De pura raza

Gran parte de los productos experimentales de danza tienen el formato de c¨¢mara, y pocos de ellos despegan coralmente a una dimensi¨®n mayor.Cuando esto sucede, es que hay algo de magia, y de honesta calidad. La bailarina y creadora valenciana Mar¨ªa Mu?oz tiene hoy d¨ªa una s¨®lida identidad. Su asociaci¨®n con Pep Ramis produce una qu¨ªmica particular de sustancias que no suelen aparecer en esa tabla de Mendeleiev de la escena corriente y que tienen visos de ser originales, salidas seguramente del experimento de laboratorio.

Guste o no, es evidente que aqu¨ª hay un trabajo serio de puertas adentro. Esas sustancias, para continuar con la met¨¢fora de la qu¨ªmica, son mezcladas irregularmente y los productos emergentes, por fuerza, tambi¨¦n lo son. Desde el programa de mano, y muy sutilmente, los creadores nos dicen que aquello es "un paisaje activo", una reflexi¨®n, y en la ficha el eden la palabra coreograf¨ªa.

Pero lo que el espectador recibe es justamente lo contrario: una poes¨ªa irreflexiva, animal, grotesca dentro de un horizonte quieto en su angustia y en su oscuridad opresiva. Nada malo hay en ello, siempre que esc¨¦nicamente funcione.

Ramis y Mu?oz, con ramalazos de arte ecologista, pintan un entorno rural donde los urban¨ªcolas pescan referencias del pasado y de sus propias vivencias. La mitolog¨ªa popular de pueblo costero se respira casi secretamente, y el resultado ambiental es bello sin ser almibarado.

Textos que sobran

Los problemas comienzan cuando aparecen las pretensiones de una dramaturgia convencional para la que no est¨¢n preparados. Los textos sobran, entorpecen la lectura de sus hallazgos, que no son pocos. Ramis no es un bailar¨ªn, sino un hombre del gesto bastante inclasificable; su movimiento tiene esa calidad entre intuitiva y bestial que le da fuerza, y ahora es todo un descubrimiento su voz potente y bien proyectada, tanto cuando habla como cuando canta o ladra.Jordi Teixid¨® es otro caso de actor evolucionado con buenas capacidades corporales que cataliza los polos opuestos de los otros dos. Mar¨ªa Mu?oz, por su parte, es la mejor y sigue encantando con su vibrante movimiento, siempre equinoccial, en evoluciones redondas y sentidas. Su capacidad de improvisar frases de baile llenas de aliento salta a la vista.

La nueva propuesta de Mal Pelo habla de un tri¨¢ngulo del desamor donde cualquier hostilidad, cualquier filo cortante, es mellado por esa respiraci¨®n dolorosa de quienes quieren, a su pesar, encontrarse. El t¨ªtulo resulta cr¨ªptico, algo habitual en la danza contempor¨¢nea, y a la luz mortecina de lo visto en la Pradillo puede ser que hable de quienes perdiendo el norte encontraron el Sur.