El desempleo alcanza la cota del 10% en el 'golden State', dos puntos y medio m¨¢s de la media nacional
Los dos candidatos presidenciales, codo a codo en el millonario feudo republicano de Orange County
La vieja carretera de la costa, Route One, serpentea paralela al impresionante Pac¨ªfico ci?¨¦ndose caprichosamente a la multitud de calas y playas que salpican su recorrido desde Los ?ngeles hasta San Diego y la frontera mexicana. De pronto, un modesto cartel anuncia al automovilista que ha dejado el condado de Los ?ngeles y entra en Orange County (California), posiblemente la mayor concentraci¨®n de millonarios por metro cuadrado del pa¨ªs. El lujo no hay que buscarlo porque est¨¢ a la vista. Los yates de m¨¢s de 15 metros de eslora se mecen majestuosos en las marinas de Newport y Laguna Beach; las urbanizaciones, plagadas de palacetes y custodiadas por guardias de seguridad armados se descuelgan por las lomas hasta el mar y las casas de autom¨®viles exhiben en sus vitrinas los ¨²ltimos modelos de Rolls-Royce, Mercedes, BMW y Jaguar
La recesi¨®n de 1982, con Reagan en la Casa Blanca, comenta Roger Smith, subdirector de la redacci¨®n pol¨ªtica de Los Angeles Times, afect¨® muy poco a California, porque los paganos en aquella ocasi¨®n fueron los blue collars (obreros industriales) "En esta ocasi¨®n y en este Estado", a?ade, "la recesi¨®n ha afectado no s¨®lo a ese sector, sino tambi¨¦n a los ejecutivos y administrativos, o white collars", es decir, a la clase media, que es donde se encuentran principalmente los votantes republicanos.Para empeorar la situaci¨®n, e viraje a la derecha del Partido Republicano durante la convenci¨®n de Houston sirvi¨® para que sus votantes californianos, pertenecientes en su mayor¨ªa al a la liberal y centrista, se alejaran todav¨ªa m¨¢s de Bush y comenzarar a bascular hacia Clinton.
El hecho de que el presidente no se refiriera ni una sola vez en Houston al medio ambiente -la obsesi¨®n permanente de los californianos- y que s¨®lo mencionara de pasada la creaci¨®n de empleo -pesadilla actual del Estado- se tradujo en un descenso espectacular de sus expectativas de voto en las encuestas realizadas en el Estado de California a los pocos d¨ªas de la convenci¨®n republicana.
Desde Houston, las fortunas de George Bush en California van de mal en peor, convirtiendo cada vez en m¨¢s veros¨ªmil el presagio de la revista California Republic en su n¨²mero del pasado septiembre. El t¨ªtulo del art¨ªculo firmado por el principal analista pol¨ªtico del San Francisco Examiner, John Jacobs, ten¨ªa s¨®lo cuatro palabras: "No California no White House". Sin California no se gana la Casa Blanca.
California se inclina por los dem¨®cratas
Con estos signos externos parecer¨ªa que un candidato republicano no deber¨ªa tener grandes apuros para obtener los votos de los habitantes de un condado cuyo principal aeropuerto lleva precisamente el nombre del actor de Hollywood que m¨¢s se identific¨® en vida con la causa republicana, John Wayne. Fue precisamente en esta concentraci¨®n de la opulencia, con una abrumadora presencia hist¨®rica de Espa?a en la toponimia de sus calles -los Balboa Boulevard, Marinas del Rey y San Juan Capistrano est¨¢n a la orden del d¨ªa-, donde Ronald Reagan inici¨® su campana electoral en las presidenciales de 1984. Desde entonces, Orange County se convirti¨®, en la jerga electoral norteamericana , en Reagan country (terreno de Reagan).Ocho a?os despu¨¦s, el candidato dem¨®crata a la presidencia, Bill Clinton, iguala en puntos a George Bush en Orange County. Una vez m¨¢s, como en el resto del pa¨ªs, la econom¨ªa y la prolongada recesi¨®n son las culpables de este incre¨ªble ascenso de los dem¨®cratas en Orange County. Los habitantes del condado, en su mayor¨ªa altos ejecutivos de empresas aeroespaciales e inmobiliarias -McDonnell Douglas Rockwell y Hughes Corporation son unos cuantos ejemplos-, se han visto de pronto afectado por una reducci¨®n sustancial en los pedidos del Pent¨¢gono, que han producido despidos masivo entre sus filas.
Esta situaci¨®n de incertidumbre se ha traducido en un empate en las encuestas entre Clinton y Bush, una situaci¨®n hist¨®ricamente anormal en Orange County, a pesar de que los republicanos aventajan a los dem¨®cratas en 20 puntos en el n¨²mero de votantes registrados. (En EE UU no basta la inscripci¨®n en el censo para votar: hay que registrarse previamente, bien en un partido o como independiente, aunque ese registro no signifique que se vaya a respetar esa preferencia el d¨ªa de la votaci¨®n.)
David Lesher, comentarista pol¨ªtico de la edici¨®n de Los Angeles Times para Orange County, explica que "una de las claves de las victorias de Ronald Reagan en 1980 y 1984 y de la de George Bush en 1988 radic¨® en que consiguieron arrastrar a una parte de los votantes dem¨®cratas que se autocalificaron como Reagan democrats. En esta elecci¨®n, una gran parte de los republicanos de Orange County, y de California en general, se autocalifican ahora como Clinton republicans.
?Y el factor Perot? ?A qui¨¦n perjudica la presencia del controvertido tejano en Orange County, a quien le dan las en cuestas entre un 20% y un 25% de intenci¨®n de voto en la zona? "Evidentemente, a Bush", afirma Lesher.
La situaci¨®n es particularmente dram¨¢tica para los republicanos, porque para ganar los 54 votos electorales de California -un Estado donde la poblaci¨®n de las grandes concentraciones urbanas como Los ?ngeles y San Francisco vota generalmente dem¨®crata- tienen que gana necesariamente en las zonas suburbanas- y opulentas como Orange County.
Y a menos de una semana de las elecciones, George Bush y los republicanos dan la penosa impresi¨®n de que California est¨¢ perdida y que piensan compensar esa p¨¦rdida con la conquista de los votos de Tejas y Florida.
En los momentos actuales, y de acuerdo con la ¨²ltima encuesta publicada el lunes 26 por Los Angeles Times, Clinton aventaja a Bush en California por 19 puntos (47%, frente a 28%) entre los votantes registrados, ventaja que se reduce a 15 puntos si se cuentan s¨®lo los votantes que al final ejercer¨¢n el voto. La intenci¨®n de voto a favor de Perot a nivel estatal entre estos ¨²ltimos alcanza el 17%, sin afectar para nada el resultado final.
Los precedentes hist¨®ricos no son precisamente favorables a George Bush. Desde finales de la Il Guerra Mundial, s¨®lo un aspirante a la Casa Blanca, Jimmy Carter en 1976, gan¨® la presidencia sin haber obtenido los votos electorales del golden State (el Estado dorado).
La raz¨®n es muy sencilla. California, con una poblaci¨®n censada cercana a los 25 millones de habitantes y con una econom¨ªa que es la s¨¦ptima en el mundo, constituye un microcosmos de la sociedad norteamericana. Seg¨²n explica Ed Rollins, jefe de la campa?a de Reagan en 1984 y asesor de la campa?a de Perot hasta su dimisi¨®n por divergencias con el tejano, "California es una mininaci¨®n, un crisol como el resto del pa¨ªs. Los temas son comunes, y si un candidato no puede convencer a los variopintos californianos de que puede arreglar la econom¨ªa del pa¨ªs, mal puede convencer al resto de la poblaci¨®n [norteamericana]".
En California, Bush y los republicanos est¨¢n perdiendo en esta elecci¨®n lo que aqu¨ª se conoce como suburban american, los barrios residenciales creados en tomo a las grandes ciudades, y que hasta ahora constitu¨ªan el sector m¨¢s fiel de su electorado.
Recientemente, la publicaci¨®n California Republic afirmaba que California representaba la personificaci¨®n del sue?o americano. Las familias se establec¨ªan en California procedentes de otros Estados porque "en California todo era posible". "Pero si esas familias tienen que regresar a sus hogares primitivos porque no se pueden comprar una casa o no encuentran trabajo entonces el sue?o californiano, y en gran medida el sue?o americano, se derrumba".
Eso es lo que est¨¢ pasando ahora en California, donde el nivel de desempleo, como consecuencia de la falta de reconversi¨®n de las industrias de defensa en industrias civiles, alcanza ya la cota del 10%, dos puntos y medio por encima de la media nacional, del 7,5%.
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