Esperar a que sea demasiado tarde

( ... ) Puesto ante una de las situaciones pol¨ªticas m¨¢s inc¨®modas que haya conocido, ( ... ) Mitterrand demuestra una gran confianza y tambi¨¦n su famosa constancia al querer reformar una Constituci¨®n que discute desde su nacimiento, hace 34 a?os.Aplazada a?o tras a?o, (...) hab¨ªa sido prometida para 1992 o, como muy tarde, para la segunda parte de su segundo septenato. Aqu¨ª la tenemos finalmente, dictada por una urgencia -o por una oportunidad-: esencialmente, la de derribar al Tribunal Supremo, cuya simple menci¨®n tiene tanto efecto en pol¨ªtica como el anuncio de un c¨¢ncer en la vida de una persona.

El Tribunal Supremo, de procedimiento lento, pesado, traumatizante por naturaleza, eminentemente pol¨ªtico y sumiso a todos los ejercicios de explotaci¨®n demag¨®gica, ha demostrado ser tan inadaptado en el caso de la sangre contaminada que hab¨ªa que pensarse recortar1a mayor parte de los poderes... que nunca ha ejercido. ( ... ) La contradicci¨®n es soberbia, porque Mitterrand alienta a los parlamentarios, especialmente a los socialistas, ( ... ) a que dejen actuar' al deshonrado Tribunal Supremo antes de ocuparse de eliminarlo. ( ... ) No se entiende que, para llegar a esto, hayan hecho falta tantas contorsiones, anatemas, presiones y retiradas. Como si fuese mejor acabar cediendo que anticiparse.

, 10 de noviembre