La herencia de Anita Hill
La mujer que denunci¨® a un juez norteamericano por acoso sexual ve rehabilitada su figura
Un a?o despu¨¦s de que la abogada Anita Hill acusara al magistrado de la Corte Suprema de Estados Unidos, Clarence Thomas, de haberla agredido sexualmente, su acci¨®n empieza a dar frutos. El n¨²mero de norteamericanos que creen en su testimonio aumenta y su figura se consolida como s¨ªmbolo despu¨¦s de haber sufrido todo tipo de descalificaciones por haberse decidido a dar la cara sobre un problema que, afecta a miles de mujeres en todo el mundo: el acoso sexual de jefes y compa?eros de trabajo.Anita Hill no triunf¨® en sus prop¨®sitos de detener la confirmaci¨®n del juez Thomas como miembro del m¨¢ximo tribunal de justicia de EE UU y tuvo que sufrir la humillaci¨®n de ser acusada de trepa y mentirosa, pero su- declaraci¨®n, lejos de hacer disminuir el n¨²mero de denuncias anuales por agresiones sexuales, las ha hecho aumentar de 6.883 en. 1991 a 7.400 en 1992. El caso de Anita Hill se ha convertido tambi¨¦n en el precedente obligado de esc¨¢ndalos de abusos sexuales como el que concluy¨® con la destituci¨®n del secretario de la Marina norteamericana, en julio pasado, tras investigarse la denuncia de muJeres militares de la Armada que fueron humilladas por sus compa?eros durante una convenci¨®n en Las Vegas.
Seg¨²n algunos representantes conservadores, la denuncia de la ex ayudante del juez Thomas ha radicalizado a las mujeres hasta el punto de que en una encuesta elaborada el pasado mes de julio el 23% de los consultados asegur¨® que la defensa de la mujer frente a los abusos sexuales en el trabajo influir¨¢ su voto en las pr¨®ximas elecciones presidenciales.
La acci¨®n de la profesora de leyes de la Universidad de Oklahoma tambi¨¦n est¨¢ teniendo eco en las elecciones del Senado, una c¨¢mara que en la actualidad tan s¨®lo cuenta con dos mujeres senadoras del total, de sus 100 representantes. Las mujeres que aspiran a un puesto, en la C¨¢mara alta destacan en sus discursos la necesidad de aumentar su presencia para evitar tratamientos como, el que Anita Hill sufri¨® por parte de un panel de senadores.
Por su parte, uno de los m¨¢s agresivos inquisidores del panel, el senador republicano Arlen Specter, que se enfrenta a su reelecci¨®n esta legislatura, se ha disculpado por su comportamiento de hace un a?o. "Comprendo que la audiencia pinz¨® un mal nervio en muchas mujeres", ha declarado Specter. "He aprendido mucho de la experiencia. Tengo una amiga que fue agredida sexualmente en su trabajo y que despu¨¦s de mis preguntas a Anita, Hill me pregunt¨® si tampoco la cre¨ªa a ella. Ahora soy consciente de que muchas mujeres se ponen en el lugar de Anita Hill".
Anita Hill sigue impartiendo sus clases y dando conferencias. Desde que se convirti¨® en una mujer famosa ha recibido casi tantas cartas de amenaza como mensa . es de mujeres que le mostraban su apoyo y tambi¨¦n se sent¨ªan traicionadas por el sistema. "No me arrepiento de lo que hice", dijo ayer a la cadena de televisi¨®n NBC en una de las escasas entrevistas que ha concedido. "Hay momentos en los que desear¨ªa volver a como eran las cosas al principio, pero cuando pienso en lo que ha pasado a gran escala no cambiar¨ªa nada", explic¨®.
El otro protagonista de la historia, el juez Clarence Thomas, ha conseguido curar sus heridas y permanece en su puesto de trabajo vitalicio en el m¨¢s influyente ¨®rgano judicial norteamericano. Un a?o despu¨¦s de que se defendiera de las acusaciones de su ex ayudante diciendo que se trataba de "un linchamiento de alta tecnolog¨ªa contra un negro arrogante", sus amigos aseguran que ha recuperado su sentido del humor.
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