Canad¨¢ se prepara para el d¨ªa despu¨¦s del 'no'
Montreal Los canadienses acudieron ayer a votar en el refer¨¦ndum constitucional en medio de un clima de pesimismo entre los promotores de la consulta. Los ¨²ltimos sondeos publicados por la prensa indican que los electores rechazar¨¢n masivamente el acuerdo sobre la reforma de la Ley Fundamental alcanzado el 28 de agosto pasado por el primer ministro canadiense, el conservador Brian Mulroney, y los jefes de los 10 gobiernos provinciales. El acuerdo prev¨¦ una profunda reforma del Senado, unas transferencias de competencias desde el centro hacia las provincias y el reconocimiento de Quebec como "sociedad distinta".
Este refer¨¦ndum no despierta ni de lejos en la opini¨®n p¨²blica las mismas pasiones que el celebrado en 1980 en la provincia de Quebec sobre el acceso a la soberan¨ªa y que dio tambi¨¦n un resultado negativo. "Entonces las familias se divid¨ªan y se peleaban sobre la consulta, pero hoy estamos cansados de un debate constitucional interminable que parece sin soluci¨®n", afirma un diplom¨¢tico canadiense al resumir la impresi¨®n mayoritaria en Montreal.La opini¨®n p¨²blica se preocupa m¨¢s por la recesi¨®n econ¨®mica, que ha elevado la tasa de paro hasta el 11 % de la poblaci¨®n activa, que por los debates metaf¨ªsicos de los pol¨ªticos sobre la crisis de identidad nacional.
Ni la campa?a ni la votaci¨®n han despertado el entusiasmo de la poblaci¨®n. No hubo carteles electorales en la calle ni actos masivos. Adem¨¢s, la victoria del no, a la vista de los sondeos, no parec¨ªa dejar lugar a dudas. Los partidarios del s¨ª han aceptado de antemano con fatalismo y filosof¨ªa la perspectiva de un fracaso.
Los hombres pol¨ªticos subrayan que un voto negativo no representa una cat¨¢strofe nacional, sino una simple continuaci¨®n del estado de cosas y procuran minimizar el alcance de la consulta. Mulroney ya ha anunciado que no piensa ni renunciar ni adelantar las elecciones legislativas previstas para el oto?o de 1993.
Los sectores del no est¨¢n integrados por fuerzas pol¨ªticas de signo muy distinto que van desde los nacionalistas quebequeses, que consideran insuficiente el acuerdo, a los centralistas angl¨®fonos para quienes las concesiones descentralizadoras son excesivas.
Un fracaso en el refer¨¦ndum, si se confirma, representar¨ªa, sin embargo, un duro golpe para el jefe del Gobierno federal, cuya cuota de popularidad oscila desde hace dos a?os entre el 12% y el 17% de aceptaci¨®n. Aparentemente insensible al desencanto, Mulroney asegura, sin embargo, que el resultado de un refer¨¦ndum no tiene por qu¨¦ influir sobre las elecciones. El primer ministro federal cita de manera parad¨®jica, en apoyo de su tesis, el ejemplo de su principal adversario pol¨ªtico, el Partido Quebecqu¨¦s que, un a?o despu¨¦s de per der el refer¨¦ndum de 1980, gan¨® las elecciones provinciales de abril de 1981.
El otro l¨ªder del bando del s¨ª, el primer ministro de Quebec, el liberal Robert Bourassa, intent¨® hasta el ¨²ltimo momento mantener la moral alta al recalcar que "el electorado es muy vol¨¢til, y cuenta con un tercio de indecisos".
Hasta el mundo empresarial que jug¨® un papel clave en la campa?a a favor del s¨ª, parece haberse resignado a la victoria del no. Los expertos afirman que los mercados ya han anticipado un resultado negativo, que ya se han producido las presiones a la baja sobre el d¨®lar canadiense, contrarrestadas por un alza de los tipos de inter¨¦s (poco oportuna en esta ¨¦poca de recesi¨®n).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.