Clinton y Bush repasan la Pol¨ªtica exterior en su primera reuni¨®n para la transmisi¨®n de poderes

El presidente electo de Estados Unidos, Bill Clinton, coment¨® ayer que hab¨ªa mantenido una entrevista "fant¨¢stica" con el presidente en ejercicio, George Bush, en el primer encuentro que ambos sostienen desde las elecciones del 3 de noviembre. Despu¨¦s de esa reuni¨®n en la Casa Blanca, que dur¨® casi dos horas e incluy¨® distintos temas relacionados con la transmisi¨®n de poderes, y en especial los asuntos de pol¨ªtica exterior, Clinton recorri¨® una zona de la ciudad de Washington especialmente afectada por el tr¨¢fico de drogas y el crimen. El paseo por una calle de mayoritaria poblaci¨®n negra coincidi¨® con la hora en la que toda la atenci¨®n del pa¨ªs estaba concentrada en el estreno de la pel¨ªcula Malcolm X.

Nada m¨¢s llegar por primera vez a la ciudad que ser¨¢ su hogar en los pr¨®ximos cuatro a?os, Bill Clinton se acerc¨® a estrechar la mano del hombre con quien hab¨ªa intercambiado los m¨¢s duros insultos duran te la campa?a electoral. Vestidos con sendos trajes azul marino, ambos posaron sonrientes ante los fot¨®grafos, aunque no aceptaron preguntas de los periodistas antes de entrar a dialogar en la sala Roosevelt de la residencia presidencial.Algunos problemas de pol¨ªtica exterior, que han estado muy abandonados durante la larga campa?a electoral, concentraron la atenci¨®n de Bush y Clinton, seg¨²n el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, aunque ambos debatieron tambi¨¦n otros, asuntos relacionados con la econom¨ªa y otras. particularidades de la transici¨®n. Al t¨¦rmino de la entrevista, Clinton se limit¨® a comentar que el presidente hab¨ªa sido "muy simp¨¢tico" y que le hab¨ªa transmitido sus "opiniones sobre muchas cosas".

George Bush comunic¨® su opini¨®n por medio de una nota de prensa de la Casa Blanca en la que se informaba tambi¨¦n del buen clima de la conversaci¨®n y se expresaba "satisf¨¢cci¨®n",por la reuni¨®n.

El presidente Bush le hab¨ªa ofrecido a su sucesor un avi¨®n militar para trasladarlo desde su residencia en Little Rock (Arkansas) y, como albergue, la Blair House, la residencia que habitualmente utilizan los jefes de Estado extranjeros.

Pero Clinton rechaz¨® ambas cosas. "No hemos querido ser descorteses, pero el presidente electo cree que se puede ahorrar dinero si lo hacemos a nuestra manera", dijo la portavoz de Clinton, Dee Dee Myers. Bill Clinton utiliz¨® para el viaje el avi¨®n charter que ha usado durante su campa?a electoral y prefiri¨® dormir en una habitaci¨®n del hotel Hay Adams, situado justo enfrente de la Casa Blanca, al otro lado de la plaza Lafayette.

Cambio de domicilio

Con objeto de hacer m¨¢s llevadero el mal trago de los Bush, Hillary Clinton no acompa?¨® a su esposo en esta visita a la. Casa Blanca. La pr¨®xima primera dama recorrer¨¢ hoy la que ser¨¢ su residencia para, echar, en compa?a de Barbara Bush, una primera ojeada a las habitaciones y el mobiliario. El matrimonio Clinton ha buscado ya una escuela p¨²blica en la que su hija Chelsea seguir¨¢ sus estudios en la capital.La habitaci¨®n m¨¢s ¨ªntima de la casa, el dormitorio, situado en el segundo piso de la Casa Blanca, es, quiz¨¢, la que exigir¨¢ mayores retoques para adaptarla a la nueva pareja. Se supone que los Clinton dormir¨¢n juntos en ella, como hicieron los Bush, los Reagan, los Carter y los Ford, pero antes esa habitaci¨®n hab¨ªa sido utilizada como dormitorio privado de las esposas de Eisenhower, Kennedy, Johnson y Nixon.

Bush declar¨® el martes, con amargura, que la "transici¨®n es demasiado larga y demasiado ingrata". Bush ha encargado a una empresa inmobiliaria de Tejas la b¨²squeda en Houston de una casa para los pr¨®ximos a?os. Todav¨ªa no se sabe si el presidente se dedicar¨¢ a alguna labor profesional.

Tambi¨¦n ayer, se difundieron en Washington los resultados del informe oficial sobre la revisi¨®n de los archivos de Clinton por el Departamento de Estado durante la campa?a presidencial. El informe concluye que la revisi¨®n no cont¨® con la aprobaci¨®n de altos funcionarios del Departamento de Estado o la casa Blanca, ni constituye un hecho que merezca un proceso criminal.