El triunfo de un pol¨¦mico 'Chicagoboy
Con la concesi¨®n del Nobel a Gary Becker, la Academia Sueca ha consagrado dos cosas: el triunfo intelectual de la escuela de Chicago en econom¨ªa y la difusi¨®n del enfoque econ¨®mico en las dem¨¢s ciencias sociales. Conceder el Nobel a dos destacados Chicago-boys en dos a?os consecutivos es algo que no encajaba hasta ahora en los usos diplom¨¢ticos del galard¨®n, prudentemente guiados por equilibrios de pa¨ªses y escuelas.Pero, tras el premio del a?o pasado a Ronald Coase, el de ¨¦ste ha ido no ya a un jubilado ilustre, sino a su m¨¢s activo l¨ªder intelectual.La obra cl¨¢sica de Gary Becker es El capital humano, en la que desarrolla las bases te¨®ricas para las decisiones humanas de inversi¨®n (y no de consumo, como se pensaba antes que ¨¦l) en educaci¨®n, aprendizaje profesional, migraci¨®n y salud. Pero, de hecho, Becker es m¨¢s conocido por haber aplicado el enfoque llamado econ¨®mico a muchos otros campos del comportamiento humano. Siempre que Becker ha abierto un tema nuevo ha sido acusado por soci¨®logos, polit¨®logos, juristas o antrop¨®logos de imperialismo de la ciencia econ¨®mica. Sin embargo, lo que ¨¦l sostiene es que "la econom¨ªa" no es m¨¢s que un enfoque para observar y comprender el mundo, y no un tema limitado a la asignaci¨®n o intercambio de recursos materiales y monetarios. El que firma ha tenido el privilegio de ver a Becker trabajar en directo y de participar en el seminario que dirige junto con el soci¨®logo James Coleman en la Universidad de Chicago, en un ambiente de verdadero trabajo interdisciplinar, curiosidad insaciable, rigor anal¨ªtico, ataque despiadado al error y alegr¨ªa y placer de pensar. Puedo atestiguar que Becker es tan capaz de destruir, con brillantez y sin paliativos y en unos pocos minutos, un papel de un prestigioso colega con varios a?os de trabajo detr¨¢s, como de escuchar durante horas a un desconocido extranjero que le presenta un esbozo sobre un tema del que ¨¦l nunca ha escrito antes, tomarse la molestia de redactar unos comentarios y dar en el clavo para su. futura reelaboraci¨®n.
Con las herramientas del m¨¦todo econ¨®mico (individuos con preferencias estables y maximizadores de utilidad, interacciones y equilibrios de mercado), Gary Becker abord¨® ya un tema candente en Estados Unidos de finales de los a?os cincuenta, la Econom¨ªa de la discriminaci¨®n. Becker mostr¨® entonces que un intercambio libre entre personas de distintas razas s¨®lo perjudica a los empresarios del grupo minoritario (en aquel caso, los negros) y a los trabajadores del grupo mayoritario (los blancos), que son los apoyos de la discriminaci¨®n, mientras que los grupos complementarios salen beneficiados si desaparecen las barreras de color. M¨¢s all¨¢ de sus conceptualizaciones te¨®ricas hay, pues, en la obra de Becker una exigencia de abordar problemas relevantes en la sociedad de su tiempo. En sus escritos sobre la delincuencia, por ejemplo, supone que el delincuente tendr¨¢ en cuenta no s¨®lo la magnitud de la pena legal prevista para su acci¨®n, sino tambi¨¦n la probabilidad de no ser descubierto y detenido, lo que mueve a revisar los c¨¢lculos de proporcionalidad entre los delitos y las penas y a prestar m¨¢s atenci¨®n a la eficacia policial. Su misma biograf¨ªa, que incluye una temprana viudez y un segundo matrimonio, ayuda a entender la cronolog¨ªa de otras de sus ocupaciones, como las reflejadas en el Tratado sobre la familia, donde modeliza el emparejamiento selectivo de c¨®nyuges en los mercados matrimoniales, la demanda de hijos, los divorcios y la desigualdad y movilidad intergeneracional. En un temprano y poco recordado art¨ªculo de 1958 aplic¨® ya el esquema del intercambio de mercado a las relaciones entre partidos y electores, un enfoque que ha dominado en la ciencia pol¨ªtica de la ¨²ltima generaci¨®n. El Premio Nobel es, desde luego, un espaldarazo a toda esta l¨ªnea de trabajo y un est¨ªmulo para su continuaci¨®n.
es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados del CSIC. Investigador visitante en la Universidad de Chicago.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.