La repetici¨®n como arte
Mezclando generaciones y estilos de artistas, Michael Tarantino, el comisario de la muestra Repetici¨®n / Transformaci¨®n, que re¨²ne obras de Antoni Tpies (Barcelona, 1923), Jaspers Johris (Augusta, Georgia, 1930), Robert Rauschenberg (Por Arthur, Texas, 1925), Andy Warhol (Forest City, 1930-Nueva York, 1987), Agnes Martin (19J61), Robert Mangold (North Tonawanda, 1937), Gerhard Ricliter (Waltersdorf, 1932), Michelangelo Pistoletto (Biella, 1933), el grupo brit¨¢nico Art Lanjuage, A. McCollum (Los Angeles, 1944), Zaugg, S. Levine (Hazleton, 1947), nos propone una lectura transversal de la vanguardia, utilizando como gu¨ªa el fen¨®meno de la repetici¨®n, el m¨¢s consustancial al arte moderno.Con el patrocinio del Consorcio Madrid Capital Cultural 1992, esta exposici¨®n consta aproximadamente de unas 60 obras, la mayor parte de las cuales forman conjunto seriales, sabiamente ubicados en los hermosos compartimentos aislados de las salas A-O del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa, que son de las m¨¢s hermosas y eficaces entre las que dispone este centro de arte.
Repetici¨®n / Transformaci¨®n
Museo Nacional Centro de ArteReina Sof¨ªa. Santa Isabel, 52, Madrid. Desde el 6 de octubre de 1992.
Respecto al tema aqu¨ª tratado hay que recordar la que, hace ahora casi siete a?os, se present¨® en la Fundaci¨®n Juan March d¨¦ Madrid con el parecido t¨ªtulo de Estructuras repetitivas, en la que se exhibieron obras de 20 artistas diferentes, entre los cuales tan s¨®lo uno, Andy Warhol, est¨¢ tambi¨¦n en la que ahora nos ocupa.
Esta similitud de planteamientos entre ambas, aunque luego tan diversamente ilustrados, nos advierte, en todo caso, de esa naturaleza transversal de la lectura hist¨®rica a la que alud¨ªamos al principio y, sobre todo, de la importancia que para el arte contempor¨¢neo tiene la repetici¨®n.
En realidad, la organizaci¨®n del lenguaje art¨ªstico a trav¨¦s de una din¨¢mica de repeticiones y diferencias, en vez del tradicional sistema de representaci¨®n basado en la dial¨¦ctica de lo id¨¦ntico y lo negativo, o, como afirma el fil¨®sofo G. Deleuze en su obra significativamente titulada Diferencia y repetici¨®n, de la identidad y la contradicci¨®n, se va desarrollando hist¨®ricamente seg¨²n se moderniza el arte contempor¨¢neo, cuando el arte se hace aut¨®nomo y se articula mediante sucesiones y fragmentaciones infinitas.
Recuperar las vanguardias
En este sentido se puede ir m¨¢s atr¨¢s de lo que las dos muestras aludidas comprendieron como sus respectivos marcos cronol¨®gicos, las vanguardias de despu¨¦s de la Il Guerra Mundial, y remontarse, por lo menos, hasta Seurat, aunque tambi¨¦n es cierto que, ya sea eligiendo el hilo conductor serial a trav¨¦s de la repetici¨®n de estructuras, como se planteaba en la organizada por la Fundaci¨®n Juan March, o ya sea poniendo el ¨¦nfasis en lo intensivo de las series extendidas -su capacidad de transformaci¨®n-, como lo hace la muestra de Tarantino, ha sido en las ¨²ltimas d¨¦cadas cuando la vanguardia transparent¨® m¨¢s este sistema.Pero, siguiendo con la comparaci¨®n de las mismas, si la perspectiva elegida en la primera era m¨¢s simple y escol¨¢stica y, por tanto, clara, la segunda: se enhebra de una forma m¨¢s compleja, lo que aumenta su riqueza de sugerencias cr¨ªticas, pero a costa de una mayor confusi¨®n y aleatoriedad.
Sea como sea, conviene tener en cuenta que ambas son exposiciones que se plantean como desarrollo de una tesis, cuya naturaleza vertebral hace absurdo discutir la mayor o menor pertinencia o exhaustividad de los ejemplos de artistas seleccionados para ilustrarlas.
La docena que nos trae ahora Tarantino es, en cualquier caso, oportuna para el prop¨®sito buscado, porque nos ofrece un variado elenco de prototipos seriales, pero adem¨¢s resulta muy eficaz e interesante en casi todos.
Quiero decir que cada sala nos proporciona ¨¢mbitos cerrados de sorprendente autosuficiencia y el recorrido de los mismos logra el objetivo buscado de hacernos sentir sucesivamente ante lo mismo, pero con rotunda diferencia.
De todas formas, personalmente confesar¨¦ la especial impresi¨®n que me han causado las salas de Warhol, Ricliter, Mangold, Martin, Jolins y Pistoletto.
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