Nueve semanas y media
La petici¨®n de devaluar otra vez la peseta muestra la grave crisis del Sistema Monetario
Italia soport¨® una situaci¨®n similar un domingo 13 de septiembre, del que hoy se cumplen exactamente 10 semanas. Entonces, la lira italiana era la divisa m¨¢s d¨¦bil del Sistema Monetario Europeo y las tensiones financieras previas al refer¨¦ndum franc¨¦s a Maastricht se cebaron, primero, en ella. Asumi¨® en solitario el peso de su devaluaci¨®n, pero la tormenta no hab¨ªa hecho m¨¢s que empezar. Nueve d¨ªas despu¨¦s, el martes 22 de septiembre, una cumbre entre Kohl y Mitterrand sirvi¨® para calmar los truenos, aunque no para solucionar las causas de la crisis. S¨®lo tuvieron que pasar nueve semanas y media para que una decisi¨®n sueca reavivara toda la presi¨®n contra las divisas d¨¦biles, un papel que ahora ha jugado, en primera l¨ªnea, la peseta.
En menos de dos meses, el Sistema Monetario Europeo ha vivido dos realineamientos -de la lira, el 13 de septiembre, y la peseta, el 17 del mismo mes- y dos expulsiones -la lira y la libra en la noche del 16-. En total, cuatro muestras de la inestabilidad de un esquema de tipos de cambio semi-fijos que pretend¨ªa ser la antesala de la moneda ¨²nica europea.A todas ellas se suma la crisis de este fin de semana. Un problema aparentemente externo, el abandono por parte de Suecia del objetivo pol¨ªtico de mantener su moneda ligada al SME ha provocado una nueva explosi¨®n de las turbulencias que demostraron en septiembre su capacidad para vaciar las arcas de reservas de divisas de los pa¨ªses miembros.
Pero la mejor muestra de la crisis interna del SME ha sido la lentitud y la dificultad que tuvieron ayer los miembros del Comit¨¦ Monetario para alcanzar un acuerdo sobre el reajuste y la nueva parrilla de paridades.
Voluntad pol¨ªtica
?Cu¨¢nto y qui¨¦nes?, eran las dospreguntas. Consensuar una respuesta mantuvo reunidos a los subgobernadores de los bancos centrales y a los responsables del Tesoro desde las 3.30 de la tarde de ayer hasta pasada la medianoche. En total, m¨¢s de nueve horas y media para intentar frenar una crisis que se ha prolongado el mismo n¨²mero de semanas, sin que se atisbe la voluntad pol¨ªtica necesaria para solventarla.
En todo este tiempo, al menos una cosa ha quedado clara para los responsables de la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola. "Cuando la especulaci¨®n arrecia, no hay banco central que aguante la sangr¨ªa de divisas", aseguraba el ministro espa?ol de Economia, Carlos Solchaga, el jueves 17 de septiembre, horas despu¨¦s de la primera devaluaci¨®n de la peseta, durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados.
Durante la crisis de septiembre, el Banco de Espa?a redujo sus reservas de divisas en 1,35 billones de pesetas con el objetivo de sostener la cotizaci¨®n de la moneda espa?ola, pero los bancos centrales de Francia e Italia quedaron en n¨²meros rojos, mientras que Reino Unido perdi¨® casi el 60% de esas reservas.
Esa especulaci¨®n consiste, seg¨²n la definici¨®n de Luis Linde, director general del Banco de Espa?a, en vender lo que no se tiene. "Los especuladores venden lo que a¨²n no han comprado y para entregar esa venta deben despu¨¦s tomar prestado", coment¨® en plena tormenta de septiembre a EL PA?S. Esto significa que cuando el mundo financiero prev¨¦, y apuesta, por la ca¨ªda -o devaluaci¨®n- de una moneda aparece un nuevo y sustancioso negocio. Vender esa moneda -aunque a¨²n no se tenga- a cambio de la divisa que se considera m¨¢s fuerte; en este caso vender pesetas, al contado o en descubiero, contra marcos.
Tal evoluci¨®n expuls¨® del SME, en la noche del 16 de septiembre, a la lira italiana y la libra esterlina. Muy pocas horas despu¨¦s, en la madrugada del 17, la peseta se devalu¨®. Despu¨¦s el turno de presiones fue cambian do' y afect¨® al franco franc¨¦s, al escudo portugu¨¦s, a la libra irlandesa..., es decir, a todas las monedas del Sistema que no es t¨¢n firmemente ligadas al marco alem¨¢n.
Ayuda del Bundesbank
El flor¨ªn holand¨¦s y el franco belga son las dos ¨²nicas divisas que, por esta situaci¨®n, se salvaron en septiembre de la quema. El franco franc¨¦s cont¨® con la ayuda del Bundesbank, decidida en un crucial encuentro -el 22 de ese mes- en el Palacio del El¨ªseo entre Kohl y Mitterrand.
Tres fueron los mi¨¦rcoles negros de septiembre. El mi¨¦rcoles 9 comenz¨® la presi¨®n especulativa contra la lira y el domingo devalu¨®. El mi¨¦rcoles 16 la presi¨®n sobre la lira y la libra se hizo insoportable, a pesar de dos subidas en pocas horas de los tipos de inter¨¦s brit¨¢nicos. Antes de que acabara el d¨ªa, ambas salieron del Sistema Monetario, y en la madrugada del d¨ªa siguiente se devalu¨® la peseta. El mi¨¦rcoles 23 -s¨®lo una semana despu¨¦s- ya qued¨® claro que la devaluaci¨®n de la moneda espa?ola no hab¨ªa sido suficiente para frenar la presi¨®n bajista sobre la moneda espa?ola. Como soluci¨®n provisional, el Banco de Espa?a limit¨® las operaciones en divisas.
Los problemas, amainados en octubre, arreciaron esta semana. Ya el jueves, el Banco de Espa?a tuvo que vender espectaculares cantidades de reservas -a cambio de pesetas- para defender la cotizaci¨®n de la moneda espa?ola. El desencadenante de esta nueva crisis fue el abandono de la corona sueca de un compromiso pol¨ªtico que pretend¨ªa ser previo a la incorporaci¨®n de esa divisa al SME: su ligaz¨®n a la cotizaci¨®n del ecu. Este abandono fue seguido de dos fuertes subidas de tipos de inter¨¦s: en Noruega y Dinamarca, y una nueva oleada de inestabilidad.
En esta ocasi¨®n, la peseta ha soportado la mayor presi¨®n porque tras la devaluaci¨®n de septiembre se ha convertido en la moneda m¨¢s d¨¦bil del SME. Junto a la peseta, el escudo portugu¨¦s, la libra irlandesa y la corona danesa tambi¨¦n han estado en el punto de mira, pero s¨®lo sufrieron la devaluaci¨®n las monedas espa?ola y portuguesa.
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