A la caza del tal¨®n sospechoso
El PSOE se enfrenta al af¨¢n del juez Marino Barbero por desentra?ar el 'caso Filesa'
El caso Filesa, un esc¨¢ndalo en principio limitado a unas empresas sospechosas de financiar irregularmente al PSOE, ha desembocado en un interminable recorrido de comitivas judiciales por bancos a la caza del tal¨®n sospechoso. A la espera de que esta semana se levante el secreto del sumario y se calibren los resultados de las pesquisas, la situaci¨®n comienza a estabilizarse: a cada nuevo registro del juez del Tribunal Supremo Marino Barbero sucede un recurso del fiscal general del Estado y un nuevo intento del PSOE por frenar el ¨ªmpetu investigador del magistrado.
?D¨®nde atacar¨¢ hoy Marino. , preguntan no sin malicia sus compa?eros del Supremo. Hasta ahora, el juez ha reventado una caja de seguridad de los socialistas, catalanes en el Banco Atl¨¢ntico de Barcelona, ha irrumpido -con la polic¨ªa en el Banco de Espa?a y ha enviado a un secretario judicial a las sedes del PSOE y del Banco Bilbao Vizcaya (BBV) en Madrid. Los dirigentes socialistas se esperaban la visita, pues hab¨ªan recibido m¨²ltiples llamadas de sus proveedores advierti¨¦ndoles de que el juez hab¨ªa revisado sus departamentos contables.Las expectativas se centran ahora en conocer qu¨¦ ha podido conseguir el juez en estos registros¨ª. Si tras prorrogar cuatro veces el secreto del sumario, el juez lo levanta finalmente esta semana, los abogados podr¨¢n comprobar si hay material para apoyar la ¨¢cusaci¨®n.
El otro plato fuerte ser¨¢n las declaraciones. del diputado Carlos Navarro y del senador Josep Maria Sala, previstas para comienzos de diciembre. Aunque no tienen obligaci¨®n de presentarse, ambos parlamentarios han asegurado que lo har¨¢n, si bien entre protestas por tener que declarar sin un suplicatorio a las C¨¢maras.
Medios jur¨ªdicos pr¨®ximos al PSOE subrayan que el primer y grave error fue la oposici¨®n del fiscal a que el Supremo remitiese al Congreso y al Senado estos suplicatorios en octubre de 1991. De haberse continuado tal tr¨¢mite, es muy posible que a estas alturas los suplicatorios hubiesen sido denegados y la causa, sin aforados, estuviese en alg¨²n juzgado de Barcelona. Pero el aparato socialista confl¨® en que la causa durmiese, como tantas otras, en una secretar¨ªa del Supremo.
Al principio as¨ª fue. La instrucci¨®n hab¨ªa correspondido a Marino Barbero, catedr¨¢tico de Derecho Penal designado magistrado del Supremo con el apoyo de los consejeros propuestos por el PSOE en el anterior Consejo General del Poder Judicial. No hab¨ªa especiales motivos de intranquilidad. Barbero no hab¨ªa instruido antes ning¨²n sumario y una causa especial que le hab¨ªa correspondido previamente, una querella contra el portavoz de HB, Jon Idigoras, llevaba un a?o sin que nadie le quitase el polvo. En abril, casi un a?o despu¨¦s de estallar el esc¨¢ndalo, s¨®lo hab¨ªa declarado en el caso Filesa el chileno Carlos van Schowen, el contable que destap¨® la trama tras su despido.Punto de inflexi¨®nTras las primeras denuncias de la prensa sobre la paralizaci¨®n del s,umario, declaran empleados de Filesa, pero la causa sigue a ritmo lento. En septiembre, la comparecencia de los directivos de Filesa, Luis Oliver¨® y Alberto Flores, marca el verdadero punto de inflexi¨®n en lamarcha del sumario. Ambos se acogen a su derecho a guardar silencio.
En octubre, los acontecimientos se precipitan. El BBV, el Banco Central Hispano y la empresa ABB comunican al Supremo que "no encuentran" los informes por los que pagaron cientos de millones de pesetas a Filesa, lo que refuerza las sospechas de que tales informes nunca existieron. Otras empresas si los hallan, pero el secreto del sumario impide conocerlos. El fiscal del caso, Antonio Salinas, y el juez Barbero se enzarzan en mutuas acusaciones de "dilaci¨®n". Tercia en la pol¨¦mica el fiscal del Estado, Eligio Hern¨¢ndez, quien, al no apreciar comportamientos delictivos en los aforados, pretendeque la causa se remita a Barcelona. Este primer recurso del fiscal, que acaba de ser resuelto con un voto disidente, ha supuesto un espaldarazo total al instructor.
En octubre y este mes, la pugna institucional se dispara: Barbero reclama al PSOE su contabilidad de los tres ¨²ltimos a?os y el presidente del partido, Ram¨®n Rubial, pide el amparo del Congreso, el Senado y el Poder Judicial. Las tres instituciones rechazan la petici¨®n.
El magistrado da su paso m¨¢s espectacular cuando, con tres coches de polic¨ªa, registra la sede del Banco de Espa?a y da un ultim¨¢tum de 24 horas al PSOE para que entregue sus cuentas. La negativa del partido motiva el env¨ªo de un secretario judicial en taxi a la sede socialista de Ferraz, donde el secretario pasa siete horas.
Cada movimiento de Barbero ha obligado al fiscal del Estado a llenar de recursos la Sala Segunda del Supremo. Tiene pendientes tres por los dos registros y el ultim¨¢tum de 24 horas, que en realidad ser¨¢n seis, pues el juez los rechazar¨¢ y deber¨¢ pronunciarse el tribunal. Eligio Hern¨¢ndez a¨²n estudia ir al Coi¨ªstitucional en amparo.
Tras la entrada en su sede central, los socialistas esperan resignados a que escampe confiando en que, salvo su sede electoral de Gobelas cuyo alquiler se pag¨® algunos meses con dinero de Filesa-, al juez Barbero ya no puede quedarle mucho por registrar.
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