En soledad

El ciclo Oto?o en Conde Duque toca a su fin. Hoy, Wim Mertens cierra el apartado M¨²sica sin Fronteras y este oto?o musical que comenz¨® el 25 de octubre con la actuaci¨®n de Etta James, y que ha programado 29 actuaciones de jazz, rock, blues y nuevas m¨²sicas deja paso a Comediants, que en diciembre se har¨¢ due?o y se?or de la carpa. La presencia de Suso Saiz elev¨® el car¨¢cter rupturista del ciclo.Saiz es un m¨²sico que lleva velando armas durante mucho tiempo. Con grupos de la vanguardia imaginativa (Orquesta de las Nubes) o con cantautores (Pablo Guerrero, Luis Eduardo Aute). Con poperos elegantes (Esclarecidos) o con instrumentistas respetados (Jorge Reyes, Steve Roach). Su cultura musical, la apertura de sus planteamientos y su enorme curiosidad art¨ªstica, le convierten en un todo terreno que, cuando se queda solo con su guitarra, radicaliza su postura. Y en Madrid se qued¨®.

La m¨²sica que ofreci¨® Suso Saiz escapa a cualquier cuadricula por la utilizaci¨®n de las posibilidades de la tecnolog¨ªa aplicada a una idea sin fronteras, porque todo es posible: la voz tratada, el ruido, el silencio, las disonancias, los timbres naturales... En definitiva, el culto al sonido como creador de ambientes.

L¨ªmites

Sin ser un instrumentista t¨¦cnico -si a su imaginaci¨®n uniese un conocimiento exhaustivo, jazz¨ªstico o cl¨¢sico, de las posibilidades de la guitarra, Saiz estar¨ªa en otro planeta-, exprime con fruici¨®n y habilidad sus l¨ªmites para crear ambientes que desarrollan preferentemente sobre una tonalidad pedal, en la que entran y salen efectos sonoros, diversos que entretejen armon¨ªas elementales pero efectivas, sin consistencia mel¨®dica. A pesar de su sencilla complejidad, Suso Saiz prendi¨® en el p¨²blico, le abri¨® su mundo peculiar y consigui¨® ser aceptado, que dado el cariz de la propuesta no es poco.La de Pep Llopis, presentada con el t¨ªtulo de su ¨²ltimo disco (Las noches y los d¨ªas), fue menos arriesgada y m¨¢s f¨¢cil de escuchar. Con seis m¨²sicos en escena y unos arreglos precisos y elaborados, Llopis ofreci¨® composiciones m¨¢s convencionales y para todos los p¨²blicos. Es un buen instrumentista y mezcla con correcci¨®n tecnolog¨ªa y sonidos naturales, pero su presentaci¨®n result¨® poco estimulante por poco nueva. En cualquier caso, es una apuesta personal al margen de lo cotidiano y, por tanto, admirable por la dificultad que entra?a enfrentarse musicalmente al mundo en soledad.