La agon¨ªa de las fronteras

Dice textualmente la gu¨ªa de Tijuana: "La avenida de la Revoluci¨®n era un punto de encuentro de delincuentes, prostitutas, bandidos. ( ... ) Ahora es un tranquilo lugar para turistas". ( ... ) Me interesa la triste realidad de Tijuana, uno de los m¨¢s dram¨¢ticos puntos de contraste entre el mundo desarrollado y el mundo pobre. ( ... ) El ¨¦xodo de los inmigrantes clandestinos se produce ( ... ) codo a codo con el otro ¨¦xodo, el de los turistas. ( ... )Como en un escenario ejemplar, en un espacio reducido veo, por lo menos simb¨®licamente, las tres grandes transmigraciones que cambian continuamente la faz de nuestra vida: los turistas, los emigrantes, los refugiados. De forma muy diferente, cada uno de estos grupos tiene la certidumbre o la necesidad de buscar un lugar diferente. ( ... )

Pero me doy cuenta de que esta descripci¨®n del fen¨®meno radica en la idea de que todos deben o deber¨ªan permanecer en un lugar. Es la cultura de un mundo cerrado, que es la que apoyan, con el mismo error aunque con distinto grado de crueldad, tanto los cabezas rapadas alemanes como los que teorizan la separaci¨®n entre una y otra regi¨®n de un mismo pa¨ªs. Son necesarias otras ideas, otro tipo de imaginaci¨®n, para poner orden en el gigantesco tr¨¢fico del mundo. Pero hay una cosa de la que estoy seguro. Serbios y cabezas rapadas no anuncian nada nuevo. S¨®lo realizan una danza macabra en torno a algo que muere.

18 de octubre