Como trapos

Los europeos de los pa¨ªses desarrollados nos ponen como trapos, seg¨²n revela la encuesta de una consultor¨ªa brit¨¢nica. Dicen que no somos modernos, ni inteligentes, ni dignos de confianza, lo cual probablemente es falso. En cambio, cuando manifiestan que nuestros productos son los de peor calidad y los menos fiables del mercado europeo pueden tener raz¨®n.Uno llevaba tiempo barrunt¨¢ndolo. Este verano compr¨® una sombrilla hermos¨ªsima (17.000), pero a los dos d¨ªas se parti¨® el aro que sujeta el varillaje y qued¨® convertida en un sauce llor¨®n. A veces, para abrir una lata de esp¨¢rragos (950), ha de montar en la cocina una operaci¨®n militar, y si son bolsas cerradas al vac¨ªo que indican "R¨¢sguese por aqu¨ª", emprenderla a mordiscos.

Los rollos de papel higi¨¦nico (20 duros) van pegados con engrudo, y al depegarlos se quedan hechos unos zorros. Adem¨¢s son de tama?o ¨²nico, con lo cual casi nadie utiliza los de su talla; y como no llevan instrucciones, hay quienes se pasan y necesitan el rollo entero para rematar la faena.

Con estas deficiencias, los productos de fabricaci¨®n nacional encontrar¨¢n serias dificultades para competir en Europa, tal cual refleja la encuesta. Y es una pena, porque si vendi¨¦ramos m¨¢s, ser¨ªamos ricos y entonces nos tratar¨ªan mejor.

Reconocen los europeos, sin embargo, que somos divertidos y solidarios. De donde se deduce que la encuesta revela una pura contradicci¨®n, pues no seremos tan tontos si nos divertimos, ni tan indignos si nos identificamos con el pr¨®jimo.

A lo mejor, la alegr¨ªa y la solidaridad, la prudencia para no juzgar fr¨ªvolamente a los dem¨¢s ciudadanos, y una formaci¨®n elemental para entenderlos, son virtudes de las que no andan sobrados los europeos. Y no decimos nada. Aunque quiz¨¢ no sea por generosidad, sino porque nos traen absolutamente sin cuidado.