La visita
Miguel Mihura pas¨® un d¨ªa entero rechazando cuantos actores le presentaban para interpretar a un matrimonio en una de sus obras porque no ten¨ªan cara de visita. Y le asist¨ªa toda la raz¨®n del mundo. Para hacer visitas es necesario tener la cara de visita acorde con esta importante funci¨®n social, hasta hoy en desuso, pero que el PSOE va a rescatar de la noche de los tiempos.Se trata de una magn¨ªfica iniciativa. Ir de visita era antiguamente la distracci¨®n propia de los matrimonios en las tardes de domingo. Los visitados invitaban a caf¨¦ con leche, ense?aban las novedades que hab¨ªan introducido en la casa -algunas de discutible decencia; por ejemplo, la ducha-, y al despedirse fijaban la fecha en que devolver¨ªan la visita, pues las visitas se devolv¨ªan siempre.
Con la llegada del estilo de vida americano, sin embargo, las visitas cayeron en desuso, y ahora, los matrimonios se aburren de muerte los domingos por la tarde. Eso o recurrir al suced¨¢neo, que se llama "?Nos reunimos el domingo a tomar una copa?", y consiste en sacar whiskies y ginebras, platos de mercanc¨ªa dura (desde el cacahuet al anacardo), bandejas de mercanc¨ªa blanda (desde el choped al jam¨®n) y poner perdidos los muebles.
Con esta moda, naturalmente, nadie tiene cara de visita, sino de torrija, y gente as¨ª es preferible no meterla en casa. Pero peor ser¨ªa que tuviera cara de militante. Los militantes no son de fiar, y si llaman a una puerta, lo m¨¢s probable es que los echen a patadas. En cambio, si para las visitas a domicilio que proyecta el PSOE seleccionara militantes con cara de visita, les dejar¨ªan entrar en todas partes sin infundir sospechas, y al tiempo que ponderaban el singular gracejo de Txiki Benegas, estar¨ªan restaurando la entra?able instituci¨®n de la visita, que hurt¨® a los matrimonios con fundamento una modernidad mal entendida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.