Para transformar la sociedad
El caso de H¨¦lio Oiticica (R¨ªo de Janeiro, 1937-1980) es una recuperaci¨®n perfectamente sintonizada con el esp¨ªritu de los tiempos que ahora se viven despu¨¦s de las eras mercantilistas y de la especulaci¨®n de la conciencia, y no resulta nada extra?o, por otra parte, que su obra y su figura no hayan sido reflotados con anterioridad, a lo cual cabe a?adir los extra?os efectos est¨¦ticos y materiales que su obra produce.Con Oiticica nos hallamos ante una figura pr¨¢cticamente desconocida en la escena art¨ªstica occidental -cuya mayor actividad creativa se desarroll¨® en su Brasil natal, salvo espor¨¢dicas estancias en Nueva York y Londres-, que demostr¨® un gran inter¨¦s -y no s¨®lo de palabra- por las condiciones de vida de sus paisanos.
H¨¦lio Oiticica
Fundaci¨®n Antoni T¨¢pies.Arag¨®n, 255. Barcelona. Hasta el 8 de diciembre.
La exposici¨®n de la Fundaci¨®n T¨¢pies ofrece una visi¨®n de la obra de Oiticica que sorprende en todos sus aspectos; en ella, uno tiene la sensaci¨®n, efectivamente, de hallarse ante un, trabajo cuya concepci¨®n se destaca plenamente inserida en unas condiciones bastante sixties, esto, es, una b¨²squeda perpetua del hombre en el interior de la actividad art¨ªstica.
Un notable intento de radicalizaci¨®n de las propuestas, la tendencia al populismo, la realidad palpable del subdesarrollo, las ansias de transformaci¨®n social, la propensi¨®n a una cierta experimentaci¨®n rayana con los inventos, la interacci¨®n de distintas artes, el concepto de la libertad y una especie de visi¨®n global de cariz muy existencialista -otros la han calificado de hippy- que hac¨ªa de la actividad creadora un perpetuo recurso a los elementos y a las situaciones m¨¢s pr¨®ximas y m¨¢s dom¨¦sticas del artista.
Proyectos
Los resultados, en consonancia con la actitud, se muestran casi siempre como en un estadio proyectual y poco, definitivo, excepto las obras tridimensionales procedentes de algunos presupuestos mondrianescos y sorprendentemente precursores de buena parte de los shaped canvas y de algunas de las posiciones emblem¨¢ticas del- minimalismo m¨¢s duro.El interrogante se abre de manera descarnada cuando nos cuestionamos la pervivencia en el tiempo y en la historia de unas posturas est¨¦ticas y vitales muy enraizadas en un contexto geogr¨¢fico y cronol¨®gico tan concreto, m¨¢s all¨¢ de la mayor o menor fortuna visual que puedan tener sus Penetrables, Bilaterales, Parangol¨¦s y B¨®lidos.
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