Perot, un h¨¦roe en baja forma
Y Caperucita le pregunta a Perot: "?Por qu¨¦ tienes las orejas tan grandes?". "?Para espiarte mejoooor!". La personalidad disparatada del multimillonario tejano Ross Perot se ha prestado para cientos de chistes. Como ese sobre su conocida afici¨®n a investigar las vidas privadas de los dem¨¢s. O aquel otro, mucho m¨¢s ben¨¦volo, que recoge el ambiente de frustraci¨®n con el que fue recibida su retirada de la arena pol¨ªtica, en julio pasado: "Lo siento mucho", le dice Perot a una convaleciente figura que representa la econom¨ªa norteamericana, "ya s¨®lo te quedan George Bush y Bill Clinton".Esa retirada, seguramente, acab¨® con todas las posibilidades de que el h¨¦roe popular en el que repentinamente se hab¨ªa convertido Perot en la primavera pasada llegue a ser una figura pol¨ªtica de este pa¨ªs. Cuando regres¨® a la campa?a electoral, a principios de este mes, Perot, de 62 a?os, se hab¨ªa ganado ya la imagen de un hombre caprichoso y poco digno de confianza. Su papel, que hace menos de seis meses se pensaba que podr¨ªa ser revolucionario, parece quedar reducido al final a la marginalidad acostumbrada de otros candidatos independientes.
El historial de Perot anunciaba ya a un personaje imprevisible. Veterano de la guerra de Vietnam, ha dedicado parte de su vida a organizar misiones de apoyo a los prisioneros norteamericanos. Perot pasa por ser un hombre inteligente y emprendedor que se hizo multimillonario en siete a?os despu¨¦s de haber montado su compa?¨ªa de ordenadores con un capital inicial de mil d¨®lares.
Ross Perot se declara un representante puro del sue?o americano, pero en realidad es m¨¢s f¨¢cil de identificar con los delirios de grandeza que ¨¦l mismo tiene en su cabeza. Se han escrito miles de l¨ªneas en la prensa norteamericana especulando sobre las ocultas razones por la que Perot volvi¨® a la carrera electoral pero la mejor la dio un columnista que describi¨® al millonario en lo que llam¨® un egotrip, el viaje de su propio ego.
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