El brit¨¢nico Ken Loach encarna el resurgimiento del cine subversivo
La SEMINICI recuper¨® ayer Kes, una pel¨ªcula que el brit¨¢nico Ken Loach realiz¨® en 1969, y con la que dio uno de los primeros grandes pasos de su trayectoria de cineasta de lucha pol¨ªtica y social. Su obra est¨¢ caracterizada por la radicalidad sin concesiones. La presencia de Loach resulta significativa en una competici¨®n de pel¨ªculas como es esta, donde vuelve a aparecer -es una constante en todos los festivales de los dos ¨²ltimos a?os-, el creciente resurgimiento en todo el mundo, aunque m¨¢s marcada y airadamente en Estados Unidos, del cine de la izquierda.
Casi toda la obra documental y de ficci¨®n, incluida la televisiva de Ken Loach, se proyecta estos d¨ªas en las pantallas de Valladolid. L¨¢a desembocadura de este largo recorrido profesional en dos pel¨ªculas de audiencia mundial como Agenda prohibida y Riff Raff, da idea de su inter¨¦s no s¨®lo en cuanto precedente de estas c¨¦lebres obras, sino tambi¨¦n como cine desconocido no a causa de su insignificancia, sino por todo lo contrario: por su poderosa identidad subversiva, que le cerr¨®, en un mundo crecientemente conservador, todos los caminos hasta que pudo abrirse paso el sol.Los tiempos turbulentos vuelven -en realidad, nunca se fueron- y el cine los refleja e indaga. De esta manera, por debajo del cine espect¨¢culo y de los opulentos entretenimientos de gran audiencia, asoma de nuevo la peque?a carcoma del cine de agitaci¨®n y de ideas. Sin alcanzar la radicalidad de las respuestas de Loach al orden o al desorden establecido, aqu¨ª est¨¢ la pura perplejidad ante el desmoronamiento interior del modelo social estadounidense que representa la notable pel¨ªcula Glengarry y Glen Close, en la que Jacques Lemmon vuelve a alcanzar la genialidad; y est¨¢ tambi¨¦n la negrura de El pozo, un despiadado filme finland¨¦s; de la pel¨ªcula sueca Freud; y, finalmente, el corrosivo lirismo de la polaca Agnieszka Holand en Olivier Olivier.
Visi¨®n cr¨ªtica
Estas pel¨ªculas, como las que antecedieron y las que les seguir¨¢n en la secci¨®n oficial de este festival, son parte de un movimiento cada d¨ªa menos subterr¨¢neo del cine mundial, que se escora cada vez m¨¢s hacia una visi¨®n cr¨ªtica y muy combatiba del signo de los tiempos que corren, a veces sin escatimar ni una sola tinta negra y adoptando la construcci¨®n de la pel¨ªcula un punto de vista de rechazo frontal del actual grupo conservador de la historia. El cine de izquierda, en sentido cl¨¢sico, vuelve a encontrar, o al menos a buscar, su carta de naturaleza perdida. Y Ken Loach es la primera l¨ªnea de este rescate.La SEMINCI ha editado un libro sobre este cineasta: Ken Loach, la mirada radical, del que es autor su compatriota Julian Petley. Es una excelente contribuci¨®n a la bibliograf¨ªa sobre la situaci¨®n de fondo del cine europeo actual. En la que el simple nombre de Ken Loach se ha convertido desde hace unos a?os en sin¨®nimo de cine como arma de lucha pol¨ªtica y social.
Dijo ayer aqu¨ª Ken Loach cosas tan di¨¢fanas y duras como esta: "Las cosas ir¨¢n por fuerza cada vez peor mientras tengamos un mercado libre absoluto. En tanto no intervengamos en el mercado, no veo muchas esperanzas para el cine brit¨¢nico", y, por extensi¨®n natural, el cine europeo.
Ken Loach, del que se sab¨ªa que no tiene pelos en la mirada, parece que tampoco los tiene en la lengua. Se trata ni m¨¢s ni menos que de esto: si la pol¨ªtica cinematogr¨¢fica thacheriana de puertas abiertas a Hollywood no acaba en portazo, el cine brit¨¢nico desaparecer¨¢, morir¨¢, y toda Europa debe mirarse en el espejo de su cad¨¢ver.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.