El ¨²ltimo mitin de George Bush
El presidente se despide de la campa?a con nuevos insultos contra el candidato dem¨®crata
El presidente de Estados Unidos, George Bush, cerr¨® ayer lo que puede ser el c¨ªrculo de su vida pol¨ªtica al volver a Houston, Tejas, a esperar el veredicto de las urnas. De la capital tejana del petr¨®leo sali¨® hace casi treinta anos como congresista, y all¨ª celebr¨® anoche su ¨²ltimo mitin electoral. Porque gane o pierda -y todo indica que va a perder- la reuni¨®n de anoche ser¨¢ su ¨²ltimo acto electoral, ya que el sistema norteamericano no permite, desde Roosevelt, optar a m¨¢s de dos mandatos presidenciales.Bush, de 68 a?os, agot¨® sus ¨²ltimas horas con una fren¨¦tica gira por Nueva York, Pennsilvania, Ohio, Kentucky, Luisiana y Tejas, en un ¨²ltimo y desesperado esfuerzo por sumar los votos indecisos a su candidatura.
El presidente acusaba en el rostro el cansancio de un final de campa?a que le ha mantenido durante las dos ¨²ltimas semanas en la carretera, sin volver ni un s¨®lo d¨ªa a la Casa Blanca. Pero m¨¢s demoledores que los viajes y los m¨ªtines fueron los ¨²ltimos sondeos, ya en v¨ªsperas del gran d¨ªa, que le auguran pocas posibilidades de ser reelegido.
El tono de las intervenciones de Bush -al que sus asesores han presionado para que endureciera su mensaje- se ha hecho m¨¢s hiriente a medida que se acercaba la jornada decisiva. El candidato republicano no se ha privado de insultar a Bill Clinton llam¨¢ndole literalmente "chulo", y de recurrir a cualquier excusa para desacreditarlo. Pero su intento de sembrar dudas en el electorado sobre la integridad moral y pol¨ªtica de Clinton parece que no ha funcionado.
La cuesti¨®n de confianza, tantas veces esgrimida por Bush, se volvi¨® contra ¨¦l al conocerse nuevos datos que lo implican en el esc¨¢ndalo Ir¨¢n-Contra, pese a sus constantes protestas en defensa de su inocencia. En caso de perder hoy ante Clinton, Bush se convertir¨¢ en el cuarto presidente que, en este siglo, no consigue la reelecci¨®n.
Una de las ¨²ltimas esperanzas de la campa?a del presidente es que los votantes de Ross Perot cambien de opini¨®n en el ¨²ltimo instante y voten por Bush, conscientes de que el voto a su candidato es un voto perdido. Los expertos auguran un corrimiento de votos en el ¨²ltimo minuto, pero estiman que, de producirse, Clinton ser¨¢ el m¨¢s beneficiado.
Incluso Perot no parece dar ya posibilidad alguna a George Bush y ha concentrado el fuego de sus ataques en Bill Clinton, al que ve como virtual ganador. El multimillonario tejano, que ha descendido en las ¨²ltimas horas y al calor de los m¨ªtines a las descalificaciones personales, llama a Bush el "hombre patata" porque dice que no sabe distinguir un chip de ordenador de un chip de patata. A Clinton le llama "el hombre pollo" por ser esa la principal industria del Estado de Arkansas del que es gobernador el candidato dem¨®crata.
La amargura del presidente en estas horas finales ha tenido una curiosa consecuencia: ha resurgido con fuerza su rencor contra los medios de comunicaci¨®n. Se lo ve resentido porque todos los comentaristas, tanto de prensa como de televisi¨®n, auguran el triunfo de su rival. "Fastidie a la prensa, vote a Bush" dice en lo que se ha convertido en una de sus bromas favoritas.
Contra la prensa liberal
Bush considera que la influencia de la prensa liberal de la costa Este -The New York Times y The Washington Post- ha sido decisiva en su vertiginosa ca¨ªda en los sondeos de opini¨®n. El presidente, que se ha atribuido un papel estelar en la victoria pol¨ªtica de la guerra fr¨ªa y militar de la guerra del Golfo, se considera maltratado por los intelectuales y por la prensa, y s¨®lo as¨ª explica que en menos de doce meses haya pasado de ser uno de los presidentes mas populares a un candidato al borde de la derrota.Su vicepresidente, Dan Quayle, que pr¨¢cticamente ha desaparecido desde que James Baker se hizo cargo de la direcci¨®n de la campa?a, se retir¨® ayer a su Estado, Indiana, a esperar los resultados. Bush, acompa?ado de su esposa, B¨¢rbara, descans¨® en un lujoso hotel de Houston donde esta noche deber¨¢ pasar una de las pruebas m¨¢s importantes de su vida: aceptar la derrota ante un rival al que ha querido humillar o ser el protagonista de una de las mayores sorpresas de la historia de EE UU.
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