Cuando la imagen se convierte en uniforme
El vestuario de Bush y Clinton es un escaparate de sus diferencias pol¨ªticas
Son dos mundos. Y eso se refleja en su look, en su forma de vestir, de peinarse, de moverse. George Bush es el prototipo wasp. [blanco, anglosaj¨®n y de religi¨®n protestante]. Cuerpo largo, enjuto y fibroso. Camisas de popel¨ªn a medida en tonos crudos o azules desva¨ªdos; corbatas lisas, o con estrictas rayas rojas o azul marino; con escudos castrenses en las reuniones de veteranos de guerra. Trajes de corte Filadelfia: gris o azul plomo; una abertura trasera, tres botones y pata estrecha. Grueso alfiler de oro en los confines de la corbata (al estilo brit¨¢nico).
Reloj en la derecha, pu?os dobles, gemelos de oro y zapatos de cordones de Allen Edmonds. En los d¨ªas de ocio, el uniforme se transmuta con una cazadora de combate, como la que regal¨® al rey Juan Carlos en su ¨²ltima visita, pero en cuero viejo, y botas tejanas (un calzado que comparte con su amigo James Baker). Pelo a raya con un atildamiento que roza el de su predecesor, pero sin gomina, y camuflaje primoroso de las entradas. Es el look del socio fundador de un bufete o de un banco de inversiones (cargo este ¨²ltimo que s¨ª desempe?¨® su padre, Prescott Sheldon Bush). La imagen de un ex piloto de la Navy pasado por la funci¨®n p¨²blica en los pasillos de las Naciones Unidas, la embajada de Pek¨ªn y el despacho de director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Correcto, pero nunca elegante.Clinton es otra cosa. No tiene nada que envidiar a George Bush en estatura, pero su cintura es m¨¢s vulgar, y los gestos, m¨¢s evidentes. Sus camisas son las Oxford -complet¨® estudios en la universidad inglesa que las da nombre-, preferiblemente en azul cielo intenso, y los pantalones, los cl¨¢sicos americanos en algod¨®n beis. Los trajes -azul marino o raya diplom¨¢tica- tienen un aspecto m¨¢s c¨®modo, menos r¨ªgido, aun estando menos usados, que los de George Bush. Solapas m¨¢s amplias, sin aberturas traseras, dos botones. No usa gemelos ni tirantes, y el reloj, negro y deportivo, pasa a la mu?eca izquierda. El ¨²nico oro es el de la alianza de matrimonio que luce en la misma mano.
El nudo de la corbata -italiana de lunares o americana de rayas brillantes, sin llegar a la Herm¨¨s de elefantes de Dan Quayle- es m¨¢s dejado, menos perfecto que el arquitect¨®nico del presidente. Se permite incluso olvidarse de ella en intervenciones p¨²blicas o televisivas (frente al entrevistador Larry King se present¨® despojado de corbata y con blazer azul debotones dorados; Al Gore apost¨® por vaqueros, una de sus prendas favoritas, polo y botas de monta?ero en piel vuelta). Su peinado es indefinible; es extremadamente dificil saber si Bill Clinton lleva la raya a un lado, en el centro o se peina para atr¨¢s.
M¨¢s inconformista
En cualquier caso, m¨¢s largo y estudiadamente inconformista que el de su rival republicano. Los zapatos son mocasines Weejuns -caracter¨ªsticos de los universitarios de los sesenta-, zapatones negros picados o unas Nike para fin de semana combinadas con Levi's y camisas de cuadros. En los Estados m¨¢s soleados, o cuando hay que tocar el saxo en campa?a, gafas negras de Ray-Ban. Es el look de un profesional liberal defensor de los derechos civiles un profesor de la lvy League o un aspirante dem¨®crata.
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