El tir¨®n del nacionalismo provoca la creaci¨®n de 189 partidos locales y regionales en un solo a?o
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Espa?a ha vuelto a la sopa de letras con la proliferaci¨®n de partidos pol¨ªticos. El n¨²mero de formaciones inscritas en el registro el a?o pasado ha sido de 189, cifra s¨®lo superada en 1977, cuando se legalizaron los partidos, con 206 inscripciones. El espectacular aumento del n¨²mero de partidos, sin parang¨®n en la historia reciente de la democracia espa?ola, tiene una causa: la gran proliferaci¨®n de partidos localistas y regionalistas, animados por el tir¨®n de los nacionalismos.
El secretario de Estado para las Autonom¨ªas, Francisco Pe?a, expresa su preocupaci¨®n por ello y enlaza con el riesgo de "disgregaci¨®n territorial", denunciado por el jefe de Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, y algunos ministros.La proliferaci¨®n de partidos localistas y regionalistas obedece al ¨¦xito electoral que est¨¢n teniendo estas opciones y a "un mimetismo por lo que pasa en algunos pa¨ªses europeos, pero fundamentalmente al hecho de que el centro-derecha espa?ol no ha aguantado con un ¨²nico partido el tir¨®n de la descentralizaci¨®n auton¨®mica", seg¨²n Francisco Pe?a. Seg¨²n datos oficiales, en menos de una d¨¦cada los partidos locales y regionalistas han pasado en Espa?a de 600.000 votos a m¨¢s de un mill¨®n en las auton¨®micas de 1991.
Todas las comunidades aut¨®nomas disponen ya de partidos regionalistas y su arraigo, aunque irregular, es progresivo. Dejando de lado Pa¨ªs Vasco y Catalu?a -donde los partidos nacionalistas son tradicionales-, las autonom¨ªas donde los partidos regionalistas est¨¢n m¨¢s arraigados y en claro proceso de crecimiento son Arag¨®n -con el Partido Aragon¨¦s (Par)-, Navarra -Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN)-, Canarias -con las Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC) y el Centro Independiente Canario (CIC)-, Comunidad Valenciana -Uni¨®n Valenciana (UV)-, y Galicia -Bloque Nacionalista Galego (BNG). Todos ellos tienen representaci¨®n parlamentaria en el Congreso, con excepci¨®n del CIC, reci¨¦n creado. Y en la mayor¨ªa de los 17 parlamentos aut¨®nomos est¨¢ representado alg¨²n partido regional.
El PP, el gran perjudicado
El crecimiento de los partidos regionalistas est¨¢ perjudicando de forma notoria al Partido Popular (PP), en cuyo electorado incide. De hecho, desde la Alianza Popular (AP) de 1982 hasta el PP de las legislativas de 1989 y las ¨²ltimas auton¨®micas de 1991, el centro-derecha como partido nacional, sin contar los partidos regionalistas, no ha pasado del list¨®n de 5.478.533 votos.
El caso de Arag¨®n es una muestra de ese perjuicio. En las auton¨®micas de 1991, el PP consigui¨® 126.000, votos y el Partido Aragon¨¦s, 152.000. En Cantabria, en las auton¨®micas de 1991, el PP obtuvo 42.000 votos y la Uni¨®n para el Progreso de Cantabria (UPC), de Juan Hormaechea, logr¨® 100.000 votos. En las auton¨®micas de 1987 el PP tuvo 124.000 votos.
Estos resultados empujaron al PP a integrar al partido de Hormaechea, a "un precio muy alto", como han admitido los dirigentes populares. El pol¨¦mico Hormaechea a¨²n no ha retirado del registro la inscripci¨®n de su partido, pese a pertenecer al PP. En Navarra se ha producido un fen¨®meno similar, y, ante el auge de UPN, el PP opt¨® por acudir a las sucesivas elecciones auton¨®micas en esa comunidad bajo las siglas del partido regionalista.
El vicesecretario general del PP, Mariano Rajoy, se muestra preocupado por este fen¨®meno y se?ala: "Una parte de la derecha espa?ola tiene unas miras muy cortas porque se priva de participar en un proyecto espa?ol e impide la formaci¨®n de una alternativa s¨®lida al PSOE".
Francisco Pe?a atribuye este fen¨®meno "al modelo de partido m¨¢s que al fen¨®meno descentralizador del Estado por el proceso auton¨®mico". "Es verdad que el Estado de las autonom¨ªas ha logrado una fuerte descentralizaci¨®n, que ha dado juego de poder a partidos a escala auton¨®mica o local, y eso puede ser un est¨ªmulo para crear partidos. Pero ese mismo fen¨®meno existe en Alemania y all¨ª no hay sopa de siglas", concluye.
A 50.000 pesetas la inscripci¨®n
La espectacular subida de la inscripci¨®n de partidos en 1991 coincide con el ¨¦xito electoral de las primeras formaciones pol¨ªticas regionales que hab¨ªan nacido a finales de los setenta. El auge del Partido Aragon¨¦s Regionalista, de la Uni¨®n Valenciana, del Partido Andalucista, de Uni¨®n del Pueblo Navarro, de las Agrupaciones Independientes de Canarias, que llegaron al Congreso en 1989, se dispara en las auton¨®micas y locales de 1991, con la creaci¨®n de nuevas agrupaciones locales y regionales. El coste por probar el ¨¦xito en las urnas es m¨ªnimo. Inscribir un partido s¨®lo cuesta los gastos de notario: unas 50.000 pesetas.El sarampi¨®n localista afecta tambi¨¦n a autonom¨ªas con partidos nacionalistas fuertes, como el Pa¨ªs Vasco. En esta comunidad, la Unidad Alavesa, inscrita en 1989, si se presentara ahora a unas elecciones legislativas obtendr¨ªa un esca?o, seg¨²n los ¨²ltimos sondeos.
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