Juan Pablo II rehabilita hoy a Galileo, 359 a?os despu¨¦s de que fuera condenado
Juan Pablo II pedir¨¢ hoy -359 a?os, 4 meses y 9 d¨ªas despu¨¦s de la sentencia de la Inquisici¨®n- perd¨®n por la condena injusta de Galileo Galilei y rehabilitar¨¢ al fil¨®sofo y matem¨¢tico de Pisa, al tiempo que presentar¨¢ el libro Cop¨¦rnico, Galileo y la Iglesia: fin de la controversia (1820), en el que se establece que afirmar que la Tierra gira alrededor del Sol no es blasfemia. Galileo lleg¨® a abjurar de sus ideas y pese a ello fue condenado.
A Galileo, que, ante el tribunal presidido por el cardenal Roberto Belarmino, baj¨® la cabeza para salvarla, aunque sin dejar de repetir su c¨¦lebre eppur, si muove (y sin embargo, se mueve), se le concede as¨ª una satisfacci¨®n p¨®stuma incapaz de remediar la amargura y la soledad de los ¨²ltimos a?os de su vida, transcurridos en c¨¢rceles y encierros domiciliarios, como correspond¨ªa a un "penitente de la Inquisici¨®n".El fil¨®sofo pisano nunca pens¨® que las cosas hubieran llegado a ese punto, ya que la racionalidad de sus argumentos le daban una seguridad a la que tambi¨¦n contribu¨ªan en medida cierta las buenas relaciones que le un¨ªan al Papa de su ¨¦poca, Maffeo Barberini, coronado como Urbano VIII.
El 1632, Galileo public¨® en Florencia su Di¨¢logo sobre los dos M¨¢ximos Sistemas, tolomeico y coperniquiano, en el que defend¨ªa la concepci¨®n helioc¨¦ntrica del universo formulada por Cop¨¦rnico, frente a la afirmaci¨®n de que el sol giraba en torno a la Tierra, que estructuraba el sistema de Tolomeo.
El libro suscit¨® pronto el inter¨¦s de los ambientes intelectuales europeos y la desconfianza de la Iglesia, que hasta entonces hab¨ªa encontrado en Tolomeo una confirmaci¨®n cient¨ªfica del antropocentrismo inmanente a su fe en la creaci¨®n.
Contradecir a la naturaleza
"La naturaleza y la Biblia derivan ambas de Dios, y es absurdo querer contradecir la naturaleza, que es la expresi¨®n directa de la voluntad divina, sobre la base de la interpretaci¨®n humana de las Sagradas Escrituras. Por el contrario, se debe aprender a leer e interpretar las escrituras a trav¨¦s de la naturaleza", sostuvo Galileo ante el tribunal que le proces¨® en 1633, despu¨¦s de que fracasara en sus intentos de entrevistarse con Urbano VIII.
De poco le sirvi¨®. Cansado, viejo y enfermo, abjur¨® de sus ideas el 30 de abril, pero a pesar de ello fue condenado a prisi¨®n el 22 de junio del mismo a?o indicado.
El papa Barberini impidi¨® que a Galileo le fuera erigido tras su muerte un mausoleo, que s¨®lo pudo ser levantado en el siglo XVII, y la Iglesia no revis¨® formalmente su proceso hasta el siglo XIX. Pero ya en 1757 fue retirada la prohibici¨®n eclesi¨¢stica de publicar libros en los que se sostuviera que la Tierra se mueve.
En la segunda d¨¦cada del siglo pasado, el Santo Oficio, heredero de la Inquisici¨®n, revis¨® durante tres a?os el debate sobre Cop¨¦rnico y Tolomeo, que concluy¨® con un decreto archivado sin publicidad.
En 1823, el papa P¨ªo VII autoriz¨® la publicaci¨®n de las Lecciones de astronom¨ªa de un can¨®nigo llamado Giuseppe Settele que sosten¨ªa, como Galileo, que la Tierra giraba alrededor del sol.
El libro que el Papa presentar¨¢ hoy al p¨²blico recoge las acta de los debates que el Santo Oficio concluy¨® en 1820.
Karol Wojtyla, polaco como Cop¨¦rnico, se interes¨® por Galileo desde el comienzo de su pontificado, y ya el 10 de noviembre de 1979, con motivo de la conmemoraci¨®n del primer centenario de Albert Einstein, cre¨® una comisi¨®n que revisara su caso.
"Pretendo que te¨®logos, cient¨ªficos e historiadores, animados de un esp¨ªritu de sincera colaboraci¨®n, profundicen el examen del caso de Galileo y remuevan las desconfianzas que aqu¨¦l proyecta todav¨ªa, en la mente de muchos, a la fructuosa concordia entre ciencia y fe, entre la Iglesia y el mundo", afirm¨® el pont¨ªfice. Gracias a esa comisi¨®n, se ha llegado hoy a la absoluci¨®n de Galileo.
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