La exposici¨®n 'Borges y los libros' desvela la intimidad literaria del escritor
Borges escrib¨ªa con una letra peque?a y limpia, y casi ocupaba toda la p¨¢gina del manuscrito, que habitualmente era un cuaderno escolar. Como en su tiempo no hab¨ªa ordenadores, recortaba las partes que hab¨ªa rechazado, de modo que sus escritos son colecciones de tiras, fragmentos de papel. As¨ª se puede ver en la exposici¨®n Borges y los libros, con fondos de la colecci¨®n Hachuel, inaugurada en la librer¨ªa Miessner, de Madrid, en la que, adem¨¢s de algunos manuscritos, se exhiben cartas, primeras ediciones -alguna de ellas verdadera gula de coleccionista, como Fervor de Buenos Aires-, apostillas en la contracubierta a libros ajenos, o tarjetas postales que remiten a su infancia.Aunque no es la primera exposici¨®n que se hace con manuscritos y ediciones del escritor argentino (que en una postal se llama suizo a s¨ª mismo), la exposici¨®n de Madrid confirma la progresiva extensi¨®n de una nueva fiebre, no demasiado joven pero ya popular: la borges¨ªa. La exposici¨®n de Madrid, un hecho nada frecuente en las librer¨ªas espa?olas, y que incluye un manuscrito in¨¦dito sobre James Boswell, precede en unos d¨ªas a una megaexposici¨®n sobre Borges en el Centro Pompidou de Par¨ªs, que tiene como idea el laberinto.
Fue un autor con m¨²ltiples caligraf¨ªas, algo de lo que probablemente hubiese sacado punta. Pues cuando, mediado el siglo, se queda lentamente ciego, otras personas copian sus cartas, sus postales, y es curioso leer su estilo inconfundible en diversos tipos de letra, a menudo femeninos.
Mediante postales infantiles escritas en Ginebra o el pr¨®logo a un manuscrito de su hermana, a los 16 a?os, consuela pensar que ese muchacho que ya citaba a los cl¨¢sicos comet¨ªa tambi¨¦n estramb¨®ticas faltas de ortograf¨ªa.
Lecturas
Como otros se vanagloriaban de los libros que hab¨ªan escrito, ¨¦l se jactaba de los que hab¨ªa le¨ªdo, cit¨® Carlos Garc¨ªa Gual en la inauguraci¨®n de la muestra; record¨® que, para Borges, la biblioteca de su padre fue el hecho capital de su vida, se lament¨® de "la falta de sensibilidad y la falta de silencios" que hoy no favorece la afici¨®n a los libros, y describi¨® a Borges como un lector hedonista, es decir, aut¨¦ntico lector que le¨ªa por placer, ir¨®nico, irreverente, leal a sus autores por encima de los a?os y con la memoria de un ciego capaz de recordar l¨ªneas remotas le¨ªdas en la infancia.
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