancias. Como le ocurri¨® al Tenerife hace unos meses, el Deportivo vio que era posible la remontada mientras la depresi¨®n de Prosinecki se le contagiaba al resto de sus compa?eros. Tras el descanso los blanquiazules saltaron al campo como posesos, practicando una versi¨®n corregida y aumentada de la presi¨®n que hasta entonces hab¨ªan hecho los hombres de Floro. La inclusi¨®n de un ex madridista, Aldana, que sali¨® al campo cuando el partido parec¨ªa perdido, dio alas al conjunto de Arsenio. El Madrid facilit¨® las cosas al Deportivo. El delirio se apoder¨® de las gradas de Riazor.