Pasos negros

LOS PASOS a nivel en los cruces de carreteras y v¨ªas f¨¦rreas siguen constituyendo lugares de alto riesgo para la vida de las personas. Algo que en la ¨²ltima d¨¦cada del siglo XX, y tras los esfuerzos de mejora de la red viaria espa?ola -la ferroviaria y la de carreteras-, es dif¨ªcil de aceptar que suceda. Los ¨²ltimos accidentes acaecidos en Valencia y en Navarra, en los que han perecido tres personas al ser arrolladas por el tren los veh¨ªculos en que viajaban, muestran, sin embargo, que los planes de modernizaci¨®n de Renfe, as¨ª como los generales de carreteras, iniciados a mediados de los a?os ochenta, no han valorado en su justa medida la trascendencia de esta cuesti¨®n.Cada vez que se producen accidentes como los de Valencia y Navarra -y, por desgracia, no son pocos los ocurridos en parecidas circunstancias en la ¨²ltima d¨¦cada-, la autoridad correspondiente suele dar la explicaci¨®n consabida, que, por lo general, tiende a atribuir a la fatalidad o al error humano la causa de lo sucedido. Que ello pueda ser as¨ª no disminuye en absoluto la responsabilidad que incumbe a la Administraci¨®n de que sigan existiendo en la actualidad cerca de 4.000 pasos a nivel absolutamente desprotegidos en todos los rincones de la Pen¨ªnsula.

Se alega que una parte considerable de estos pasos podr¨ªan haber sido eliminados s¨ª no hubiera sido por la resistencia de los vecinos de la zona o de los propietarios de los terrenos colindantes. No vale la explicaci¨®n. La Administraci¨®n tiene medios suficientes -y los utiliza siempre que tiene que acometer obras de inter¨¦s p¨²blico- para hacer entrar en raz¨®n a los ciudadanos afectados, y con mayor motivo si son sus beneficiarios.

Las excusas presupuestarias tienen un peso mayor. Desde 1974 se viene haciendo un esfuerzo econ¨®mico considerable para suprimir o proteger adecuadamente los pasos a nivel ferroviarios. Existe incluso desde ese a?o un plan especial para lograrlo. Su balance: se ha conseguido reducir a poco m¨¢s de la mitad los 10.000 pasos a nivel existentes hace 18 a?os. Pero queda la duda de si este esfuerzo ha sido proporcionalmente comparable al que se ha hecho en otros aspectos, sin duda tambi¨¦n importantes, de la mejora de la red viaria. Un presidente de Renfe declar¨® hace a?os, enf¨¢ticamente, que la seguridad del ferrocarril hab¨ªa de ser siempre igual a cien, es decir, total. Pues bien, la seguridad, que constituye con mucho el principal componente de la calidad de cualquier servicio, sigue cuestionada en la red viaria espa?ola, entre otros factores por la persistencia de pasos a nivel sin garant¨ªas para la vida del usuario.

Es cierto que la soluci¨®n del problema no recae s¨®lo sobre Renfe. Incumbe tambi¨¦n al Ministerio de Obras P¨²blicas y, en diversa medida, a las comunidades aut¨®nomas, a los ayuntamientos y a las diputaciones. No es admisible a estas alturas una pol¨ªtica de modernizaci¨®n de la red viaria que postergue el objetivo de hacer desaparecer los pasos a nivel, algunos de ellos en carreteras de primer orden, y que ponen en riesgo (m¨¢s si coadyuvan el error humano y la fatalidad) la vida y la integridad f¨ªsica de las personas.