El Barcelona supo recomponerse en Mosc¨²
En algunos de los pupitres de la tribuna de prensa de un g¨¦lido estadio Lenin aparec¨ªa en las etiquetas, escritas por empleados acostumbrados a trabajar en caracteres cir¨ªlicos, la palabra Varselona. El equipo vis tante, que tanta lucidez y tantos discursos europeos ha ofrecido, tambi¨¦n dio muestras, menos comprensibles, de analfabetismo durante gran parte del partido.Quiz¨¢s era previsible en un encuentro disputado por dos equipos que en las horas previas al encuentro han manejado los n¨²meros mejor que las letras. Los jugadores del CSKA de Mosc¨², que alucinan con una prima de 2,5 millones de pesetas por barba y saben que en dos noches europeas pueden ingresar lo que un trabajador ruso tarda 10 a?os en ganar, sumaron empe?o y entusiasmo al ya consabido orden t¨¢ctico de los conjuntos rusos. Los azulgrana, pensando en los flecos de una prima por ganar la Copa de Europa el pr¨®ximo mes de mayo, dieron sensaci¨®n durante el primer tiempo de pensar m¨¢s en los dep¨®sitos a plazo largo que en las urgencias de la cuenta corriente.
La dislexia del Varselona es achacable al olvido casi un¨¢nime de una de las letras b¨¢sicas de su alfabeto futbol¨ªstico. El credo de Johan Cruyff se inicia con el concepto cl¨¢sico de sol tar el bal¨®n con criterio y correr. Ayer el conjunto, en un porcentaje excesivamente ele vado de su juego, se limit¨® a empujar la pelota y observar con m¨¢s o menos inter¨¦s lo que hac¨ªa el compa?ero con ella. Los lunares en el abecedario azulgrana empezaron con un Guardiola relajado que consinti¨® nada m¨¢s empezar el partido la sustracci¨®n del bal¨®n por Korsakov. Las repeticiones de la jugada alcanzaron su punto culminante en el minuto 16 cuando Grishin, el fino centrocampista del equipo local -el mejor, junto con el portero Kharin, seg¨²n los t¨¦cnicos azulgrana-, perpetr¨® el robo a Guardiola y goz¨® de una eternidad para marcar.
Aunque otro precepto declarado de Cruyff es no sustituir a un jugador que est¨¢ jugando mal, mand¨® a Guardiola a la ducha en el descanso y acert¨® en incluir a Amor, sorprendentemente eliminado del once inicial -Eusebio ocup¨® su plaza-, que no s¨®lo sum¨® viveza al juego azulgrana, sino que tambi¨¦n prest¨® valioso apoyo al incrementado n¨²mero de achaques montados. durante el segundo tiempo.Sin embargo, en el primer tiempo hab¨ªa quedado claro que el Barcelona es de los pocos equipos que en la Copa de Europa y en campo contrario improvisan su juego defensivo. Nadal, que empez¨® otra vez como lateral izquierdo, prodig¨® en el minuto 6 una galopada por la banda derecha, y mientras Koeman y Ferrer se?alaban zonas desiertas, el rubio platino Ivanov cre¨® p¨¢nico con una escapada y centro.
Insistir sobre la disl¨¦xica primera parte del Barcelona resulta justificable por el hecho de que su rival tampoco present¨® credenciales de un doctorado en ciencias futbol¨ªsticas. Kostilev, el entrenador del CSKA, dispuso marcajes personales de Minko a Laudrup, Mashkarin a Bakero y el experimentado Fokin sobre un Stoichkov gran parte de cuyo juego se redujo a gestos indignados o doloridos.
Los rusos elaboraban sus jugadas con coherencia en la zona poblada de su propio campo donde la presi¨®n del Barcelona no funcionaba, pero sus ocasiones de gol s¨®lo ven¨ªan de los errores de sintaxis azulgrana, como en el minuto 50, cuando Mashkarin pudo llevar el bal¨®n hasta el borde del ¨¢rea y exigir una gran parada a Zubizarreta en la cepa del poste derecho.
Casi enseguida, sin embargo, el Barcelona recuper¨® gran parte de su vocabulario y su coherencia.S1 momento decisivo lleg¨® en el minuto 13 del segundo tiempo cuando una jugada entre Bakero, Laudrup -otra vez el m¨¢s l¨²cido del conjunto- y finalmente Begiristain produjo el gol que promete la clasificaci¨®n del campe¨®n europeo. El vasco, mientras la defensa rusa parec¨ªa opinar que no pon¨ªa ¨¢ngulo desde la izquierda, bati¨® a Kharin con un tiro cruzado que dio en la base del poste.A partir de aquel momento el Barcelona tom¨® el control del bal¨®n y del partido. Cuando Cruyff opt¨® por relevar a Begiristain y reforzar el trabajo defensivo con la inclusi¨®n de Juan Carlos, qued¨® asegurado el resultado.
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