Horror en el pabell¨®n n¨²mero 9

La prisi¨®n de Sao Paulo, donde el viernes murieron al menos 111 reclusos a manos de la polic¨ªa, fue abierta el lunes a familiares y periodistas. Los testigos comparan lo ocurrido con el holocausto nazi. El gobernador Antonio Fleury ha suspendido temporalmente del cargo al director de la prisi¨®n para eludir las cr¨ªticas. El pabell¨®n n¨²mero 9, totalmente destruido, parece un campo de batalla.

Los presos de la Casa de Detenci¨®n denunciaron en la tarde del lunes, al ser abiertas las puertas del centro a un grupo de periodistas y familiares, que la polic¨ªa actu¨® sin contemplaciones, ejecutando en el acto a decenas de personas. El pabell¨®n n¨²mero nueve, en el que habitaban 2.000 presos, est¨¢ destruido. Pese a la labor de maquillaje realizada antes de la entrada de los medios de comunicaci¨®n, eran visibles numerosas manchas de sangre en el suelo. Las camas y las paredes aparec¨ªan agujereadas por los balazos. Parec¨ªa, seg¨²n los testigos, un gran campo de batalla.Cuatro d¨ªas despu¨¦s de la matanza, las autoridades todav¨ªa no saben cu¨¢ntos murieron. El nuevo ministro de Justicia, Mauricio Correa, asegur¨® tener informaciones de que las v¨ªctimas son m¨¢s de 200 y no 111 como sostiene el Gobierno provincial. El sacerdote Guilherme Sheehan, de la Pastoral Carcelaria de la archidi¨®cesis de Sao Paulo, denunci¨® ayer que seg¨²n el recuento hecho por presos y funcionarios de la prisi¨®n el total de muertos llega a 246.

Por su parte, el procurador general de la rep¨²blica, Ar¨ªstides Junqueira, pidi¨® la intervenci¨®n de las autoridades federales en las investigaciones en marcha. Junqueira atribuy¨® la tragedia "en parte" a la superpoblaci¨®n de la c¨¢rcel de S¨¢o Paulo, construida para albergar 1.500 presos, pero que acoge a alrededor de 7.000.

Ayer, el arzobispo de S¨¢o Paulo, Paulo Evaristo Arns, y diversas organizaciones de defensa de los derechos humanos pidieron al gobernador provincial, Luiz Antonio Fleury, que apoye la instauraci¨®n de una comisi¨®n parlamentaria para depurar las responsabilidades por la tragedia.

El gobernador separ¨® de su cargo de forma temporal al director de la penitenciar¨ªa. y a cinco oficiales de la polic¨ªa militarizada que participaron en la matanza del viernes, pero mantuvo al secretario de seguridad p¨²blica, Pedro Franco de Campos, a quien las organizaciones de derechos humanos responsabilizan de la matanza.

En la prisi¨®n, los reclusos exhiben trozos de tela negros desde las ventanas de las celdas y grandes carteles improvisados con s¨¢banas para exigir justicia. Los familiares, que mantienen una angustiada vigilia ante la prisi¨®n, exigen que el Gobierno publique la lista de los supervivientes. Algunos vieron el nombre de sus parientes en la relaci¨®n de 111 muertos divulgada por las autoridades, pero no hallaron sus cuerpos. "El cuerpo de mi hermano fue destruido. Adem¨¢s de los tiros, estaba desgarrado por los perros", sollozaba una mujer en el entierro.