Major salva el Tratado de Maastricht y su propia carrera en una dram¨¢tica votacion parlamentaria
?Ufl John Major lanz¨® ayer el suspiro de alivio m¨¢s grande de su vida. Por s¨®lo tres votos, 319 contra 316, el primer ministro brit¨¢nico salv¨® anoche su carrera pol¨ªtica y el Tratado de Maastricht. Tuvo que implorar, amenazar, coaccionar y hasta sobornar con inversiones en alguna que otra circunscripci¨®n, cosa que deploraron sus enemigos los euroesc¨¦pticos, pero gan¨® la partida en el ¨²ltimo minuto. La moci¨®n del Gobierno fue aprobada por la C¨¢mara de los Comunes, y eso significa que la ratificaci¨®n del Tratado de Maastricht comenzar¨¢ en un par de semanas. La moci¨®n laborista, que ped¨ªa un aplazamiento de la ratificaci¨®n hasta enero, fue derrotada por 313 votos contra 319.
En el debate, Major defendi¨® el Tratado de Maastricht como si en ello le fuera la vida. De hecho, su vida pol¨ªtica estaba en juego. El primer ministro brit¨¢nico, que liga su permanencia en el cargo a la aprobaci¨®n de Maastricht, hab¨ªa convertido el debate previo al proceso de ratificaci¨®n en una cuesti¨®n de confianza hacia su persona. A la pasi¨®n que los asuntos comunitarios suelen suscitar en el Reino Unido se uni¨® la tensi¨®n previa a una votaci¨®n decisiva para el futuro del Gobierno. Nervioso, casi af¨®nico, Major pidi¨® el s¨ª al Tratado de Maastricht para hacer de una Comunidad Europea "que est¨¢ en una encrucijada" una "gran zona de libre mercado y libre comercio".No se votaba, en realidad, sobre el Tratado de Maastricht, sino sobre el momento apropiado para proceder a la ratificaci¨®n. La moci¨®n gubernamental propon¨ªa que el minucioso proceso de ratificaci¨®n comenzara este mismo mes, en cuesti¨®n de dos semanas, para llegar a la cumbre comunitaria de Edimburgo (11 de diciembre) con parte del trabajo hecho. La moci¨®n laborista propon¨ªa un aplazamiento hasta despu¨¦s de dicha cumbre, para que estuvieran claras la situaci¨®n de Dinamarca y la definici¨®n del principio de subsidiariedad en el funcionamiento de comunitario.
A nadie se le escapaba que un no de los Comunes hubiera puesto muy dif¨ªcil la ratificaci¨®n. Pero tambi¨¦n estaba en juego el futuro de John Major y de su Gobierno. De ah¨ª que la oposici¨®n laborista optara por votar contra el Gobierno, a pesar de ser favorable al Tratado de Maastricht y a una pronta ratificaci¨®n del mismo. De ah¨ª, asimismo, que los conservadores euroesc¨¦pticos -cuya enemistad con Major ya es estrictamente personal- hicieran de su voto una cruzada y prometieran, tras la derrota, seguir luchando contra el tratado. De ah¨ª tambi¨¦n, por ¨²ltimo, que los detalles sobre el contenido del tratado se diluyeran en un debate rico en gritos y descalificaciones personales.Traici¨®n de John SmithJohn Major abri¨® la sesi¨®n con una larga exposici¨®n sobre la "traici¨®n" del l¨ªder laborista, John Smith, a sus propias creencias europe¨ªstas, y con un llamamiento poco velado a que los diputados de la oposici¨®n rompieran su disciplina de voto y apoyaran al Gobierno. El primer ministro, que no contaba con todos los votos conservadores (al menos 30 tor¨ªes votaron en su contra) necesitaba angustiosamente cualquier s¨ª que pudiera recoger.El objetivo brit¨¢nico, explic¨® el primer ministro, era hacer de la CE "una gran zona de libre mercado y libre comercio", en lugar de la organizaci¨®n "centralista que desean otros pa¨ªses". Major argument¨® que los pa¨ªses m¨¢s pobres de la Comunidad, como beneficiarios netos del presupuesto, eran los m¨¢s interesados en una Comisi¨®n Europea fuerte y centralista. "Su posici¨®n es fuerte ahora, pero el equilibrio a nuestro favor quedar¨¢ restablecido con la incorporaci¨®n de nuevos socios a la CE, como Suecia, Suiza o Austria, con intereses similares a los nuestros", dijo el premier brit¨¢nico.A continuaci¨®n, refut¨® la tesis b¨¢sica de los conservadores rebeldes: "Hay quien dice que debemos aparcar el tratado de Maastricht y concentrar nuestros esfuerzos en los problemas econ¨®micos, pero eso es una falacia: Europa y nuestra econom¨ªa est¨¢n completamente relacionadas, ahora y para siempre".El l¨ªder de la oposici¨®n, John Smith, habl¨® s¨®lo tangencialmente sobre Maastricht y convirti¨® su intervenci¨®n en una feroz y sarc¨¢stica cr¨ªtica de los errores pol¨ªticos y econ¨®micos del Gobierno de Major (ca¨ªda del Sistema Monetario Europeo, cierre de las minas de carb¨®n, incertidumbre financiera, etc¨¦tera), como correspond¨ªa a la indirecta moci¨®n de confianza que -en opini¨®n de los laboristas- se debat¨ªa ayer en la C¨¢mara de los Comunes.
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