"Veo el mundo con cuatro o cinco grandes potencias, sin un n¨²mero uno claro"
Kennedy charl¨® con EL PA?S en su despacho palomar en el campus de Yale, mientras los norteamericanos se dispon¨ªan a elegir presidente a Bill Clinton. El profesor Kennedy estima que "nos encontramos ante el tercer o cuarto per¨ªodo de estancamiento o retroceso en la historia del movimiento por la unidad europea", y se declara convencido de que s¨®lo una Europa integrada tiene un futuro "probable" como gran potencia. "El mundo", tras la ca¨ªda del comunismo, "se encamina hacia una de esas fases en las que hay un reparto de poder e influencia entre varias unidades grandes".P. ?Est¨¢ Estados Unidos en decadencia?
R. A la generaci¨®n de [George] Bush, de la II Guerra Mundial, y a los republicanos, les resulta dif¨ªcil aceptar que es probable que el pa¨ªs se enfrente a problemas de largo plazo. A una generaci¨®n de norteamericanos m¨¢s joven, le es m¨¢s f¨¢cil admitir que EE UU afronta problemas sociales, econ¨®micos y raciales profundamente arraigados. Clinton es de otra generaci¨®n, ha crecido en unos Estados Unidos que empezaban a poner de manifiesto todos esos problemas. Cree que es posible la recuperaci¨®n, pero s¨®lo si se toma en serio el tema del declive econ¨®mico.
P. ?Existe un nuevo orden mundial? ?En qu¨¦ clase de mundo vivimos tras la ca¨ªda del imperio comunista?
R. Nos encontramos ante un orden mundial dividido, y nos enfrentamos a importantes retos a largo plazo, con respecto a la estabilidad internacional, que son muy distintos de los retos de la carrera de armamentos que tuvo lugar durante la guerra fr¨ªa, y de las tensiones entre el Este y Occidente. Es cierto que hay ciertas tendencias econ¨®micas hacia la integraci¨®n del comercio y la econom¨ªa mundiales, que es lo que llamamos globalizaci¨®n. Pero al mismo tiempo, mientras se globalizan y se integran el mundo de las finanzas y las empresas multinacionales, en otras esferas de la vida, la pol¨ªtica local, los problemas ¨¦tnicos y de discriminaci¨®n, destrozan y desbaratan nuestras estructuras. No estoy pensando s¨®lo en lo que ha sucedido en la Uni¨®n Sovi¨¦tica o en Yugoslavia, porque ¨¦sos son casos extremos de desintegraci¨®n pol¨ªtico-social.
Tomemos como ejemplo las tensiones que se producen en el seno de la sociedad francesa sobre la modernizaci¨®n. Por un lado est¨¢n los banqueros, inversores e ingenieros inform¨¢ticos, ingenieros aeroespaciales, que representan la corriente modernizadora, pero por otra parte hay muchos agricultores franceses que tienen miedo de perder sus puestos de trabajo debido a la competencia econ¨®mica. De modo que, dentro de la misma sociedad, se pueden encontrar ganadores y perdedores que son producto del cambio econ¨®mico y del aumento de la competencia. Y luego tenemos lo que yo considero el mayor problema de todos, que es el desequilibrio entre las sociedades ricas, cuya poblaci¨®n se encuentra estancada o en declive, y, por otra parte, las sociedades pobres, en las que la presi¨®n demogr¨¢fica es enorme.
La probabilidad de que se produzcan migraciones ilegales desde el Sur hacia el Norte crece cada mes, no s¨®lo cada a?o. En mi nuevo libro trato de estudiar algunas de las estad¨ªsticas sobre la composici¨®n de la poblaci¨®n en el futuro. Tomemos como ejemplo Espa?a y sus vecinos del Mediterr¨¢neo. Si se analizan las perspectivas del Fondo de Poblaci¨®n de las Naciones Unidas sobre el cambio de la poblaci¨®n en los cinco pa¨ªses del sur de Europa -Portugal, Espa?a, Francia, Italia y Grecia- hasta el a?o 2025, si se juntan esos cinco pa¨ªses y se calcula su crecimiento hasta el a?o 2025, se prev¨¦ que registrar¨¢n un aumento de s¨®lo cinco millones de habitantes, principalmente en Grecia, que constituye a¨²n una sociedad agr¨ªcola. Si centramos nuestra atenci¨®n en el sur del Mediterr¨¢neo y analizamos los cinco pa¨ªses que se encuentran situados en el litoral norafricano, desde Marruecos a Egipto, en el mismo periodo, se prev¨¦ que esos cinco pa¨ªses experimenten un crecimiento de 108 millones de habitantes en total.
P. ?Cree que Europa tiene futuro?
R. Si echamos un vistazo a la historia del movimiento por la unidad europea vemos que, en ciertos periodos, los Estados europeos se dan cuenta de que quieren integrarse un poco m¨¢s y dan dos pasos adelante. Entonces se plantean algunos problemas. Algunos sectores de la sociedad no est¨¢n dispuestos a aceptar una mayor unificaci¨®n, a algunos tradicionalistas no les agrada la idea de ceder un poco m¨¢s de su soberan¨ªa. De modo que hay un periodo de estancamiento y frustraci¨®n.
Pero luego, una presi¨®n mundial cada vez mayor, la competencia japonesa y otras cosas hacen que la gente decida que tiene que integrarse m¨¢s, y de esta forma se dan dos pasos m¨¢s hacia la integraci¨®n. Y a medida que se van eliminando m¨¢s barreras, esto vuelve a molestar a los grupos protegidos, como los agricultores o los trabajadores del sector textil. Y de nuevo se produce una crisis pol¨ªtica, y un europesimismo, y una especie de par¨¢lisis pol¨ªtica.
Pero, tal y como lo veo, despu¨¦s de la euforia de Maastricht y Europa 1993, nos encontramos ante el tercero o el cuarto periodo de estancamiento y retroceso y de controversia pol¨ªtica. Pero sospecho que ning¨²n pa¨ªs puede hacer mucho por s¨ª solo para afrontar los problemas Norte-Sur y la competitividad del sureste asi¨¢tico. ?Que si Europa tiene futuro? No le queda m¨¢s alternativa que trabajar en grupo, porque los retos a los que se enfrenta son demasiado grandes, son demasiado mundiales para un solo Estado europeo.
P. ?Teme la vuelta al aislacionismo de Estados Unidos, al America first, con la presidencia de Clinton?
R. Es posible que un presidente dem¨®crata y un Congreso dem¨®crata instituyan pol¨ªticas de protecci¨®n interna y tambi¨¦n es cierto que Estados Unidos est¨¢ cada vez m¨¢s enfadado, especialmente con Francia, por bloquear continuamente las decisiones del GATT en cuanto a las subvenciones y protecci¨®n del comercio agr¨ªcola, y tambi¨¦n siente una profunda antipat¨ªa hacia Jap¨®n. Jap¨®n es el enemigo tecnol¨®gico; Francia es el enemigo comercial en lo que se refiere a la producci¨®n agr¨ªcola. Tambi¨¦n hay una gran preocupaci¨®n por la reubicaci¨®n de la industria norteamericana en M¨¦xico o en otros pa¨ªses extranjeros.
Todo esto es lo que podr¨ªa hacer que Estados Unidos se centrase en los temas internos. Si escucho a Clinton y [Al] Gore, tengo la sensaci¨®n de que no creen que una pol¨ªtica proteccionista contribuya a lograr una mayor competitividad industrial a largo plazo en Estados Unidos. No lo creen. Pero pienso que s¨ª creen en un mayor respaldo gubernamental a la educaci¨®n, a la preparaci¨®n profesional, en mejorar las infraestructuras, en fomentar la investigaci¨®n y el desarrollo para lograr que Estados Unidos sea m¨¢s competitivo. Y si van en esa direcci¨®n, en mi opini¨®n, ser¨ªa la respuesta sensata.
P. ?C¨®mo ha cambiado el sistema de las grandes potencias con la desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica? ?C¨®mo ve este sistema dentro de 10 a?os?
R. Hay periodos en la historia mundial en los que un pa¨ªs es claramente el l¨ªder, el pa¨ªs n¨²mero uno. El Imperio brit¨¢nico, a mediados del siglo XIX, era claramente el n¨²mero uno. Estados Unidos, desde 1945, a pesar del reto sovi¨¦tico, sigue siendo la primera potencia. Pero hay otros momentos en los que hay un reparto de poder, sin un l¨ªder claro. Puede pensar quiz¨¢ en la d¨¦cada de 1920. La nueva Uni¨®n Sovi¨¦tica, el Reino Unido, Am¨¦rica, Alemania, Jap¨®n. Hay una distribuci¨®n mucho m¨¢s equilibrada del poder militar. Mi opini¨®n es que nos encaminamos hacia otra de esas fases en las que hay un reparto de poder. Estados Unidos seguir¨¢ siendo un actor principal en los asuntos mundiales debido a su poder¨ªo militar, menos por su poder financiero. Jap¨®n seguir¨¢ evolucionando como una potencia tecnol¨®gica. Creo que existe la posibilidad de que se considere a la Europa unida como una gran potencia. China sigue experimentando un crecimiento econ¨®mico tan r¨¢pido que puede convertirse en un pa¨ªs m¨¢s influyente, m¨¢s poderoso, en los pr¨®ximos 20 a?os, si puede evitar las tensiones sociales y que la poblaci¨®n crezca en exceso.
As¨ª que podr¨ªamos estar mirando un mapa mundial con cuatro o cinco grandes potencias, sin un n¨²mero uno claro. Quiz¨¢ un pa¨ªs sea el n¨²mero uno en t¨¦rminos militares, otro en tecnolog¨ªa, otro en bienestar social en general o en t¨¦rminos econ¨®micos. A m¨ª eso no me resulta excesivamente preocupante, habr¨ªa un equilibrio razonable de poder entre centros diferentes. Y si los l¨ªderes pol¨ªticos de esos centros estuvieran de acuerdo en que haya una distribuci¨®n de poder y establecieran una pol¨ªtica de cooperaci¨®n inteligente entre ellos, quiz¨¢ sea lo mejor que podemos esperar.
Lo peor que podemos esperar es, por supuesto, potencias en declive disgustadas por el auge de otros pa¨ªses. Rusia disgustada por el aumento de la influencia china en Asia, o EE UU resentido por haber perdido su liderazgo tecnol¨®gico ante Jap¨®n, con. lo que habr¨ªa m¨¢s tensiones.
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