Mariposa de vida breve
No ha sido una sorpresa: Teresa Nieto es uno de los m¨¢s s¨®lidos valores de la coreograf¨ªa madrile?a actual, y la ¨²nica artista de su generaci¨®n que ha vertido lo racial y lo flamenco en el vocabulario contempor¨¢neo con buenos resultados art¨ªsticos.Los intentos de fusi¨®n de esas dos corrientes, flamenco y danza espa?ola con baile moderno, han sido numerosos, pero siempre chirrian por alg¨²n lado. Hacen falta equilibrio y sapiencia. Fue el caso antiguo y poco valorado de Akarova dentro de las vanguardias fundacionales en los a?os treinta. Jean B?rlin, incluso antes, tambi¨¦n hizo algo (recordar su ballet sobre El Greco), teniendo entre los artistas espa?oles alguna respuesta, como fue la de Vicente Escudero cuando zapate¨® al son de dos dinamos.
Festival de Oto?o
Mano a mano: m¨²sica: Jos¨¦ Antonio Carmona y Pepe Marchena; Patio de Luces: m¨²sica y viol¨ªn: Amador Pablo. Coreograf¨ªas: Teresa Nieto. Luces: Miguel Angel Camacho. Sala Pradillo, Madrid. 6 de Noviembre.
Un boceto de estilo
A trav¨¦s de los d¨²os y variaciones, Nieto boceta un estilo de ver las cosas. En Mano a mano est¨¢n el punta y tac¨®n, el rodaz¨¢n, la vuelta de pecho y el desplante, elementos de la danza espa?ola de tradici¨®n, contenidos como la madre de un licor a?ejo, inamovible, pero dando fe de solera, de secreto gen¨¦tico del baile.El espacio de la Pradillo ha sido usado con soltura dentro de sus limitaciones; las luces, cuidadas y efectivas, trazan un dibujo de alto contraste y el vestuario, ajustado a la realidad del trabajo, deja una buena se?al est¨¦tica. Poco m¨¢s se le puede pedir en esta primera experiencia, y su ¨²nico error grave ha sido prescindir de la danza de La Vida Breve de Falla en una versi¨®n de guitarra de Paco de Luc¨ªa que remataba la pieza. Esta vez la core¨®grafa s¨®lo deja los compases iniciales al final como un chispazo, un recuerdo fugaz. Ese famoso fragmento musical fue el primero al que puso pasos y por ello fue reconocida en 1990 con el tercer premio del Concurso Coreogr¨¢fico de Madrid. Sobre sus hallazgos de aquella ocasi¨®n ampli¨® las perspectivas del d¨²o sincr¨®nico. Sin quererlo, por temor a la repetici¨®n, ahora ha cercenado el momento l¨ªrico que todos esperan, el anticlimax que a la vez es cita reverente.
La estructura escogida por Teresa respeta los trabajos de vanguardia cl¨¢sica como los de Kei Takei, donde el m¨®dulo acciona sobre el tiempo coreogr¨¢fico hasta invertirlo, en una lectura nada fr¨ªa sino conectada en lo jondo, en la idea intelectual de base. Acompa?ada por Lourdes M¨¢s, las dos saben bailar y son musicales. El material expuesto mejora cuando sin prejuicios, se aleja de las f¨®rmulas comunes, vi¨¦ndose que Nieto tiene mucho que decir en un terreno casi virgen que puede ser senda oscura a la nueva danza espa?ola.
En la segunda parte, Patio de luces es un trabajo conceptual y duro, serio y dif¨ªcil pero soberbio, donde las frases. coreogr¨¢ficas son como un surruro amante al oido y al ojo del espectador. La articulaci¨®n est¨¢ hecha con un riguroso control del movimiento expansivo y la entrega es pausada, profunda. El apoyo del viol¨ªn en directo cumple cerrando el c¨ªrculo del ambiente: una habitaci¨®n angosta y ritual. Es evidente la buena comunicaci¨®n entre el m¨²sico y la creadora, que hacen un mano a mano, verdadero combate con cadencias fuertes y acentos de fuerza.
Hay influencias orientales tambi¨¦n en el m¨®vil a lo Calder con mariposas de tela (la misma del vestido: partes escapadas del alma de la que baila) y en las entradas diagonales de kabuki, que dan un tono ceremonial y tenso, de contraste entre las dos artistas: una de rojo (la pasi¨®n) que se expresa vibrando sobre la pared y otra de negro (la tragedia) que sobrevuela ausente el plano esc¨¦nico. Son, pueden ser, el bien y el mal (acaso una referencia a Sthendal), la risa y el drama, partes ambas de una misma tragedia, como largas l¨ªneas tangentes al c¨ªrculo vac¨ªo de la soledad.
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