El rizo de lo inexplicable

Tras la elevaci¨®n de la presi¨®n fiscal en los pr¨®ximos presupuestos municipales, los autores se asombran de que no vaya a haber inversiones ni se den m¨¢s servicios. En su opini¨®n, si no se cree en la necesidad de que un Ayuntamiento debe ocuparse de los asuntos p¨²blicos, lo mejor es no presentarse a las elecciones.

El acto m¨¢s importante en un municipio es, sin duda, la presentaci¨®n de los presupuestos del ejercicio en curso. En un presupuesto municipal se concretan las pol¨ªticas de cada uno de los grupos municipales, se especifican las prioridades de cada cual y se mide, en suma, tanto la capacidad de gesti¨®n como el grado de cumplimiento de las promesas electorales.Para el alcalde de Madrid, la presentaci¨®n de los presupuestos para 1993 no ha sido un acontecimiento de relieve, hasta el punto de que no ha considerado oportuno avalar con su presencia hecho a nuestro juicio tan relevante. Ello, obviamente, tiene varias lecturas: o bien el alcalde de Madrid ignora la importancia del hecho concreto, circunstancia harto dif¨ªcil, dada su condici¨®n de antiguo funcionario, o tal vez sintiera verg¨¹enza al ver que todas sus promesas electorales, todos sus compromisos con los electores, estaban incumplidos, al presentar unos presupuestos cuya aplicaci¨®n conseguir¨¢ unos objetivos totalmente opuestos a lo que debe y tiene que hacer un equipo de gobierno municipal que se preocupa por los intereses de los ciudadanos que gobierna.

Con los presupuestos para 1993, el concejal de Hacienda, por delegaci¨®n del alcalde de Madrid, conviene no olvidarlo, ha conseguido rizar el rizo de lo inexplicable, ha descubierto la cuadratura del c¨ªrculo. La verdad es que se lo ha puesto dif¨ªcil a la oposici¨®n, pues con n¨²meros en la mano resulta imposible la misi¨®n de enmendar lo p¨¦simo. Nadie sale de su asombro al contemplar que, habi¨¦ndose elevado la presi¨®n fiscal, no vaya a haber inversiones, no se den servicios ni se vaya a crear empleo. Y es que el dinero de los madrile?os va a servir para pagar intereses de la deuda municipal, acrecentada por una pol¨ªtica irresponsable que se ha dirigido, desde los anteriores a?os de cogobierno del PP, a intentar ganar las elecciones municipales. A cada madrile?ito de a pie le va a costar muy caro el triunfo electoral del Partido Popular en la ciudad de Madrid. "Los experimentos" , que dijo Ortega y Gasset, "con gaseosa".

Definitivamente han. dado al traste con la pol¨ªtica de inversiones para la rehabilitaci¨®n del Madrid antiguo. Se caer¨¢n los edificios o seremos pasto f¨¢cil de los especuladores, ya que no existe partida presupuestaria alguna destinada a realizar una pol¨ªtica municipal de rehabilitaci¨®n. No hay cap¨ªtulo de inversiones en cultura, en un Madrid con una riqueza cultural envidiable, ni hay para el deporte, ni para la educaci¨®n, ni para atenciones sociales en general. El Instituto Municipal de Empleo, antigua bandera del Partido Popular, ha pasado a mejor vida por las luchas internas y las diferentes concepciones entre los diversos concejales del PP. Los enemigos del primer teniente de alcalde se lo han cargado para arrastrarle a ¨¦l en la ca¨ªda.

'D¨¦spotas ilustrados'

El Patronato Municipal de Turismo se queda tambi¨¦n sin capacidad de maniobra, con un recorte dr¨¢stico que va a suponer una reducci¨®n importante de personal. Como en el caso del IMEFE, van a mantener la estructura que les permita su muerte lenta. La empresa Promadrid ha dejado de existir, a pesar del fervor municipal manifestado en el momento de su creaci¨®n.

Uno de los cap¨ªtulos sin duda m¨¢s agredidos es el de participaci¨®n ciudadana. A la notable reducci¨®n presupuestaria de las juntas se une la del ¨¢rea, que baj¨¢ de los 50 millones presupuestados en 1992 a los 10 millones para 1993. Es pura, lisa y llanamente un modo de cargarse el movimiento vecinal. Los ciudadanos de Madrid no podr¨¢n participar en la pol¨ªtica que les concierne y deber¨¢n esperar las normas que les dicten los d¨¦spotas ilustrados que les gobiernan.

El gobierno del Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid no ha asumido que son representantes elegidos por los ciudadanos para gestionar la cosa p¨²blica y dar respuesta a sus necesidades humanas, y no precisamente para convertirse en delegados en el Ayuntamiento de gestores privados.

Si no se cree en la necesidad de que un Ayuntamiento debe ocuparse de los asuntos p¨²blicos, lo mejor es no presentarse a las elecciones como concejal, y menos como alcalde.

y Jos¨¦ Luis Pesta?a son concejales de Izquierda Unida.