"Esto no tene buena pinta", admiti¨® Bush durante el recuento
George Bush tuvo que aceptar muy pronto su derrota. Poco despu¨¦s de comenzar el recuento, coment¨® cariacontecido a sus ¨ªntimos: "Esto no tiene buena pinta". Bush hab¨ªa instalado su cuartel general en Houston. Lleg¨® a Tejas para cerrar su campa?a en su ciudad de adopci¨®n con un, apasionado llamamiento a sus compatriotas para que le ayuden a "extender el sue?o americano frente a los que sue?an con extender el gobierno" y la predicci¨®n de que protagonizar¨ªa la mayor sorpresa" de la historia pol¨ªtica norteamericana. Neg¨¢ndose a aceptar los re sultados de las encuestas, que le colocaban siete puntos por de tr¨¢s del candidato dem¨®crata, Bill Clinton, Bush predijo igual mente que los t¨¦cnicos electora les tendr¨ªan que "buscarse otro trabajo a partir del mi¨¦rcoles". Los primeros resultados le des cabalgaron. Clinton barr¨ªa en la Costa Este y la sensaci¨®n de pesimismo se hizo general en el entorno de Bush.El presidente eligi¨® con sumo cuidado el escenario final de su gira electoral que, seg¨²n sus palabras, ser¨ªa la ¨²ltima, cualquiera que fuera el resultado. Aun en. el caso de una victoria, se tendr¨ªa que haber retirado por mandato constitucional en 1996.
M¨¢s de 15.000 personas, seg¨²n datos de la polic¨ªa, llenaban hasta la bandera las gradas del Astro Arena de Houston. Fue un final apote¨®sico para Bush, un ba?o de satisfacci¨®n despu¨¦s de una campa?a frustrante. El canto del cisne, en definitiva. Lleg¨® a Houston despu¨¦s de recorrer un total de 2.600 kil¨®metros en seis Estados: New Jersey, Pensilvania, Ohio, Kentucky, Luisiana y Tejas, para intentar conseguir la victoria final y emular el triunfo protagonizado en 1948 por su antecesor Harry Truman, cuando, contra. todo pron¨®stico, derrot¨® a su oponente, el gobernador de Nueva York, Thomas Dewey, proclamado incluso vencedor por algunos peri¨®dicos. "?Os acord¨¢is de Harry Truman?", pregunt¨® Bush a sus fieles, que agitaban continuamente pancartas con leyendas como "Te queremos, George" y "Que Dios te bendiga". "Estamos al filo de conseguir algo grande e hist¨®rico en la pol¨ªtica norteamericana: la mayor sorpresa de la historia de EE UU. No soy amigo de hacer predicciones, pero, a partir del mi¨¦rcoles, los t¨¦cnicos en encuestas van a tener que dedicarse a otra cosa", dijo. Bush se equivoc¨®.
El candidato republicano, que estaba rodeado en el estrado por un plantel de veteranos de Hollywood encabezados por Bob Hope y Charlton Heston, apel¨® al individualismo del norteamericano medio con uno de los temas favoritos del Partido Republicano, el poder del individuo frente al poder del Gobierno. "Mientras Bill Clinton sue?a con extender el Gobierno, yo quiero extender el sue?o americano", afirm¨®.
La guerra del Golfo fue utilizada por Bush para su apelaci¨®n final a los votantes. En un ¨²ltimo intento de demostrar su capacidad de liderazgo frente a la inexperiencia de Clinton en asuntos mundiales, Bush manifest¨®: "Os ofrezco confianza y liderazgo, un liderazgo que ha sufrido la prueba del fuego", dijo.
Bush trat¨® de rodearse de un aura ganadora por una vez. Houston. y Tejas siempre han sido terreno conquistado para el todav¨ªa presidente. All¨ª est¨¢ censado y tambi¨¦n es Tejas donde Bush conoci¨® a sus amigos m¨¢s ¨ªntimos, dos tejanos ilustres e inseparables, James Baker y Robert Mosbacher, secretario de Comercio.
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