Los barrios m¨¢s pobres deber¨¢n esperar a?os los 50.000 millones prometidos.
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La oficina ya est¨¢ inaugurada. El hombre que est¨¢ al mando, designado. Los estudios sociol¨®gicos que orientar¨¢n las inversiones, concluidos. Pero faltan los 50.000 millones de pesetas aprobados por la Asamblea para revitalizar los distritos de la periferia de la capital. El dinero tiene que salir de tres cajas distintas: la Admistraci¨®n central, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. Mientras, los barrios m¨¢s pobres arrojan unas cifras de pobreza y marginalidad que escandalizan a los m¨¢s insensibles. Ha pasado casi un a?o desde el acuerdo parlamentario y todo sigue igual para los ciudadanos del sur.
Alguien podr¨ªa deducir que los ni?os m¨¢s torpes de Madrid se encuentran en San Blas, Vic¨¢lvaro, Vallecas-Villa, Puente de Vallecas, Villaverde, Usera, Carabanchel y Latina. De los 21 distritos de Madrid, estos ocho acumulan casi la mitad de los chavales que no logran terminar los estudios primarios. ?Son m¨¢s torpes? Evidentemente no. ?Tienen menos plazas de colegio? El responsable de la Oficina de Cooperaci¨®n para Actividades Preferentes (OCAP) no lo cree as¨ª. Sentado en un despacho provisional que le adjudicaron en la Puerta del Sol, al lado del que ocupa el presidente de la Comunidad, Joaqu¨ªn Leguina, el ex gerente del Instituto de la Vivienda de Madrid, Miguel ?ngel Pascual, asegura que los ni?os del sur disponen de plazas escolares suficientes.El problema, en su opini¨®n, es mucho m¨¢s complicado. Se refiere a la necesidad de dotar con mejores medios los colegios e institutos p¨²blicos ya existentes, de adecentar y revitalizar todos los servicios p¨²blicos disponibles para que esos barrios no contin¨²en fabricando marginados.
Por poner un ejemplo m¨¢s, el 40% de los perceptores del salario de los pobres (Ingreso Madrile?o de Integraci¨®n) se concentra tambi¨¦n en dichos distritos. La forma de evitarlo, seg¨²n el responsable de la oficina, es comenzar desde abajo, con los ni?os mas pequenos.
Centro juvenil
A Miguel ?ngel Pascual le bulle en la cabeza, y entre sus papeles, la idea de lo que ser¨ªa el "buque insignia, la bandera" del plan global de revitalizaci¨®n de los barrios perif¨¦ricos. A saber: el gran centro de los j¨®venes de Madrid, con 50 o 100 habitaciones para que ensayen los m¨²sicos noveles o impartan clases artistas de prestigio reconocido. Incluso salas de montaje de cine y v¨ªdeo donde los directores espa?oles ense?en tambi¨¦n a los cineastas novatos. Todo un lugar de ensue?o que, seg¨²n Pascual, deber¨ªa contar con la financiaci¨®n de la Sociedad General de Autores Espa?oles y otras entidades privadas.
En otro barrio -"no s¨¦ a¨²n en cual"- se instalar¨ªa el segundo buque insignia: un gran espacio de acampada libre para ni?os, con un hotel para j¨®venes, un centro de aventuras y la sede del Club Infantil de Madrid. Como tel¨®n de fondo, se plantea la organizaci¨®n de la Olimpiada Infantil de Madrid.
La crisis econ¨®mica que pregona el ministro de Hacienda, Carlos Solchaga, no parece que vaya a estimular las inversiones. Pero los planes de Pascual decansan sobre la certeza de que el plan debe comenzar a funcionar dentro de tres o cuatro meses. El resto, que abarca la lucha contra el fracaso escolar, la creaci¨®n de, apartamentos. para ancianos -con comedores comunes-, la revitalizaci¨®n de los centros de atenci¨®n sanitaria primaria y todo un revoltijo de proyectos tan et¨¦reos c¨®mo voluntariosos, tendr¨¢ que esperar varios a?os, quiz¨¢s una d¨¦cada. En ning¨²n momento la Comunidad ha fijado el plazo en que se deber¨ªan gastar los 50.000 millones prometidos. Sin embargo, est¨¢ previsto que antes de que acabe este a?o se dise?en los primeros planes de inversiones.
El peligro que subyace tras el incumplimiento de las promesas es que surga un l¨ªder vecinal populista -Nicanor Brice?o fue un ejemplo- que aglutine el des contento social de los barrios "Cuando vinieron los emigrantes de Andaluc¨ªa y Extremadura al sur de Madrid ten¨ªan posibilidades de mejorar su calidad de vida", explica Pascual, "pero sus hijos no tienen ninguna. A mu. chos de ellos no les queda la opci¨®n ni de ser metal¨²rgicos o electricistas, como sus padres, porque el mercado no demanda ya esas profesiones''.
El Grupo Socialista del Ayuntamiento de Madrid tendi¨® un cable a Leguina y elev¨® una propuesta al pleno para que el Consistorio se comprometiera a pagar la parte que le corresponde -un tercio- de esos 50.000 millones. No prosper¨®.
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