El teatro romano de Sagunto revive 20 siglos despu¨¦s en medio de un debate sobre las ruinas
La rehabilitaci¨®n de Portaceli y Grassi devuelve a la ciudad un escenario del siglo I
La ciudad de Sagunto (Valencia) recuperar¨¢ el a?o pr¨®ximo el teatro romano que, desde hace 20 siglos, es uno de sus s¨ªmbolos. Tras quince siglos de olvido, cuatro de nost¨¢lgico abandono y uno de restauraciones voluntariosas, a veces frustradas y a veces desfiguradoras, un plan de rehabilitaci¨®n a cargo de los arquitectos Manuel Portaceli y Giorgio Grassi devolver¨¢ su esplendor a la escena saguntina. El proyecto es antes una restituci¨®n fiel que una restauraci¨®n conservadora, lo que ha suscitado cr¨ªticas virulentas, e incluso un recurso ante los tribunales, de medios partidarios de preservar gen¨¦ricamente los restos de un edificio del que se conservan muy pocas ruinas originales.
Sagunto ver¨¢ resucitar su teatro romano el a?o pr¨®ximo. La intervenci¨®n ha sido ampliamente estudiada por publicaciones especializadas -las revistas italianas Lotus y Domus, la alemana Bau-welt, o la brit¨¢nica Architectural Design son algunas de las que se han ocupado del proyecto-, dada la claridad de su propuesta: crear un espacio teatral de uso actual, respetuoso con los restos arqueol¨®gicos, que supere las falsas ruinas de inspiraci¨®n pseudorrom¨¢ntica que decenas de intervenciones hab¨ªan fabricado a lo largo del tiempo.La idea no ha gustado a algunos sectores, en su mayor¨ªa de posiciones ideol¨®gicas conservadoras, que acusan a Grassi y Portaceli de construir un teatro nuevo sobre la destrucci¨®n de otro anterior romano.
La rehabilitaci¨®n del teatro de Sagunto ha tenido una breve pero accidentada historia. El proyecto original data de 1984, pero no fue definitivamente aprobado por el consistorio saguntino hasta junio de 1989. Las obras -sufragadas por el departamento de Cultura de la Generalitat valenciana con un presupuesto global de 500 millones de pesetas y encargadas a la empresa Dragados y Construcciones, bajo la direcci¨®n t¨¦cnica del propio Portaceli y del arquitecto Juan Jos¨¦ Estell¨¦s- comenzaron en mayo de 1990 y deben terminar la pr¨®xima primavera.
Antes de eso, la historia del escenario saguntino fue tambi¨¦n procelosa. Un sondeo estratigr¨¢fico realizado en 1984 situ¨® la fecha de construcci¨®n de los cimientos en torno al reinado del emperador Tiberio, en el siglo I de nuestra era. Otros expertos sit¨²an la construcci¨®n entre los a?os 24 y 37 despu¨¦s de Cristo y otros apuntan incluso la existencia de dos fases constructivas diferenciadas.
Las caracter¨ªsticas originales del edificio lo designan como un teatro latino de tipolog¨ªa cl¨¢sica, an¨¢logo a otros existentes en toda la cuenca mediterr¨¢nea, como los teatros de Arausio (Orange, Francia), CorInto (Grecia) y Sabrath (Libia) y, aunque mucho menor en dimensiones, como el Odeon de Agrippa, en Roma.
En su origen, el edificio constaba de una escena cl¨¢sica con tres puertas, con un foso para la orquesta y entradas laterales para los espectadores. El espacio del grader¨ªo o cavea, separado de la orquesta por un biselium, constaba de dos cuerpos de gradas senatoriales con un pasillo central, bajo el cual discurre el desag¨¹e principal del edificio, llamado cloaca maxima. El cuerpo esc¨¦nico ten¨ªa tres pisos.
La rehabilitaci¨®n proyectada por Portaceli y Grassi se inici¨® con una excavaci¨®n arqueol¨®gica del per¨ªmetro del teatro -lo que contradice las afirmaciones de algunos cr¨ªticos del proyecto, seg¨²n los cuales "ni siquiera se hab¨ªa hecho una excavaci¨®n"- y la limpieza de la cara Oeste. Posteriormente, se realizaron sondeos en el ¨¢rea del escenario y del cuerpo esc¨¦nico, en los que se descubrieron los sistemas constructivos de la tramoya y se complet¨® el recorrido del desag¨¹e central. Durante esta fase se hallaron 98 fragmentos p¨¦treos, entre ellos cuatro capiteles, diez basas de columna y fragmentos de fustes.
La intervenci¨®n propiamente dicha comprende la reconstrucci¨®n del grader¨ªo, que, seg¨²n Manuel Portaceli, "ten¨ªa la secci¨®n alterada tras haber sufrido muchas reconstrucciones parciales". Para dicha reconstrucci¨®n se ha empleado caliza travertina de la Cantera del Castillo, en Teruel (y no "m¨¢rmol hasta el techo", como aseguraba un diario valenciano) y se han dejado sin restaurar dos cu?as laterales de las gradas para tener una referencia del efecto de veinte siglos sobre la piedra. Se ha restituido la circulaci¨®n original del edificio, con sus puertas, pasillos y corredor posterior al escenario y los arquitectos han puesto empe?o en dejar accesibles las entra?as romanas del edificio.
La obra estar¨¢ completa cuando se termine el edificio esc¨¦nico, para cuya construcci¨®n se siguen reglas lo m¨¢s artesanales e inobtrusivas posible. Algunos detalles modernos, como un ascensor-montacargas, estar¨¢n ocultos en la estructura y la iluminaci¨®n de focos para los espect¨¢culos nocturnos ser¨¢ desmontable.
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